Wednesday, September 29, 2010

De los Tiempos y las Sazones

Nosotros pertenecemos al mundo occidental.

Nadie puede discutir –más allá de sus creencias personales existentes o no—que la formación ético-cultural de nuestro ámbito, ha sido y sigue siendo en buena medida, cristiana.

Que la Biblia es para muchos el libro de cabecera, y que sus enseñanzas y la riqueza de la tradición que la misma en sí conlleva, le confieren la autoridad al menos, de un libro de consulta.

Pues bien, es de la Biblia que adquirimos mayormente el concepto de tiempo.

En tanto en la cultura griega se enfatizaba el concepto de espacio, para el hebreo, el tiempo es la dimensión importante.

Una de las enseñanzas más conocidas acerca de los tiempos, como los momentos adecuados, oportunos, en que algo sucede o puede suceder, la encontramos en el libro del Eclesiastés.

Formado por una serie de máximas –probablemente populares—y por la sabiduría de aquel entonces, el Eclesiastés proclama en el Capítulo 3 que:

1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

2 un tiempo para nacer,
y un tiempo para morir;
un tiempo para plantar,
y un tiempo para cosechar;
3 un tiempo para matar,
y un tiempo para sanar;
un tiempo para destruir,
y un tiempo para construir;
4 un tiempo para llorar,
y un tiempo para reír;
un tiempo para estar de luto,
y un tiempo para saltar de gusto;
5 un tiempo para esparcir piedras,
y un tiempo para recogerlas;
un tiempo para abrazarse,
y un tiempo para despedirse;
6 un tiempo para intentar,
y un tiempo para desistir;
un tiempo para guardar,
y un tiempo para desechar;
7 un tiempo para rasgar,
y un tiempo para coser;
un tiempo para callar,
y un tiempo para hablar;
8 un tiempo para amar,
y un tiempo para odiar;
un tiempo para la guerra,
y un tiempo para la paz.

No me olvido que estas son palabras surgidas en medio de un pueblo nómade, rústico, del desierto. Pero me desagrada completamente que se diga que hay un “tiempo para matar”, un “tiempo para odiar” y “un tiempo para la guerra”.

Pienso que esas máximas, puestas en el contexto actual, ya no deberían ser preceptos de una conducta a seguir, ni individualmente, ni colectivamente.

Pero no es eso a lo que me quiero referir, sino al concepto fundamental que sí comparto plenamente, o sea, el de que “todo tiene su tiempo”, entendiendo por “tiempo” el momento oportuno.

Venimos al Nuevo Testamento, y la figura imponente del Príncipe de Paz, de quien encarnó el Amor Divino por nosotros y para nosotros, Emmanuel, se refiere muchas veces a sí mismo, y maneja el concepto del tiempo, diciéndole por ejemplo a su madre: “Aún no ha llegado mi hora” (Juan 2:4), y a sus discípulos: “He aquí ha llegado la hora” (Mat.26:45).

¿A dónde voy con todo esto?

A que muchas veces, en la simple cotidianidad, en nuestras vidas nada importantes o trascendentes, sin embargo, tenemos que saber medir los tiempos. Tenemos que saber cuándo es el momento oportuno para que algo suceda, para que hagamos algo, y cuándo no.

Cuándo hay un “todavía no”, y cuándo corresponde que haya un “ahora, ¡ya!”

Discernir los tiempos y las sazones, en otras palabras, significa saber que tiene que pasar un tiempo para que un árbol de frutos. Y las sazones significa que tiene que pasar también un tiempo para que el fruto esté a punto de poderse comer y sea realmente sabroso.

Muchas veces ello implica que tengamos que ser pacientes, y saber esperar.

Y llegada la hora, implica no quedarnos de brazos cruzados sin darnos cuenta que el momento oportuno ha arribado, y debemos actuar.

Esta reflexión genérica puede aplicarse a muchos órdenes de la vida, y a múltiples situaciones y cuestiones.

Cada quien sabrá dónde aplicarla.



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Monday, September 27, 2010

Las Cosas Importantes Requieren Madurez

Tal vez, las situaciones y asuntos más importantes que la vida somete a nuestra consideración y decisión, requieren sobre todo, madurez.

