Pero más aún, la promesa suya de que también eso nos ocurrirá a nosotros.
Tal vez, no percibimos esa resurrección, ese volver a la vida luego de clínicamente muerto, si no tenemos en cuenta que los fieles son el Señor resucitado. Ellos le hacen vigente, patente, real, en el universo actual.
Ellos son Su cuerpo, ellos llevan el sello de Su Espíritu, ellos son responsables de hacerle vigente hoy. Si ello no ocurriese, la falla está en los fieles, la falla está en los humanos que han olvidado trabajar con el poder del Espíritu Santo, ese legado, esa herencia que Jesús dejó a sus discípulos.
Siento personalmente un profundo sobrecogimiento ante el tremendo hecho de la resurrección, y mi alma se abate ante la consciencia de imperfección y pecado. Pero...el Señor resucitado, proclama por sobre todo, el principio del Amor. El amor que se da, el amor dadivoso, el amor sin medir las consecuencias, y sin esperar recompensa.
Y ese amor implica el perdón de unos a otros, y con ello, la reconciliación, o sea el volverse a entender, a comprenderse, y a aceptarse.
Así es el Ser en Sí que está con nosotros y habita en nosotros, y que sabiéndonos imperfectos, nos perdona, tal cual Jesús perdonó a los mismos que le crucificaron.
En esta Pascua, surge desde el fondo de mi ser un gigantesco ¡Gracias Señor!, porque lo hiciste por cada uno de nosotros. Porque te jugaste por cada uno de nosotros, porque nos dejaste tu ejemplo imperecedero, para aprender a seguirte.
¡¡¡Gracias!!!
Mi Oración Hoy
Señor, renuévame en Tu espíritu
si he ofendido, pido perdón
si he sembrado dudas,
ayúdame a crear confianza
Si alguien sintió temor
que pueda brindarle seguridad
Si alguien no me conoce
que me respete
Si puedo ayudar a otros
concédeme hacerlo
Si puedo iluminar a otros
permíteme realizarlo
Que mis plegarias por salud
lleguen a quienes las necesitan
Gracias por Tu amor
por tus múltiples bendiciones
Gracias por el precioso don
de la vida, y la salud
Por la familia y los amigos
por quienes al conocerme, me quieren
Ellos son parte de tu bendición
son la grata compañía en el camino
Déjame dialogar con mis ojos
para encontrarme con los que me reciben
Concédeme la dicha y la felicidad
de poder amar intensamente
Y dame la seguridad de tu compañía
para seguir adelante. Amén.
enigma