Saturday, February 28, 2009

EL JEFE VOLVIÓ A LLAMAR

Después de publicar "El llamado del Jefe" (un cuento de tecno-ficción) tuve excelentes comentarios de alguna gente, que incluso me instó a escribir una zaga del mismo. No lo tenía pensado siquiera. Ese cuento, como la poesía, surgen, brotan de la inspiración momentánea, no de un largo devaneo cerebral.

Hasta una llamada telefónica de un amigo felicitándome, me invitó a pensar en escribir otro cuento. Una especie de continuación y final.

Luego de meditarlo bastante, lo que salió es lo que publico hoy. No sé si es mejor o peor que el anterior, pero humildemente, aquí está.

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La llamada sonó a las 8:30, cuando ya me disponía a salir de casa.

--Hola! –dije. “Hola Frank”, me respondió la conocida voz de mi Jefe. “Hey, Bob, ¿qué pasa?” respondí, y el Jefe prosiguió: “Oye Frank, no hay apuro, pero si pudieras venir a verme esta mañana te lo agradecería, hay algunas cosas que quiero conversar contigo y mostrarte”.

--Pues yo ya estaba por salir, así que voy directamente para allí.


--O.K. te espero, dijo Bob, y cortó.

Yo había cumplido al pie de la letra con el protocolo que me entregara desde la última vez en que nos reunimos. Como el clima había quedado un poco tenso, y a pesar de nuestra amistad personal, creo que ambos decidimos cada uno por su lado, que deberíamos dejar para otro momento una reunión en su casa o en la mía.

Me dirigí entonces directamente a la oficina de la organización. Como siempre, el tráfico de la mañana estaba lento, y algo más que de costumbre, pues había nevado la noche anterior y no todas las calles estaban despejadas.

Llegué, cumplí el ritual de permitir que mi ojo fuese escaneado y se abrió la puerta de cristal.

Esta vez no había operativos de custodia aguardándome. Había podido entrar como siempre.

Fui directamente al ascensor, y en mi camino, me saludaron muy amablemente dos colegas.

Bajé los cinco pisos, seguí el corredor hacia la izquierda, y allí, casi al final, oprimí el botón del intercomunicador.

--“¿Quién?” dijo Bob, le repondí con mi nombre y añadió mientras accionaba la puerta electrónicamente, “¡Adelante!”.

Noté que su tono había vuelto a ser el cordial de siempre. Mayor aún fue mi sorpresa cuando salió detrás de su escritorio para venir a alcanzarme, y darme un abrazo. En ese momento, supe que nuestra amistad probada, pero cierta, estaba incólume. Confieso que fue como si me recompusieran por dentro.

--“Siéntate por favor”, me dijo señalándome uno de sus apoltronados sofás, frente a una pequeña mesita. “¿Quieres tomar un café?”, a lo que acepté. Casi enseguida sonó el botón de la conexión electrónica, y Bob abrió para que un ujier depositara la jarra con café y dos mugs, retirándose inmediatamente.
Bob mismo se encargó de servirme, y me preguntó cuánta azúcar quería, echándola dentro del mug.

Luego hizo lo propio con el suyo. El humeante café llenó pronto el lugar con su delicioso aroma.

Fue entonces cuando el Jefe comezó su tema.

“Frank, desde que tuvimos la última conversación, sé –porque te hemos controlado—que has cumplido estrictamente con las pautas contenidas en el protocolo que te entregué. Te felicito, pues lo has hecho excelentemente bien.
Has aplicado la táctica del abrazo, has manejado los datos sabiamente, entre desinformación sobre cosas sustanciales, e información sobre cosas nimias
El cuadro que les has proporcionado es confuso, o en el mejor de los casos, no te representa en absoluto. ¡Brillante!”

No pude menos que esbozar una sonrisa. Ví que el Jefe estaba satisfecho.

“Hay más cosas que tengo que decirte. Como te había adelantado, le habíamos iniciado un expediente al objetivo MX. No sólo la seguimos con el beacon, sino que además logramos introducir dos “moles”.
Una es una mujer que está colaborando muy bien.
Te apuesto que pronto nuestro objetivo va a estar jugando básquetbol nuevamente, ¿y sabes por qué? Porque está preocupada por su silueta.
Pero hay más, ahora te puedo decir con certeza algo que nuestro objetivo no sabe del todo: su matrimonio fue arreglado, fue pactado exteriormente.”

--¿Quieres decir que “la casaron”?

--Efectivamente, así fue. A su marido se lo pusieron delante de las narices, y como casi la única opción en ese momento. Y ella era muy jóven, e inexperiente.Pero agárrate fuerte, ¿sabes por qué se armó ese matrimonio? Por decisión del FZLN.

--¿Qué?, no, ¡no puede ser!, eso sería contrario a los propios principios de los zapatistas….

--Sí, prosiguió Bob, sería, porque ellos proclaman la libertad de la mujer para unirse con quien quiera sin tener que casarse. Pero no te olvides que hay un principio fundamental “el fin justifica los medios”, y en este caso los justificó.

--Sinceramente Bob, me cuesta creerlo.

--Te digo más –prosiguió el Jefe— el día del casamiento estuvo “el mero mero”, como dicen ellos.

--¡No me digas que Marcos…bueno, Guillén, se hizo presente!

--Sí –prosiguó Bob—pero casi imperceptiblemente. Se acercó al flamante marido, le dio un abrazo, y quienes estaban cerca oyeron que le dijo: “te felicito, ahora comienza una nueva misión para ti”, y muy discretamente abandonó el lugar.
Y tú me dirás ¿pero qué significa todo eso?
Te diré: tenemos documentación abundante para sustentarlo. A él –el marido—le conocen en el movimiento por “el profeta”, o simplemente “profeta”, en obvia alusión a su nombre.

A ella –nuestro objetivo—la conocen como “cascabel”.

No pude menos que interrumpir a mi Jefe y le dije: “Pero Bob, ella no estaba en el movimiento cuando se casó, si respeto tu historia.”

--No, no estaba, pero ese fue el trabajo fino de “profeta”, quien de a poco la metió en la cosa. Ella cumple funciones de relaciones públicas, contactos con gentes, nada que sospechar bajo la cobertura de su función periodística. Por esa vía entra y sale información. La tuya por ejemplo. ¿qué te piensas que a dónde fueron a parar esos largos y meditados cuestionarios?.

--¿Por qué a mi?, ¿qué tengo yo que les pueda ser realmente de valor? ¿acaso pretenden chantajear a la organización?

--Tranquilízate, dijo Bob mientras daba otro sorbo prolongado a su café. La organización está firme. La cosa viene de más lejos. De los años setentas, cuando tú estudiabas. Tú sabes lo qué pasó allí, tu enfrentamiento con ciertos elementos, etc. Esa no te la perdonaron nunca. Has seguido siendo “un sujeto de sospecha”. Y lo que ellos de tanto en tanto han procurado de tí, es tener una ficha al día con tu foto, más de una si es posible, para que su gente te identifique cuando quiera y donde sea en América Latina, y hasta puedas ser objeto de un ataque.