Y madurez no significa cúmulo de años, sino el haber llegado a un punto de la evolución de nuestra personalidad, en que con calma, con razonamiento claro, preciso, parsimonioso, podemos analizar todas las facetas de algo, y tomar una decisión adecuada, correcta, sensata, honesta.

Madurez, entre otras cosas, significa sí, haber perdido la inocencia que se tiene cuando niño, para no ser tontos crédulos, sino adultos que utilizan el racioncinio.

Madurez significa no creer todo a pie juntillas, sino someter a prueba cuanto se afirma o dice, para verificar su autenticidad, o descartar lo que no es válido.

Madurez también implica tener una visión más realista del mundo, del cúmulo de intereses que vinculan a países, a organizaciones, a núcleos humanos determinados, a grupos secretos, a la inteligencia, a las corporaciones, y al poder sobre poderes, que está en la cúspide y detrás de todo, a nivel humano, me refiero.

Cuando uno descubre quiénes son los "Reyes Magos", o "Santa Claus" o "Papá Noël", empieza el camino claro, definitivo, del encuentro con la verdad, e intuye o atisba, quiénes son los títeres y quiénes los titiriteros.

Muchas cosas en la vida pues, requieren madurez.

No sólo a nivel de la ciencia, especialmente cuando se trata de algunos temas que están en el borde de la misma, como los fenómenos paranormales, o los "ovnis".

También en las relaciones interpersonales se requiere de maduraz para que las mismas tengan un fundamento firme. Para que no sean como una casa construida en la arena, facil de derrumbarse.

Ya sea que se trate de compartir una asociación para una empresa o negocio. Ya sea que se trate de compartir la vida a nivel de pareja.

Madurez reclama pasar del entusiasmo inicial, a avizorar las perspectivas ciertas de un futuro bien acotado y definido.

Madurez implica entonces, el análisis y la toma de decisiones muy conscientes y con mucha responsabilidad, para que todo se canalice adecuadamente y salga bien.

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Sunday, September 26, 2010

¿EXISTEN OTROS PLANOS?


Muchas veces me he preguntado acerca de la existencia de otros planos.

Otros planos del ser de las cosas. Otros planos físicos diversos y diferentes al nuestro tridimensional que experimentamos cada dia de esta existencia, acá.

Suele hablarse del más allá, más bien como algo post-mortem. Pero ¿y si el “más allá” fuese un permanente más acá, sólo que no directamente percibido por nuestros sentidos?

¿Si se tratase de un universo paralelo, que nos acompaña desde siempre, pero como las ondas de radio, o las microondas de nuestros teléfonos celulares, o las ondas de la televisión, no las vemos, ni tocamos, ni olemos, y sólo podemos captarlas si contamos con un aparato que oficia de conexión, de transductor de esas ondas, para hacerlas tangibles a nuestro oído y a nuestra vista?

La física no deja de considerar esto como posible, pero faltan las evidencias tengibles que permitan pasar de la teoria a la exposición.

Por otro lado, aún me gusta en lo personal especular un paso más. ¿Y qué si ese universo paralelo interactuase con el nuestro de manera no percibida sino por sus efectos?, ¿qué si eso que solemos llamar “casualidad” no es tal, sino una sincronicidad de situaciones perfectamente planeadas, ejecutadas, y ordenadas en ese universo paralelo pero que terminan reflejándose en el nuestro?

¿Qué si eso que llamamos “destino” a falta de encontrarle un sentido a las cosas, no es sino un devenir de cosas en esta existencia en el más acá, que es decidido en ese universo paralelo?

¿Acaso no nos suelen ocurrir situaciones, acontecimientos, encuentros con personas, contactos con instituciones, donde todo parece dispuesto a favorecernos, donde de golpe se abren puertas que hasta ayer fueron inimaginables, y atravesamos con confianza esos pasillos de nuevos lugares como si a nuestros pies se nos hubiese tendido una alfombra roja?

¿Qué determina que las cosas nos sucedan así?

O a la inversa, claro está, ¿qué determina eso que a falta de mejor explicación llamamos tontamente “mala suerte”?, ¿qué fuerzas o poderes se mancomunan para que de pronto todo parezca que nos sale mal, simplemente porque no ocurre conforme a nuestros deseos, voluntad o imaginación, sino de una manera distinta?

Y acaso, también, ¿no ha sido que alguna de esas que consideramos en el momento puntual una “mala suerte” terimina siendo una “gran suerte”?