--¡Ah desdichados!!, ¡nunca entenderán! Si supieran que yo fui el que….

--¡Cálmate, Frank!, me interrumpió Bob. No sólo tenían que tener fotos tuyas, lo cual no es muy difícil debido a tu actividad pública. Pero necesitaban un perfil psicológico de tu persona, y no lo tenían. Tus puntos fuertes y los débiles. Necesitaban que te abrieras de par en par, y con “cascabel” creyeron lograrlo. Por eso, me parece brillante la forma en que con apariencia de gran espontaneidad contestaste cada una y todas las preguntas.

--¿Y ahora qué? Dije en medio de mi perplejidad.

--De momento nada. Pero te presionarán a través de “cascabel” para que vayas a su país. Y ahí es donde quiero decirte algo esencial, no sólo como Jefe –que podría ordenarte— sino como amigo tuyo que te quiero y valoro mucho: no vayas, no cedas a la tentación de ir, porque en la más reciente Feria del Libro en el Distrito Federal, “cascabel” recibió las últimas órdenes, de uno de los “vendedores”. La orden para ella es hacerte ir….

Bob culminó su café y prosiguió: una vez que estés allá, ella te iría a esperar al aeropuerto y se asegurarían del hotel en que te estés alojando. Del resto se encargarían ellos, y creo que te despacharían. Es sencillamente asqueroso pensarlo. Tú no eres su enemigo, pero te temen, no te quieren, y el brazo de la venganza quiere llegar a tí 36 años más tarde. ¿Te das cuenta?

Yo no salía de mi asombro. Todo ello finalmente me parecía tremendamente descabellado.

Ahora, mira estas fotos, me dijo Bob, acercándome un manojo. Éste es “profeta”…aquí tienes a “cascabel” entregando tus respuestas y recibiendo instrucciones…aquí “cascabel” escribiéndote…y…

---¡Basta! Por favor. Bob, que el casamiento fuera arreglado, que “profeta” fuese de la gente de Marcos, todo eso lo puedo aceptar. Pero ¿”cascabel?”, ¿de qué me estás hablando? Ella es sentimiento puro, pasión arrolladora, alma llena de amor que quiere darse y recibir….yo la he llegado a entender muy bien….

Hubo un silencio que se me hizo muy grande….

El Jefe se echó contra el respaldo del sofá, y con voz queda y muy lentamente me dijo: Frank, creo que gustas demasiado de "cascabel", no lo niegues. Yo temía que eso pasara….Déjame que te explique: “Cascabel” es buena, es una persona muy sensible, tiene un corazón muy especial por los desvalidos, los enfermos, los pobres. Por ahí fue el flanco por el cual entró “profeta” para convencerla de unirse a la causa. En los planes del movimiento, ellos tenian que operar en la ciudad como una típica familia “pequeño burguesa”, como el movimiento la define. Por tanto, casados, con hijos, con sus empleos. Todo parece muy normal. Paralelamente funciona lo otro. Él con su empresa y sus trabajos, ella con sus contactos. ¿Entiendes ahora?”

--Pues mira Bob, aunque fuera tal cual como tú lo dices. ¿Qué tengo que ver yo en todo eso?, ¿qué tan “peligrosa” o importante puede ser mi existencia para ese movimiento con el cual jamás tuve contacto alguno? Además, te diré, hay cierto personaje que llegó a conocer mi libro, y está muy interesado en encontrarse conmigo. Quiere un diálogo exclusivo, pero no le voy a dar esa oportunidad. Asi que ya ves…

--No sabemos qué más puede haber detrás. A lo mejor hay algún individuo muy poderoso que está ejerciendo presión sobre ellos. Yo creo que lo que me acabas de decir, si es que estás hablando de “oro negro” cerraría la ecuación. Eso aún no lo hemos podido determinar. No te olvides que toda esta gente está interconectada internacionalmente. Hemos seguido de cerca al “Movimiento al Socialismo”, que tú sabes bien a quiénes nuclea….¿qué puedes esperar?... Pero yo tenía que poner en tu conocimiento todo esto y advertirte. No todo es tan inocente como parece. No todo es tan romántico y hermoso como te lo pintan. Ten cuidado. ¡Tu vida misma puede correr peligro!

--¿Entonces no podré volver allí como estuve antes?

--Podrás, si es necesario. Si los trámites de tu libro te obligan. Pero en ese caso necesitaremos saberlo con anticipación. Nosotros te reservaremos habitación en uno de nuestros hoteles. Tu habitación estará cableada. Contiguo a tu habitación habrá un operativo nuestro, y muy discretamente varios otros que te custodiarán 24/7. ¡No permitiremos que te hagan daño!.

--¡Pero tampoco tendré intimidad!, repliqué.

--Querido Frank, --contestó Bob-- es el precio que hay que pagar por la seguridad personal. Si lo comparas, es muy poco. Pero para nosotros eres una pieza muy valiosa. No vamos a permitir perderte así nomás. Es lo que quería conversar contigo.

Bob se puso de pie, me dio un abrazo, a la par que me decía, ¡cuídate Frank!.

Sali del edificio de cristal como atolondrado. Me fui a un bar que está a dos cuadras, me senté, le pedí a la mesera un cognac, y me lo fui tomando lentamente, pensando, pensando…..

Finalmente, me dije, mientras repasaba toda la conversación con Bob, o más bien su monólogo sobre lo que la organización sabía o había averiguado, que todas eran palabras….y nada más que palabras. Bob no me había presentado ninguna evidencia y ningún documento irrefutable que sustentara nada de cuanto me había dicho.

La historia del casamiento hecho, la visita de Marcos, todo eso podía ser perfectamente inventado. Más aún, me parecía totalmente ridículo. Carente de todo sentido, y fundamentalmenet, no ajustado a los procedimientos de los rebeldes.

Las fotos en la Feria del Libro eran nada más que eso, fotos. El intercambio de unos papeles entre un vendedor y “cascabel”, como él la llamó, no podía ser más que un inocente pedido de información y promesa de conseguirla, y el darse teléfonos para establecer un contacto posterior. Todo lo demás es supuesto. ¿Dónde estuvo la calidad de la organización para hacerse de alguno de esos supuestos mensajes, o conocer al menos en generalidad su texto?

Todo era un formidable argumento que de pronto se desmoronaba, pero…que justificaría una custodia permanente 24/7 si yo viajara para allá. Sinceramente, ya desde tiempo la organización me viene cansando con sus intrigas estúpidas, sus “datos” que nadie puede corroborar, y sus escenarios ficticios para hacer que uno viva en una especie de limbo, sin saber a qué atenerse.

Yo sé que la organización es muy dada a plantear situaciones imaginarias y hacerlas pasar como reales, abonándolas con algunos “documentos” que no son en verdad tales y no prueban nada, pero que tienen la apariencia de refrendar palabras. Y es muy dada a ponerlo a prueba a uno, a ver cómo uno reacciona. Yo mismo hice esas cosas a otros operativos de la organización, así que ¡si lo sabré!

En el fondo, yo sé que la organización es muy celosa, y eso creo que es lo que está pasando. En último término la organización teme perder a uno de sus agentes, y más aún, no confía en el fondo, en la capacidad de guardar secretos que nosotros podemos tener.

De pronto, no pude evitar sonreirme. Mientras tomaba otro sorbo de cognac, vino a mi mente aquella hermosa canción de José Luis Perales, que decía “yo sé que tienes celos de mi guitarra”. Pues si mi “guitarra” es “cascabel” ¡que estén celosos!, yo no voy a dejar de tocar mi melodía, me dije.

Está bien que la organización obligue, tenga su disciplina y normas. Pero no pueden pretender interferir en mis asuntos personales so pretexto de cosas apenas dichas, y en nada probadas, pensé.

Y con esa convicción, fui hasta mi coche, volví a casa. Me dirigí directamente a mi laptop, y comencé a escribirle de nuevo a “cascabel”, porque nuestro diálogo es hermoso, único.

Bueno eso creí hasta ese momento. Pero de pronto, justamente luego de tener todas mis respuestas –no antes—“cascabel” me envió un mensaje donde hizo un giro de 180 grados, modificó totalmente la relación, al punto de acusarme de pensar que de alguna manera la traicionaría con "profeta"... Yo, que en el fondo me la estaba jugando ¡nada menos que con la organización!

Pero luego me aclaró que fue algo circunstancial, una reacción que reconoció desmesurada frente a lo que llegó a saber que estaba haciendo la organización para poner distancia entre nosotros. Sólo que enfocó mal sus “cañones”. No era conmigo sino con la organización con la que debería haberse sentido enfadada.

Cuando me comuniqué con ella, lo comprendió perfectamente, y su alma hermosa me escribió un delicioso poema, y tuvo el coraje de pedir perdón. Y de alma que se lo dí, y más me volví contra la maledicencia de la organización.

Fui hasta mi equipo de audio y puse un CD de Ernesto Cortázar. Necesitaba de su remanso, de su calma, de su paz, de su inspiración. En cada nota, él me traía a ella, a la mal llamada “cascabel”.

Contemplé una foto suya, y la sentí tan cerca mío que le escribí un mensaje tal vez inspirado como nunca, y tomé una decisión.

Podía hacerlo, quería hacerlo.

Mañana iré a la organización, pero pasaré primero por Oficina de Recursos Humanos y solicitaré un formulario para que me den de baja. No tengo inconveniente en cumplir los requisitos de mantener en secreto todo cuanto he podido conocer mientras estuve en la organización. Pero ¡basta! Me dije.

Y así lo hice. Al día siguiente muy temprano, apenas se abriera la puerta del edificio de cristal penetraría a esa especie de “santuario” de la inteligencia, y pediría mi baja. No quería ni imaginarme la cara que pondría Bob, pero no tendría en el fondo argumento que presentar. El único era decir que la organización tenía reservadas grandes cosas para mí, que había una misión muy especial que sólo yo podía cumplirla, etc. etc. Ya me sabía casi de memoria esas parrafadas que escuché pronunciar en otros casos.

Firmé decididamente la baja, y entonces encaré a Bob, y le dije, quiero que me firmes esto, sin preguntas y sin apelaciones. Es mi decisión definitiva.

Bob se sorprendió –creo que le tomé con la guardia baja, no se lo esperaba— y por un momento estuvo en silencio, luego me miró y me dijo: Frank, no te voy a echar un discurso. Tú sabes lo que haces. Te recuerdo tu responsabilidad para con nosotros, pero sé que cumplirás. Lo lamento en el corazón, pero respeto tu decisión aunque no estoy de acuerdo con ella. Y firmó!

Con el papel firmado volví a Recursos Humanos, y en una semana el trámite estaba completo.

Entre tanto me daba tiempo de comunicarme con Claudia Lara Orozco, --que así se llama “cascabel”—y decirle que ya estaba tramitando mi pasaje para encontarme con ella. Que estuviera atenta a próximos mensajes míos, pues no irían por correo electrónico. Que me diera una dirección especial, en lo posible de un amigo, y le enviaría a él correo postal, pero con una clave indicando que era para ella.

No habría forma de que la organización pudiera captar esos mensajes pues tampoco iban a tener mi nombre como remitente.
Entre tanto, nos pusimos de acuerdo, y saqué mi pasaje. Partiría directamente desde Forth Worth, Texas, hacia su ciudad.

Claudia me esperaba preciosa en el aeropuerto de nombre ilustre. Cuando finalmente terminé de hacer la larga fila para inmigración, y pasé la inspección de mi única valija, salí y la sonrisa de Claudia lo decía todo. Era un mar de felicidad.

Allí nos dimos un abrazo de amigos. Claudia me había ayudado a elegir un hotel en la zona del Paseo de la Reforma. Algo sencillo pero bueno y confortable. Suficientemente discreto por otra parte.

Como llegué al atardecer, le pedí a Claudia que me agurdara en el lobby y el maletero me condujo hasta mi habitación. El número no podría haber sido elegido mejor, era la 707.

Regresé al lobby, e invité a Claudia a ir juntos al bar. Ella pidió su consabido tequila, y yo mi consabido whisky. Chocamos nuestas copas, nos miramos a los ojos después de tantos meses, y sentí como si estuviese flotando en el aire. Era una sensación extraña, casi mística. ¡Tenían que pellizcarme! Finalmente era realidad, Claudia y yo, frente a frente, mirándonos con deleite a los ojos, con una sonrisa pintada en nuestros rostros, la sonrisa de una inmensa felicidad.

Allí tuvimos una plática de casi una hora y media. Fue un saltar de un tema a otro. Claudia tenía muchas preguntas, quería horadarme con sus interrogantes, era casi como una máquina de rayos equis. Quería conocer tanto de mi, mucho más por cierto que yo de ella.

En un momento no pude menos que preguntarle:Claudia, ¿no crees en mi, no confías, por qué tantas preguntas? Estoy aquí, ¿acaso no es eso la respuesta a todas tus dudas?

Claudia asintió, y me dijo: es que también a mi me parece un sueño, y de pronto veo que estás aquí en carne y hueso. Siento tus ojos clavados en los míos, siento la tibieza de tu piel, el aroma de tu perfume, y Frank, ¡me arrebatas!, ¡caray, por qué negarlo!.

Nuestras copas estaban vacías, y la cuenta se iba a cargar a mi habitación, así que me puse de pie y le dije a Claudia, ¿qué te parece si seguimos esta conversación más privadamente? Claudia cerró sus ojos, y asintió con su cabeza. La tomé de su brazo y nos dirigimos al ascensor.