¿No es cierto que es entonces cuando pensamos que de pronto hemos estado equivocados, que todo sucedió para nuestro bien, mucho mejor de lo que lo imaginábamos, y que las puertas cerradas, o las negativas, o la falta de oportunidad de un momento, abrió otras puertas, y reacciones afirmativas, y oportunidades diferentes?

Es nada más que una especulación, por la que ruego se me disculpe.

Es apenas una sospecha.

Es poner una mosca en la oreja, para que moleste lo suficiente como para hacer imaginar y pensar en otras posibilidades, porque tal vez, después de todo, no esté lejos de la realidad.

Es referirme a una realidad que los físicos describen como una cebolla, donde la cebolla es una entidad única, pero compuesta de varias capas paralelas.

Analicemos en retrospectiva las cosas que nos han ocurrido recientemente o a lo lejos en nuestras vidas, y pensemos si acaso no ha habido un cierto determinismo, si acaso no han incidido fuerzas inexplicables que, fundamentalmente, no dependían de nuestro deseo, voluntad o imaginación.
Fuerzas que actuaron ciertamente en nuestras respectivas existencias.

Pensemos….

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Monday, September 20, 2010

Lo Posible y lo Conveniente, o del Querer al Deber

La vida nos plantea a veces situaciones imprevistas, impredecibles e insòlitas. Situaciones que nunca hemos vivido antes, y ante las cuales tenemos que gestar y elaborar pensamiento partiendo desde cero.

Nos obligan a ser igeniosos, creativos, y sobre todo, serenos y sagaces en nuestras decisiones.

Me he encontrado con una de esas situaciones, y para alguien desde fuera, alguien que "balconea" lo que ocurre, puede ser muy facil dictar recetas, "haz esto" o "no hagas tal cosa", pero hay que estar en la situaciòn, para poderla comprender en toda su dimensiòn y profundidad.

Hay cosas que no se resulven fàcilmente, de un plumazo, y sin dolor.

Entonces se plantea un primer juego de tesis y antìtesis: lo posible y lo imposible.

Siento y pienso que cuando se trata de cuestiones humanas, como dice una amiga periodista que lo ha adoptado como su lema "todo es posible".

Entonces lo imposible, como antìtesis, queda descartado. Sì, hay una resoluciòn posible, a la situaciòn.

Pero entonces se plantea una cuestion en segunda instancia. Siendo posible ¿es lo màs conveniente?, ¿quièn gana y quien pierde?, ¿son màs los valores que se pierden que los que se ganan?

Por supuesto que una reflexiòn semejante, ademàs de exigir madurez, demanda sacrificio personal. Sacrificar lo querido, lo deseado, lo anhelado, lo soñado, por el deber. El deber de optar por lo conveniente antes que por lo posible.

El deber de ceder el lugar a otros, a costa del sacrificio propio.

En el fondo, la situaciòn conoce de una soluciòn honorable, sì, pero que conlleva làgrimas y pena.

Es una soluciòn de amor agape, o sea de amor sacrificial.

Es una soluciòn donde nos toca "cargar nuestra cruz", y darnos en sacrificio, para que otros puedan vivir felices, estar a resguardo y tranquilos.

En una palabra, es una cierta forma de eucaristìa, o sea de compartir en carne propia --salvando las distancias-- el sacrificio cual Emmanuel.

Renuncio a mis sueños, renuncio a mi felicidad, renuncio a un futuro posible, por el bien de otros, que ni siquiera saben de esa mi renuncia.

Pero lo hago a conciencia, con paz en el corazòn, pensando que es lo mejor, es lo màs conveniente, y tal vez, a la postre, lo màs inteligente.

Y hacièndolo, siento que el Ser en Sì obra en mi, y mi comuniòn con Èl se agranda.

Pero crèanme que duele, y duele mucho....

Ojalà nunca se encuentren ustedes en una situaciòn asì.

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Saturday, September 18, 2010

La Perfección de lo Imperfecto

La razón atempera el juicio.

El juicio se torna racional.

El frío razonamiento quiere imperar sobre los sentimientos.

Los sentimientos se anegan como asfixiados por las aguas de la lógica.

La lógica se pretende que nos ayuda a andar un camino adecuado.

Pero lógica anula lo más humano que tenemos.

Y no podemos caer en maniqueísmos.