Llegamos a la 707. Yo había ordenado que trajeran un ramillete de rosas, y una botella de un espumante italiano bien helado y dos copas.

Allí destapé la botella, llené las copas, y le dije, ¡por nuestro encuentro! Bebimos un sorbo, dejamos las copas, y Claudia se me abalanzó con un abrazo apretadísimo, como si quisiera que su cuerpo traspasara el mío. Mis labios buscaron los suyos, suaves, carnosos, y lentamente comenzamos a darnos un beso que fue seguido por otros, crecientemente ardientes. Con cada uno de ellos nos despojábamos de la capa del qué dirán, de la capa de la hipocresía, de la capa de la chatura cotidiana, de la frialdad, de la incomprensión, y sabíamos que en ese momento crucial, éramos los dos, uno.

Claudia se despoljó de su chal, y su vestido atrevidamente escotado dejó ante mis ojos sus senos que eran como los de una vestal desafiante, pidiendo caricias y besos.

A esa altura, ya no quedaban casi palabras, estaban de más. El verbo se hizo carne, y ésta entró en acción.

Jadeantes, mojados, sudorosos, pero con una inmensa, imposible de describir paz interior, nos reconocimos desnudos, nuestros cuerpos entrelazados, juntos, y sentimos y supimos que habíamos consagrado nuestra unión.

Una unión sin ceremonias, una unión esencial de dos seres que se aman con locura, y sienten la hermosa locura de amar.

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FRANK FRUSTRADO

Ah! las peripecias extrañas que tiene la vida!

Sudoroso, bajo un sol intenso, con 30 grados de temperatura y humedad, Frank llegó al destino de un viaje de 12 horas y media netas, sin ningún contratiempo.

Ya instalado en el lugar de su misión, sin embargo, Frank --nuestro personaje-- se encontró víctima de una especie de conjura cibernética.

Intentó dar con su correo electrónico habitual, y ni siquiera pudo rastrearlo desde un mecanismo que siempre usa.

Quiso utilizar otro medio paralelo y sucedáneo, que tiene que ver con comunicaciones en otra dimensión, y que nunca le ha fallado.

Pues esta vez el sistema una y otra vez le solicitaba una autenticación de esas con números y letras dispuestos de caprichosa forma. Y cuando los repetía, volvía el mensaje de pedido de autenticación so pretexto de combatir mensajes "spam". A resultas de lo cual el pobre Frank desde dos terminales diferentes, escribió 7 veces un mensaje que se iniciaba diciendo: "llegué bien", y luego enviaba los consabidos saludos a su compañera de aventuras conocida por el seudónimo de "pantera rosa" en la organización. Porque Frank --hay que decirlo-- es hombre de palabra, si dijo que iba a enviar un mensaje, lo iba a hacer.

Asimismo le pedía a ella que se cuidara, que él haría lo suyo propio y que tenía pemanentemente presente sus andanzas tras las cámaras.

Más enigmático en su casi cripto-mensaje, fue una apreciación acerca de una salida con unos chicos, lo que le pareció muy bien especialmente por ellos.

Pero ya a esta altura, rastrear o mejor dicho entender a qué se está refiriendo Frank, es bastante dificil. Su mensaje, justo es reconocerlo, tiene la virtud de los mejores mensajes cifrados. Uno lo lee y no entiende nada, y todo parece muy normal, parece...

¡Ah, Frank y su organización!

Me olvidé que tenía que contarles que hace poco su jefe lo volvió a llamar. Y esta vez fue muy amable, pero no quiero parecer chismoso.

Uds. verán qué pasa cuando publique el próximo cuento-ficción sobre Frank y la organización, que titulo "El Jefe volvió a llamar".

Y algo más que se me olvidaba casi. Nadie piense ni por un segundo que Frank ha echado al olvido a sus super-amigos. Pero ellos tendrán que conformarse con su ausencia cibernética por un mes, pues a menos que se rompa el infame bloqueo a que ha sido impuesto, nuestro personaje no tendrá forma de comunicarse desde los "outlets" habituales.

Como dicen por ahí "ni modo". Lástima grande. Frank, lo sé, lo sufre más que nadie, pero así están las cosas.

Seguramente la organización ha de estar usando todo el poder de su SIGINT para dar con la fuente de la interferencia. A menos que sea la propia organización....

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Thursday, February 26, 2009

¡Y EL MILAGRO FUE!


Cuando pensé que ya todo estaba perdido,
cuando sentí un abismo dentro de mi,
cuando todo en redor
se me volvió al revés y sin sentido....
esperé, esperé contra toda esperanza,
esperé confiado, esperé que yo no podia
finalmente estar equivocado.

Y puse todo en oración, y esperé, ¡y el milagro fue!

Esperé que ella fuese quien yo sabía que era, y confié en que como humanos todos tenemos malos momentos y debemos perdonarnos mutuamente.

Porque en eso también se fundamenta una sincera y auténtica amistad. Hay que tener coraje para decir "perdóname", y hay que tener un corazón bien plantado para verdaderamente perdonar y dar la situación por definitivamente terminada, olvidada, terminada.

No hay rencor, hay en cambio no sólo olvido sino superación de lo ocurrido. Tal vez, un paso más de maduración.

Una prueba en el camino, de la cual surgimos más fuertes, más seguros, más unidos.

Como antes, mirando hacia el futuro, sigamos juntos.

Para siempre.

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Me rindo a tu Amor - Ernesto Cortázar



DECIAMOS AYER....

"Es facil ser valiente desde una distancia segura" - Esopo

El viejo profesor, se dirigió con una felicidad única a su salón de clase.

Habían pasado algunos años. La dictadura le había borrado de los cuadros docentes. Le recluyó en el silencio so pena de ponerle tras las rejas.

No importaron los pedidos internacionales por él. Las dictaduras son sordas, especialmente a las voces que no conjugan su concepción única, verticalista y totalitaria.

Pero, la fuerza del pueblo, la clarividencia de dirigentes políticos, y un punto histórico de quiebre llevaron a que todo ello se conjuntara en un solo haz potente, ya indomeñable, y se restauró la libertad, la democracia y el libre albedrío.

Y el profesor, con honores, fue restituido a su cargo.

Esta, era su primera clase, después de tanto tiempo.

Cuando entró al salón le recibió una ovación. Eso conmovió el espíritu sencillo y humilde del gran profesor.

De pronto miró la clase, y vio que no eran muchachos y muchachas los que le aplaudían, sino hombres y mujeres jóvenes, pero ya más crecidos. Y comenzó a reconocer rostros, y a verles casi como en una fotografía de lo que había sido su última clase.

Luego de hacerles varias veces señas para que se sentaran, y una vez acallados los aplausos, el viejo profesor, con su mirar adusto pero lleno de cariño, miró uno a uno su alumnado, mientras un inmenso silencio reinaba en el salón.

Entonces, fue a su escritorio, abrió un cuaderno de apuntes, y pronunció una frase que quedó para siempre en la historia de la educacción: "Decíamos ayer...."

La frase no era en realidad del profesor. Él la tomó de Fray Luis de León que luego de estar en prisión bajo la Inquisición, retornó a su Universidad de Salamanca.

Pero el sentido, el significado era el mismo.

Del ostracismo y la oscuridad impuestos, a la libertad de un día soleado vivido al aire libre.

De la boca amordazada por los que temen a la inteligencia y la razón, al individuo que puede expresarse sin temor.

En este mismo blog, el día 7 de este mes de Febrero, escribí "Volviendo a la Calma".

Hoy, como el viejo profesor de esta anécdota, puedo decir también --modestamente-- "decíamos ayer...."

"La vida no se mide por la cantidad de veces que respiramos, sino por los momentos que nos dejan sin respiración" - George Carlin

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Monday, February 23, 2009

EN EL ADIÓS: ERNESTO CORTÁZAR

¿Para qué decirlo con palabras, si él lo dice mejor con música?

Una música que nos transporta, que nos hace soñar, que nos une.

Adiós.

Hasta pronto.

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Sunday, February 22, 2009

COMO MOMENTÁNEA DESPEDIDA


No, no me desvaneceré
en la bruma
No perderé el contacto
Aunque esté aún más lejos
Estaré más cerca.

Confío, espero llegar
ileso y sin problemas
disfrutar sencillamente
el encuentro con mi madre
y con amigos/as del alma

Y entre medio
antes y despues
cada mañana al despertarme
y cada noche al acostarme
no dejaré de conectarme.

Porque la hermosura
de lo que estamos edificando
no se desmorona
por un viaje.

Regresaré, sí, regresaré
para estar más cerca
y para seguir
este diálogo fecundo

Que es encuentro humano
fundamental
Y sentir que latimos
con la misma intensidad

Y que "nuestra firme unión
jamás podráse quebrantar"
pues es tan grande y hermosa
como un inmenso mar.



COMO UN DIA DE DOMINGO

Hola! A todos y todas.

Hoy es Domingo. Y por eso no se me ha ocurrido nada mejor que compartir con ustedes, esta canción que lo dice todo para un día como hoy.

Disfrútenla.

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Friday, February 20, 2009

ESTA MAÑANA


Esta mañana, luego de dormir una noche muy plácida, me desperté a las 7 y media, con una sensación de plenitud, de gozo y de paz estupendas.

Acabo de abrir mi "cajita mágica", o sea mi laptop, pero no he querido siquiera ver mi correspondencia, ni mirar otros blogs, no. He querido escribir esto --que lo hago espontáneamente en este mismísimo momento-- simplemente para compartir cómo he comenzado el día.

Un día soleado, además, aunque frío. Cuando me levanté apenas había 0 grado centígrado.

Pero ese cielo azul, y ese sol que hoy brilla y tal vez las medicinas que están borrando de mi la bronquitis que me ha aquejado desde el pasado viernes, todo se conjugue para que me sienta tan bien.

Yo espero poder seguir con este ánimo y esta paz interior durante toda esta jornada.

En mi mente anduvo rondando una poesía (¿puedo atreverme a calificar así unas locas parrafadas?) pero no la voy a escribir.

Hasta luego, o hasta cualquier momento.

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Thursday, February 19, 2009

UNA ACLARACIÓN PERTINENTE


Tal vez sea bueno aclarar algunas cosas, para que no se me malinterprete.

Personalmente, hay valores fundamentales que son prácticamente permanentes, no importa cuánto cambie la sociedad.

La honestidad personal, la honradez, la lealtad, la amistad, la confianza, la responsabilidad, la dedicación al trabajo, a una causa noble, al núcleo humano básico, son mis valores.

Admito que no tienen por qué ser los de otros, pero son los míos.

Y los mismos han de permear nuestro diario vivir.

Ahora bien, es en el plano de los sentimientos donde surge la confusión, y hasta la contradicción, muy humana por cierto.

Porque allí no rige el pensamiento frío, calculador, cuasi que matemático, aunque hay quienes parecen no tener sangre en las venas.

Y menos aún, un sentido militar del deber, o del acatamiento debido. ¡Los civiles estamos libres de esas cosas, afortunadamente!

Entonces es cuando se plantea la necesaria creación de espacios y tiempos diferentes. Son espacios y tiempos acotados, compartimentados.

Para poner un ejemplo: en la oficina no lavamos la ropa, y en el hogar no manejamos expedientes. Cada cosa tiene su ámbito y su lugar. Y en cada lugar actuamos de manera diferente, según lo requieren las circunsrancias.

Lo que necesitamos siempre es reservarnos un espacio y un tiempo privados, nuestros y sólo nuestros.

Un tiempo para dar rienda suelta a quienes somos sin tener que estar dando explicaciones de cómo o por qué.

Si ese espacio no nos lo creamos, seguramente terminamos traumados.

Este blog es un ejemplo de ello. Y a través de él busco y quiero el diálogo.

Pero no soy quien para dar consejos a nadie.

Simplemente expreso lo que siento y lo comparto a corazón abierto.

Si alguien quiere agregar algo, lugar hay para un comentario. Si alguien no está de acuerdo, también puede comentarlo.

El diálogo –si respetuoso-- siempre es fecundo.

Lo que no quisisera de ninguna manera es que alguien llevado/a por mis palabras, pudiese llegar a tomar iniciativas equivocadas, o a tener actitudes que a la postre le acarreen problemas que no tenía antes. No. Eso no.

Por el cariño que le tengo a todos quienes me leen, no deseo que a nadie le acontezca algo que signifique finalmente un drama.

Pero tampoco puedo verificar impasible que alguien se esté torturando a sí mismo/a con preguntas existenciales, que en el fondo no son sino un no quererse aceptar tal cual se es.

Eso tampoco es sano, y no es bueno. Pero sobre todo, no es saludable.

Y ahora, voy a decir otra cosa, que no tiene nada que ver con lo anterior.

Tengo un miedo, un miedo básico. El miedo a vivir en soledad.

Por momentos se abate sobre mi como una sombra proyectada desde un futuro incierto.

Y no quiero que nadie se equivoque conmigo ni yo confundir a alguien, ni equivocarme con nadie, pero sé visceralmente, que necesitaré a alguien.

Es obvio que ese alguien -mujer- tendrá que ser libre.

Por ahora, es todo. Y es suficiente, creo.

Espero haber sido claro.

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"...COMO A TI MISMO/A"

La palabra ética viene del griego ethos que significa costumbre.

Lo ético entonces, sería lo acostumbrado, o lo que se acostumbra en la sociedad, y por tanto es aceptado como varlor y como válido.

Pero…la sociedad es un ente dinámico, y por tanto cambian sus costumbres cuanto cambian sus valores.