Nada es totalmente puro o impuro, nada es totalmente santo o pecaminoso.

El ser humano, --criatura del Ser en Sí— es así y tal cual.

Si al Ser en Sí se le hubiese antojado otra cosa, nos hubiese creado diferentes.

No podemos repudiar una parte de nuestro ser, por querer afirmar otra.

Los valores éticos, los principios, la rectitud de proceder, la honestidad y sinceridad, todos son bienvenidos, y han de constitur una parte medular de nuestro ser y hacer.

Pero ninguno de ellos puede torcer aquella fuerza arrolladora, que no conoce de lógica ni de razón, pero que sí conoce de ser auténtica, genuina, cierta, verdadera –no mentida--, que nos lleva a amar.

Y cuando el amor se hace presente, hay que saberlo vivir dentro de los valores que tenemos y apreciamos, pero, nunca a costa de nuestro sentimiento mismo.

Porque a pretexto de ser perfectos o mejores, no podemos deshumanizarnos, pues es caer en la más terrible imperfección.

¡Tal vez sólo los enamorados pueden entender cuanto digo!



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Friday, September 17, 2010

ME PASÓ HOY

Hoy tuve que ir a la oficina de correos de mi zona a hacer un trámite.

Hay dos formas de ir, una tomando el Beltway, que es una especie de gran circunvalación que desde los suburbios, rodea a la capital, Washinton D.C., y luego desviándose hacia otra arteria importante.

Y otra que es ir por calles, y salir a dicha oficina en menos tiempo, al evitarse una gran cantidad de semáforos, y en un trayecto mucho menos congestionado.

Ese fue el camino que me enseñó Alicia, y que, a su instancia e insistencia, aprendí a hacer por mi mismo. Ella tenia un gran sentido de orientación geográfica –del que carezco-- y una memoria de rutas y lugares.

Hoy hice el camino para ir, y regresé por ese camino, tal cual Alicia me lo enseñó, y cuando iba por el camino, y pensé en ella, consciente de cuántas cosas dejó en mi para siempre, de cuántas cosas me enseñó, especialmente en materia de rutas alternativas, no pude evitar que surgieran lágrimas en mis ojos.

Y cuando esas lágrimas cayeron sobre mi rostro, recordé que eso me pasó el jueves 15 de abril pasado, cuando regresaba de haberla dejado en el Hospicio, en Arlington, y sabía que de allí –a diferencia de sus cuatro internaciones anteriores en hospitales— ya no volvería más a casa. Que era definitivo.

Alicia está presente en muchas cosas, todos los días.

Está presente en el cuadro con su foto que tengo en el living de casa.

Está presente en los consejos culinarios y las recetas de comidas que me enseñó a preparar.

Está presente en las tarjetas que me escribió para mis cumpleaños, y que ella guardó en cierto lugar que descubrí recientemente.

Fueron 39 años de vida juntos. ¡No es un día ni un tiempo corto!

Demasiadas cosas llevan su impronta, en el mismo orden en que están ubicadas y distribuidas en la casa.

Su presencia aún se siente en algunas de sus ropas, que aún conservan el aroma de algún perfume.

Y en su letra temblorosa, de cuando adiestró su mano izaquierda para escribir, pues ya no podía usar la diestra porque estaba hinchada.

Y por sobre todo queda la impronta de su personalidad: fuerte, decidida, firme, habilidosa, perseverante, valiente, luchadora incansable, madre y abuela formidable, maestra por vocación.

Alicia ¡por siempre, Alicia! ¡Disfruta en la compañía del Ser en Sí, y de los tuyos que te precedieron!.




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Friday, September 10, 2010

Un Sentimiento ¡Muy Especial!

Es un sentimiento muy intenso, que nos envuelve, nos abarca por completo, nos transporta, nos transforma.

Es un sentimiento en sí mismo hermoso, formidable, potente, como no hay otro.

Es un sentimiento positivo, creativo, solidario, gestor de lo más humano que llevamos dentro.

Es imposible definirlo con palabras, porque las supera a todas.

No se le puede comparar a nada, es único, exclusivo, diferente a todo.

Es cálido, dulce, agradable, nos hace inmensamente felices.

Es un arrullo para nuestro corazón.

Ese sentimiento excelso, extraordinario, superior, tiene un solo nombre: amor.