La ética de los griegos del Siglo I, no es ciertamente la ética de veinte siglos después.

¡Y menos para nosotros que no somos griegos!. Ja!

Recuerdo que hace años, alguien hablando de ética ponía un ejemplo banal al preguntar: “¿cuán ético es el largo de una pollera?”, ¿vamos a medir o a calificar a la persona por el largo de su pollera?

Para la gente de inicios del Siglo XX, cuyas mujeres se introducían en el mar vestidas, una minifalda sería un escándalo total.

Hoy día, cuando las minitangas y los senos al aire se pasean sin problemas en el Carnaval de Río, ¿cuál es la medida de la ética?

Sentirse a uno mismo no-ético, o fallando en los valores, debe llevar a un análisis de la sociedad en la que se está inserto. Y analizar hasta dónde en el Siglo XXI pretendemos hacer vigentes valores que fueron tales para generaciones pasadas.

Pero además, hay algo esencial: el máximo principio de ética para el ser humano, ha sido enunciado por Emmanuel cuando dijo: “Amarás a tu prójimo como a tí mismo/a”

El punto de arranque, curiosamente, no está en el prójimo, sino en uno mismo.

Hay que hacerse la pregunta honesta: ¿me quiero o me desprecio?, ¿me valoro o me considero una basura?, ¿me admito como soy o reniego de mi persona?

¡Y cuidado! Porque esto es parte esencial del proceso de necesaria autoestima que nos debemos para poder movernos en sociedad.

Cuidado, porque este especie de auto-psicoanálisis, debemos hacerlo para saber realmente quiénes somos y dónde estamos parados. Es aquello del “Conócete a ti mismo/a”.

Pero acto seguido, no tengamos miedo de vernos tal cual somos.

No le demos al “qué dirán” o “qué opinarán” el sitial de limitarnos y determinarnos.

Además los que no tienen por qué decir ni qué opinar no entenderían nuestra específica y particular peripecia humana. Mejor se ocupen de lo suyo, que es tan humano como lo de uno.

Como decimos en el Río de la Plata: “los de afuera son de palo”, en otras palabras, no juegan el partido.

Y entonces, asumamos nuestra tesitura humana concreta, el momento concreto que estamos viviendo y pasando, primero con amor para con nosotros mismos.

Con comprensión, y de última con firme voluntad. Hay momentos en que hay que entonar dentro nuestro las estrofas de la canción “Soy lo que Soy” que entre otras cosas dice:

Yo soy lo que soy
Mi propia creación
Y mi destino

De qué sirve vivir
Si no puedes decir
Yo soy lo que soy.

Los y las poetas lo siguen proclamando, lo siguen cantando, lo siguen escribiendo con palabras claras, definidas, que nos interrogan y nos conminan, como Sabines, como Auden, como Benedetti.

Vive tu hoy. Sé tu mismo/a. No te pienses sin sangre. No te doblegues. No aflojes. No te entregues.

Sé capaz de andar con la frente en alto, de cumplir tus obligaciones de cada día, pero nunca dejes de soñar y de sentir.

Y no te niegues –amiga, amigo— esos sentimentos recónditos, que llevas escondidos, porque te los sabes muy tuyos, y en el fondo, sabes que ese/a eres TÚ.

Asúmete tal cual eres. Ámate a ti mismo/a. Vive la vida. El tiempo es corto.

Para el final, te dejo este poema de Jorge Luis Borges, que se titula "Uno Aprende":

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma,
y uno aprende que el amor
no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender.
Que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de
caerse en la mitad.
Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma, en lugar
de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende...
y con cada día uno aprende.

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¡GRACIAS EMMANUEL!


"Y llamarás su nombre Emmanuel, que traducido es: con nosotros Dios" Mateo 1:23


Eran las 4 de la mañana, sí exactamente las 4, porque miré el reloj.

Llevaba ya media hora en que de golpe me había despertado, como si hubiese sonado una alarma.

La alarma era el cúmulo de frustración, de dolor, de contrariedad por sentirme no correctamente comprendido.

¿Me había equivocado en mis expresiones? ¿Fui como tantas veces, explícito o sincero de más? (pero, ¿puede haber una demasía en ser sincero?)

¿O tal vez ejercí una presión indebida de la cual ni cuenta me di?

Sólo sé que de pronto se había abierto delante mío como un inmenso abismo oscuro, y yo caía en él irremediablemente, listo a estrellarme en un fondo que ni siquiera atisbaba a ver, pero que intuía.

Y entonces, me rodearon en mi habitación solitaria unas luces blancas, a mi izquierda, y a mi derecha.

Y me dije: “post-imágenes de luz, que quedaron en mi retina”. Pero me había dormido a la hora 23. ¿Cómo podrían haber perdurado tantas horas despues?

Como fuese, tenían todas las caracteristicas de post-imágenes.

Pero entonces, me dije “dialogaré con Emmanuel, porque él sabe lo que hay en mi corazón, y pediré perdón, y pediré me guíe en el camino, y pediré que bendiga a la persona en quien pensaba, y que ella también me perdone, porque la entiendo y la comprendo”.

Y de pronto sobrevino sobre mi una gran paz. Y me dormí de nuevo.

Y hoy, sólo puedo dar testimonio del poder de la oración.

¡Gracias Emmanuel!

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MI BLOG...

Mi blog es abierto
No tiene restricciones
Por él me expreso libremente
Y busco el encuentro
de corazones.

enigma

Monday, February 16, 2009

ESTÁ BIEN PENSAR, PERO MUCHO MEJOR, SENTIR



Cuando en 1637, el filósofo y matemático francés René Descartes escribió su famosa frase “Cogito ergo sum”, (Pienso luego Existo) en su Discurso del Método, ubicó a la capacidad de pensar, como el pináculo de lo que nos hace sentir que vivimos, que existimos.

Y seguramente, como el máximo alcance propio del ser humano: un ente pensante.

Pero, en su propio enfoque, tal vez habría que traducir más propiamente esa frase como “Dudo luego Existo”, sentando así las bases de la filosofía de la ciencia. Una ciencia empírica, de las percepciones tangibles, capaz de medir y analizar.

Para Descartes el mero hecho de dudar demostraba que existía.

Tal vez por eso, hasta el día de hoy, la ciencia es como un individuo con una sola pierna. Suele la ciencia ser atea, y hasta hacer del ateísmo un dogma. “Si no eres ateo, no puedes ser científico”, dirían algunos.

“Si no reniegas de una inteligencia a escala cósmica que nos supera totalmente en nuestra mera capacidad de inteliger y comprender magnitudes de existencia que nos sobrepasan de manera gigantesca, no puedes ser creíble en tu actividad científica.”

Pareciera que hay que rendir pleitesía o adoración al Sr. Darwin, quien no fue tan exagerado como sus seguidores, al afirmar algo evidente como lo es la evolución de las especies.

Lo que algunos –miopemente—no perciben, es que aún en la evolución hay un diseño inteligente, hay una tendencia, un proceso que como una flecha, ocurre en un sentido y no en otro. En fin, un plan, un propósito.

Cuando algunos describen todo cuanto existe como una casual combinación de una cantidad inconmensurable de factores que provocan vida, y que han permitido el desarrollo de nosotros –humanos—como especie inteligente, se están quedando con una visión totalmente superficial, carente de sentido histórico en proyección futura. Carente de razón.

Realmente, no le hacen ningún honor a la inteligencia humana, al pensar de esa manera.

Pero lo que no puede tolerarse, es que en la libertad que es expresión máxima del ámbito en que lo humano ha de desarrollarse, se impongan --en un silencio cómplice-- normas no explicitadas, y una sorda conspiración para excluir a unos y favorecer a otros, en lo que en el fondo, es una postura no científica, sino simplemente ideológica. Y como tal, sujeta a error, a debate y a superación.

Y de paso, una intolerable discriminación.

En tanto, y volviendo al amigo Descartes, dudar como forma sitemática de probar algo diferente, distinto, nuevo, desconceretante, es sin duda una forma que puede transformarse esencialmente en una metodología de acción. Particularmente en el ámbito científico.

Pero decía que la ciencia es como un individuo con una sola pierna. Tal vez faltó que alguien, a la par de Descartes, dijera “Siento, luego Existo”. Porque finalmente, no es el pensamiento solo, lo que más caracteriza al humano, sino su capacidad de sentir.

De tener empatía o antipatía por algo o alguien. De asumir con sacrificio una causa noble y trascendente sin mirar el costo. De arriesgar la propia vida en aras del bien de otros.

¿Qué determina que alguien se lance al rescate –aún a riesgo de su propia vida—para salvar a otro humano? ¿Un frío y calculador pensamiento que discierne en milésimas de segundo qué es lo apropiado o conveniente a hacer? No! Lo decide un sentimiento de solidaridad esencial con el otro, lo decide un sentido de deber que no especula con la seguridad o beneficios propios. Lo que cuenta en ese momento es una vida que se puede perder.

Y eso, es mucho más humano y mucho más poderoso que todos los pensamientos juntos.

Eso es lo que le falta a la ciencia, y a muchos científicos.

Por eso también la ciencia carece de ética. Porque no se plantea valores, sino teorias, experiencias y resultados.

La humanidad puede “progresar” en conocimiento y en desarrollo tecnológico. Pero cada vez se constata que está más carente de valores. Cada vez ignora más lo trascendente que nos ayuda a ser más humanos. Cada vez priman menos los sentimientos. Estamos formando una humanidad de ignorantes y de brutos.

Y las ilustradas elites que manejan y dominan todo eso, quieren servirse de un mundo de estúpidos mentales, esclavos de la industria del entretenimiento (bien planificado y deliberadamente dosificado), con el que embotan la mente y deterioran gravemente la sensibilidad.

La consigna es: las masas no deben pensar.

El “Cogito ergo sum” está reservado para las castas dirigentes, para los que en reuniones supersecretas, combinan sus malditos intereses económicos, y controlan de esa manera al planeta todo. Deciden cuántos millones tienen que morir en un lado u otro.
Cuándo hay que hacer una guerra y cuánto debe durar.

Es menester abrir lo ojos a una realidad que nos lleva al despeñadero.

Pensemos, sí, pero no dejemos de sentir. No actuemos como simples bestias, como animales salvajes o cuasi, movidos sólo por los instintos.

No se trata de negar nuestros instintos, como quieren algunos castradores de la humanidad refugiados en sus torres eclesiásticas. Pero, se trata de combinar maravillosamente nuestros instintos, de modo que al vivir momentos muy especiales, nos conectemos con el centro de todo cuanto existe, fue, es y será.

Después de todo. Somos seres del diálogo. No somos solos. Necesitamos del otro o la otra.

Somos humanos y nos humanizamos cuando actuamos y convivimos en una sociedad. Un ser humano dejado solo, pierde su humanidad.

Y ese diálogo que tenemos entre nosotros, aún presiente, intuye y añora, un diálogo mayor, un diálogo superior, un diálogo con ese poder de ser de todas las cosas. Con la fuerza creadora permanente, con quien da sentido a nuestra evolución, a partir de un momento creacional.

¡Ojalá sea tu experiencia!

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Saturday, February 14, 2009

AMOR DE ESPOSOS - En este 14 de Febrero


La niña de cinco años nos vio juntos, y en un momento me preguntó: ¿ella es tu esposa?, le dije, Sí. ¿la amas?…

El silencio fue breve…y le respondí: “Sí, de una manera especial.”

La niña quedó satisfecha con mi respuesta –al menos eso espero—porque no preguntó más nada y se fué con su mamá que estaba haciendo unas compras.

Y ese simple episodio, ocurrido apenas ayer, me llevó a que hoy escriba sobre el amor de esposos.

El amor de esposos no es como el amor volcánico. Éste de pronto entra en erupción, lanza enormes llamaradas al cielo, se derrama en lava y cenizas, hasta atemoriza, hace temblar la tierra, y causa enorme impresión.

Pero como el volcán, la erupción se termina, y vuelve a dormir, quedando así por largo tiempo. ¡Se acabaron los fuegos artificiales!

Los romances son así: intensos, ruidosos, espectaculares, muy atractivos, deliciosos, pero…efímeros.

El amor de esposos es austero, el sobrio, demanda asumir responsabilidades, une pero más allá de los momentos de romance o intimidad. Une en lo medular de una unión entre un hombre y una mujer. Une vida, vida que es los hijos, vida que es compartir los ingresos y gastos de cada mes, vida que es los ahorros y lo que dejaremos para los que nos sigan. Vida que es la cotidianidad de las compras en el supermercado, lavar la ropa y plancharla, preparar la comida, y hacer alguna cosa rica para saborear entre ambos.

Vida que es sacrificio y trabajo. Vida que es estrés y poco descanso. Vida que en muy buena medida se agota para otros, y no es nuestra. No la rescatamos.

Tiempo que se nos escurre de las manos como si fuese agua.

Hoy, Día de los Enamorados, nos hicimos recíprocos regalos.

Nos besamos también. Con un beso simple, sencillo.

Es un decir “estoy aquí y contigo, cuenta conmigo”. Cuenta conmigo para tus momentos y circunstancias de enfermedad y de dolor. Cuenta conmigo para sostenerte. Cuenta conmigo para seguir adelante.


El amor de esposos es especial.

Es también risas, y momentos de descanso, es ver juntos una película que alquilamos, o que fuimos a ver al cine. Y es disfrutar de la familia. De los hijos y los nietos.

Y ver que de alguna manera, uno se ha trascendido. Que el paso sobre la superficie de este planeta azul, ha dejado su huella humana en quienes le siguen.