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Wednesday, September 8, 2010

A Veces la Felicidad me Asusta

Yo no sé si a ustedes les ha pasado.

Comparto con ustedes que a mi sí.

Hoy por ejemplo fue otro "Día Dios" como me gusta llamarlos. Fue un día espléndido en que todo salió a pedir de boca.

Desde la ida de mañana a un supermercado, pasando por la preparacion de mi almuerzo donde en poco más de media hora tenía cuatro comidas distintas prontas, hasta la llegada al Metro y gente que venia a recoger su automóvil, dejando un lugar para mi.

Luego un viaje tranquilo, leyendo un libro y una jornada de trabajo placentera, con noticias actualizadas, grabaciones, información al aire, y buena camaradería de los compañeros y compañeras.

Y como la guinda que remata al postre, una conversación telefónica que me llenó de satisfacción.

Y es entonces cuando me pregunto ---tal vez tontamente--- tanta felicidad que me hace sentir tan pleno y tan bien, ¿tendrá una contrapartida dolorosa?

Yo espero, ansío, ruego, que no. Que esa felicidad continúe y se amplíe, se amplifique y se agrande aún más, se complete.

Porque en realidad desde esta felicidad de hoy, actual, pienso positivamente, y me proyecto positivamente.

Siento que estoy inmerso en el Ser en Sí, que él me involucra, me rodea, me protege y guía. Y mediante la oración establezco un diálogo válido y efectivo del que recojo consecuencias benéficas.

Y esa oración involucra a diario a todas las personas que quiero, que están en lo más hondo de mi corazón, comenzando por la familia.




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Monday, September 6, 2010

Un Juego de Campamento

No he sido muy dado a campamentos, pero participé de una media docena, en mi juventud.

Algunas veces como simple acampante, otras como parte del equipo de líderes.

Recuerdo uno último, en que jugamos al “cómo sería”…

Es un juego en el cual los demás dicen de alguien, cómo sería, según la percepción que tienen de ese alguien.

Recuerdo un par de cosas que el grupo –integrado por muchachos y muchachas, menores que yo, pues estaba de líder-- dijo de mi, cuando me tocó el turno.

El grupo dijo que “si fuera una casa, sería una casa con muchas habitaciones, para recibir y albergar a sus amigos”.

“Si fuera un color sería el rojo, por lo apasionado, por lo activo.”

Y así siguieron haciendo un par de comparaciones más que no recuerdo. Pero esas dos me quedaron grabadas. Hubo otra, que no me acuerdo qué comparaba, y dijeron que era porque “me gustaba hablar”.

Lo que pienso tenía por sobre todo de interesante el juego, era que posibilitaba, mediante esas simples comparaciones, saber cómo nos ven los demás. En cierta medida, nos permite saber qué imagen proyectamos.

Y la imagen que proyectamos no es una imagen planeada, pensada, calculada. Es la imagen aún inconsciente, pero que revela qué tal y cómo somos.

En lo personal, me quedé muy conforme con ambas imágenes. Sentí que en el grupo había gente suficientemente capaz de captar cómo era uno.

Por supuesto que esas comparaciones se hacían con una sonrisa, con cierta discusión, y en buen espíritu de campamento. Se trataba de un juego y de pasar un buen rato juntos.

Pero era un juego que valía la pena.

A veces, fuera del ámbito campamentil, habría que practicarlo, porque siempre es bueno y conveniente tener un “feedback”, una retroalimentación acerca de cómo somos percibidos.

Puede ayudarnos a ratificar ciertas cosas, y a rectificar otras. De pronto nos abre los ojos a algo de lo que no nos hemos dado cuenta.

Creo que siempre que se pueda, vale la pena intentarlo, ¿no les parece?

Billy Joel es un extraordinario compositor, autor, intérprete, pianista, de música de jazz, pop y clásica.
De su vastisimo reperterio hoy comparto con gusto, esta interpretación de "In the Middle of the Night" (En medio de la noche), del álbum "River of Dreams" (Río de Sueños). Disfrútenla.