Y para eso se necesitan dos. Para eso está la pareja.

Esos son los esposos. Los que en un día como hoy pueden celebrar el Día de los Enamorados.

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Wednesday, February 11, 2009

¡AH, LA COMPLEJIDAD DEL SER HUMANO!



Cuando escribo estas líneas, lo hago profundamente emocionado, conmovido.


Es que me pienso a mi mismo como ser que es un humano, y a algunos congéneres queridísimos, y con asombro pero a la vez con alegría, constato lo complejo que somos.

Afortunadamente no somos lineales. Es una bendición que no se nos pueda motejar o rotular, o encasillar, aunque los superficiales lo hacen a diario.

Somos iguamente millones los que alrededor de este hermoso planeta azul, dialogamos con las estrellas, conversamos con las plantas, acariciamos las rocas, y nos sentimos uno con todo el universo.

Somos millones los que sabemos extasiarnos ante una puesta de sol, ante una luna que despunta en el horizonte, los que valoramos el silencio, el arrullo de las olas del mar o el canto de los pájaros. Los que amamos a los niños.

Los que no tenemos vergüenza de llogar, de alegría o de dolor.
Los que nos deleitamos con auténtica música, nos dejamos llevar por el ritmo al danzar, nos identificamos con muchas poesías, y al mirarnos a los ojos, dialogamos más que con las palabras.

Pero somos pocos, a pesar de ser millones. Somos pocos. Somos especiales, somos difrentes. Hay algo cósmico y de eternidad que se nos hace presente en nuestro propio ser. Algo que los demás no pueden comprender. Vibramos a otro nivel de frecuencias, somos cuasi transdimensionales.

Sobrellevamos la carga pesada de estar aquí, pero nos arrullamos en un mar de amor que nos transporta hacia un ámbito único y exclusivamente nuestro.


Todo en derredor de pronto desaparece.

Accedemos a una intimidad muy particular, única.

Somos los “tontos” románticos del mundo. Somos los que valoramos enormemente la amistad. Somos los que nos identificamos con los problemas de la sociedad y de otros seres humanos. Somos los que informamos y formamos opinión. Somos los que batallamos por la salud, la educación, y la paz.


Somos adalides de un tiempo sin máscaras. Un tiempo por venir.


Y aquí estamos, en el hoy y ahora, pero esperando.


Buscando siempre SER más, SER nosotros, SER.


enigma

Saturday, February 7, 2009

VOLVIENDO A LA CALMA


Ciertos instantes de la vida pasan, y se diluyen, como la ola en el mar, como la nube en el cielo.

A veces son esos instantes agitados, donde todo en derredor parace que se sacude y revuelve, como movido por el eje de una lavarropas. Pero luego, como un remanso, como pasada la tormenta, vuelve la calma. Las aguas retornan a su cauce.

La vida continúa, más o menos placentera, con sus altos y bajos, pero dentro de lo previsible, de lo cotidiano, de la normalidad si así le podemos llamar.
Y en realidad eso es lo que tiene que ocurrir cuando no existen bases suficientes, lógicas, y accesibles, para transformar una realidad presente, en otra quimérica o teórica.

Si los sentimientos fueran el único fundamento para orientar nuestra vida, andaríamos muy perdidos, pues tendriamos múltiples variaciones.
Ellos son importantísimos y ocupan su lugar, pero también lo son el pensamiento, la racionalidad, el sentido lógico, la responsabilidad individual y social, el uso inteligente de la libertad.

Nuestros sentimientos se tienen que ver compensados o complementados por todos estos otros factores que integran nuestro ser, nuestra persona, para que seamos cabalmente humanos.


No es que se terminen nuestras ilusiones, nuestro soñar despiertos, nuestros anhelos, nuestros deseos. No. Pero sí que todos ellos son encausados dentro de márgenes claros, adecuados, necesarios.


Nuestra imaginación puede remontarnos muy alto, pero la realidad se encarga de traernos rápidamente a tierra. Y en esas circunstancias, es mejor que tenamos un aterrizaje suave, de calidad.


Por el camino, siempre quedan experiencias, momentos, placideces, pero nunca debemos dejar de ser quienes somos. De los principios no se abjura.


A veces nuestra apertura emocional da lugar a circunstancias imprevisibles y a diálogos fecundos. ¡Bienvenidos! Pero nuestra apertura nunca puede ser tal que nos ponga en riesgos innecesarios.

Confieso que por ser transparente, a veces digo demás, o cometo el error de compartir cosas muy personales, dejando de lado el debido resguardo de la privacidad.

No es que me hayan invadido, sino que me he dejado invadir, en cierto modo.


Ha sido por pura bondad.

Ahora, tomo la brújula y me reoriento. Lo necesito, para continuar mi camino.

enigma

Tuesday, February 3, 2009

MOMENTOS

 
Una playa….tal vez desierta. Mejor desierta….

Sólo el sol acaricia nuestra piel y el rumor de las olas acompaña el momento.

Tu cabello vuela con la brisa, y tus ojos están clavados en los míos, como los míos en los tuyos.

Hay un silencio extático, maravilloso, cuasi infinito.

El mundo parece haber detenido su andar.

Allí sólo estamos tú y yo.  Sólo importamos tú y yo.

En tus labios se dibuja una ténue sonrisa que transmite felicidad, y en los míos también.

Extiendo mi mano y tomo la tuya y el éxtasis sigue.

No hay palabras. Sobran. No son necesarias.

Nuestros ojos son los que lo dicen todo.

En ese momento, lo imposible se torna en realidad.

En la inmensidad del universo, en este pequeño planeta azul, no hay nada más hermoso y más grande que ese momento que estamos viviendo juntos.

Extraordinariamente juntos, tú y yo.

Somos nada en medio de lo inconmensaruable de la creación, pero allí, somos todo.

Acercamos lentamente nuestros rostros, casi como midiendo el movimiento, como haciéndolo eterno, y de pronto muy suavemente, delicadamente, nuestros labios se encuentran….

No hay movimiento alguno, quedamos así juntos, suspendidos en el tiempo….

Lentamente, nuestros labios se separan, nuestras frentes se tocan, nuestros ojos casi se horadan unos a los otros, y comprendemos…comprendemos…

Tú y yo, allí.  Sólo los dos.  Solos los dos.  

La felicidad más auténtica hecha realidad. Amor…eso es, amor.
De pronto, respirando hondo, sintiendo por dentro una tremenda resignación, los dos nos incorporamos.  

Aquel momento fue tremendamente intenso, trascendente.

Estuvo tan lleno de ternura, de dulzura, que fue como si nos hubiese de pronto envuelto la magia de un maravilloso hechizo.

Teníamos que volver a la realidad. A la de cada uno, a la de todos los días.

¿Acaso no fue por eso que al separarnos, rodaron lágrimas por nuestros rostros?

Este ya era otro momento.

Pero aquel, aquel está inscrito en el libro de la eternidad.

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