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Thursday, September 2, 2010

UN DÍA DIOS

¡AH, SI FUERA POSIBLE!
Les confieso… me lo digo tantas veces, ¡ah, si fuera posible conectar electrodos a la cabeza de alguien y traducir los impulsos eléctricos entre las neuronas a ideas, sería posible saber con total exactitud y sin margen de error, qué es lo que uno está pensando!
Luego eso podría escribirse, enviarse a donde fuera por la internet, en fin, las posibilidades son múltiples. Pero lo fundamental, es lo fidedigno de la versión obtenida.
Eso sería fundamental a la hora de disipar dudas en quienes de pronto llegan a tener de uno una apreciación errónea, o no aciertan a entender la peripecia humana concreta en que uno se encuentra.
Y eso ayudaría también, como nada podría ponérsele a la par, en transmitir los sentimientos que uno alberga por alguien, de forma patente y contundente.


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Pasando a otro tema. Hoy me siento feliz, muy feliz.

Mis cosas personales se van ordenando.

Mi espíritu ha mitigado suficientemente su dolor.

Mi alma se ha ido renovando, y mi comunión con el Ser en Sí, está en un excelente momento.

He tenido una semana, ésta al inicio de Septiembre, realmente estupenda.

Llevo cuatro días consecutivos en que todas las cosas salen bien, y se acomodan perfectamente.
Yo he llegado a llamar a una jornada así, “un día Dios”.

Son esos días en que los semáforos caen justo cuando tengo que pasar, en que llego al garaje del metro y me espera un lugar para guardar mi vehículo, en que en el trabajo todo el ambiente y la tarea discurre fluidamente….en que mi corazón siente gratitud por todo cuanto soy y cuanto tengo, la familia, las amistades, las vinculaciones internacionales.

Yo espero que este buen comienzo de Septiembre, no sólo continúe así sino que se acreciente.

Cuando el espíritu de uno rebosa alegría, paz, y está lleno de amor, todo en derredor se modifica, cambia, las relaciones humanas se hacen fáciles y adecuadas.

Una sonrisa en nuestros labios provoca la buena recepción por parte de los demás.


Tal vez esto les dé la idea de lo que finalmente es fundamental en el diario vivir: la buena relación con todo y todos.

Eso sí, comienzo cada jornada con una oración. ¿y ustedes?



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Wednesday, September 1, 2010

MIRANDO AL FUTURO CERCANO

Sí, amigas y amigos, el planeta se debate entre la vida y la muerte.

Entre la guerra y la paz.

Entre la extinción de la especie, y su prolongación en otro cuerpo celeste.

Entre el crímen y la honradez. Entre la justicia, y la degradación total.

Todo eso es cierto.

Y cuando oigamos de guerras y rumores de guerra, preparémonos, porque el tiempo está cerca.
Y lamentablemente, a eso nos llevan. Al matadero atómico.

Siempre hay “razones” para la guerra…nunca parecen haber suficientes razones para la paz.

Además hay paces verdaderas, y paces hipócritas. Paces para durar para siempre, y paces por conveniencia estratégica, paces oportunistas.

Miren al mundo y sus principales actores, y miren cómo se van moviendo las piezas en el “tablero de ajedrez”.

Ah! tontos y cómplices, vendidos y miserables, indignos y siervos de la mayor de las ignomnias.

¿Cuándo será el día que dirán la verdad desnuda?, ¿cuándo descubrirán su verdadera naturaleza?, ¿cuándo contarán sus concupiscencias en público?

Pero los inocentes, estemos atentos, con los ojos bien abiertos. Sin dejarnos confundir por los eslóganes que llevan al rebaño al despeñadero.

Andando bien asidos de aquellos principios fundamentales que cimentan nuestras propias existencias, libres, independientes, auténticas.

Y sobre todo ¡no temamos!

Porque de pronto, como ladrón en la noche, sin anunciarse previamente, sorpresivamente, inesperadamente –para quienes no conocen ni entienden—una fuerza más poderosa que todas las fuerzas se hará presente.

Alguien irrumpirá en medio de ese “tablero de ajedrez” humano, y confundirá todas las piezas, y estropeará todas las estrategias y tácticas, y se acabará el juego, y empezará a regir un orden distinto, un orden superior.

Será el momento de la catarsis y la transformación. El momento transicional hacia un futuro radicalmente diferente.

Amigas, amigos, el tiempo está cerca….mucho más cerca de lo que algunos imaginan o suponen.

El número que comienza con el nuevo siglo y culmina con el que corresponde a los Apóstoles, tiene la clave.

Como decía el maestro Emmanuel: “El que tiene oídos para oir, oiga”.



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