Wednesday, May 29, 2013

Poniendo la casa en orden

Cuando uno regresa de un viaje, se produce un cierto desorden en el hogar.

En mi caso, que vivo solo, ello es el derivado de abrir las valijas, y comenzar a extraer de ellas su contenido.

Es la ropa sucia, que hay que lavar. 
Son los regalos recibidos a los que hay que destinarles un lugar. 
Son las cosas que hemos adquirido en el viaje que también tienen que tener un destino preciso.

Y luego está todo el resto de la ropa que llevamos y que debe volver sus respectivos muebles.

Poner la casa en orden, como solemos decir, no es facil, pero es lo mínimo para vivir adecudamente, y para ver con satisfacción las cosas que nos rodean.

El caos es sinónimo de desidia, abandono, falta de ganas, o bohemia. Ninguna de esas cosas son buenas compañeras para que un hogar luzca como debe ser, y para que vivamos en un orden que nos ahorra tiempo y facilita el diario quehacer.

Imaginar tener que ponerse a pensar dónde está algo, y perder tiempo buscándolo, es una experiencia agotadora y nada agradable.

De modo que un hogar en orden, es un aporte al vivir feliz. 

Se me podrá decir que cuando hay niños eso es más dificil. Sí, pero es parte de la educación de los niños, enseñarles que luego de usar sus juguetes, o lo que fuere, deben retornarlos a sus lugares tal cual estaban. 

De esa manera, ellos también van formando su propia disciplina de vida, la cual les ayudará muchísimo el día que sean adultos.

No es correcto que padres o abuelos toleren que los niños dejen la casa totalmente alterada, donde casi no se puede caminar, y donde todo tipo de juguete está desparramado por cualquier lado.  Y menos aún es admisible que los padres o abuelos se pongan a recoger y ordenar todo. Esa es parte de la tarea de los propios niños. Se juega, y se ordena.Y si no,no hay juego. Asi de simple. ¡Ellos saben entenderlo!

Pero cuando uno vuelve de un viaje, no es que el hogar sea un caos, pero cuesta poner todo en orden porque son muchas cosas a las que hay que buscarles un destino, un lugar adecuado. Cosas que no estaban antes. 

A ello se suma lo que la propia vivienda demande: cortar el césped de un jardín, podar árboles y arrancar yuyos. Lleva tiempo y energía, y hay que hacerlo para evitar que todo exceda los límites adecuados y luego dé más trabajo.

Por eso la vuelta de un viaje es desafiante y demandante. Yo este año ya he tenido dos --al extranjero-- y me espera otro en Julio.

Esto significa que cuando regrese a fines de Julio, luego de casi un mes de ausencia, nuevamente me veré desafiado a "poner la casa en orden" para que todo vuelva a la normalidad en la que procuro vivir cada día. 

Finalmente, según luzca la casa, así es como somos. 

En definitiva es un reflejo de nuestra manera de ser, de nuestra prolijidad o desprolijidad, higiene o carencia de ella, practicidad o pérdida de tiempo y desorden.   

En lo que me es personal, me adhiero a la higiene, la prolijidad y el orden. 

 enigma




Tuesday, May 28, 2013

Las estadísticas de Blogger no reflejan la realidad

Las estadísticas siempre son buenas para indicar tendencias, y tener una retroalimetación respecto de lo que uno hace.

Tal el caso de lo que publica Blogger para que uno vea qué cantidad de personas han leído lo escrito. Yo no tengo miles de lectores, aunque en mil 58 artículos, -de los cuales publiqué 980, hay un total de 73 mil 206 seis lecturas hechas.

Mis lectores son 230. Y de seguro que son fieles 230 que posiblemente me leen todos o casi todos los días. A ellos mi profundo agradecimiento.

¿Dónde están esos lectores?, sin indicar cifras, y en orden decreciente, se encuentran en México, Estados Unidos, Uruguay, Venezuela, Colombia, España, Perú, Chile, Argentina y Ecuador.

Pero luego de ver todo esto, el punto al que me quiero referir es que no entiendo cómo funcionan las estadísticas de la cantidad de personas que leen mis artículos. 

Uno sobre "Spat y Calush: graffiteros abusivos" sigue figurando con 21 lectores como algo destacado, cuando mi artículo titulado "Amistad bien entendida" publicado el 21 de este mes, alcanzó muchos más lectores y sin embargo no figura en segundo o tercer lugar de la estadística. 

Me parece que alguien tiene que prestar atención a eso y modificar esas cifras. 

A mis lectores les pido perdón por este pequeño apartamiento de lo que en general es mi gusto y preocupacón al compartir sentimientos, ideas, etc. con ustedes. De cualquier manera, comparto también sí, esta preocupación, pues entiendo que una estadística tiene que reflejar la realidad.

 enigma 
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Monday, May 27, 2013

TOLERANCIA

Tal vez lo hayan visto, pegado al paragolpes o el vidrio trasero de un vehiculo.

La consigna, formada por los símbolos de diversas religiones forma la palabra "tolerancia".

El diccionario la define como:  "Respeto a las opiniones, ideas o actitudes de los demás, aunque no coincidan con las propias."

Ese respeto, no significa estar de acuerdo con las opiniones, ideas o actitudes de los demás. Simplemente representa nuestro grado de civilidad, por el cual admitimos que haya quienes vivan según otros patrones que no son los nuestros.

Eso es lo que no practican los regímenes dictatoriales de cualquier tendencia ideológica, ni sus seguidores que se fanatizan políticamente, y se vuelven totalmente intolerantes. De ahí, el totalitarismo. La imposibilidad de admitir el disenso, la discrepancia, la idea diferente, la concepción de la persona misma o de una sociedad construída de otra manera. 

Se proclama "desde arriba" una verdad, y hay que acatarla, o se es un renegado dentro de un sistema que funciona a contrapelo de quien uno es.

Pero tolerancia no es sólo respetar las opiniones, ideas o actitudes de los demás. 

Es también afirmar el derecho que tienen quienes difieren de nosotros, a expresarse con libertad, a vivir según sus convicciones, a estar integrados a una sociedad pluralista.

Todo esto en un plano general.

Me gusta venir al plano de la relación personal. Tolerancia significa reconocer que somos humanos, imperfectos, falibles, y por tanto aceptar que la otra persona ha podido equivocarse en su concpeto de nosotros. Que ha podido tene una actitud incorrecta, que hasta puede habernos herido, y sin embargo, no dejaremos de considerarle, o de quererle, y de respetarle.

¿Por qué? porque esa tolerancia procede de un claro concepto de lo humano. Procede de darnos cuenta cuántas veces nosotros somos quienes estamos equivocados en nuestro enfoque de las cosas, en nuestra percepción de otros, en la actitud que hayamos asumido, etc.

La tolerancia entonces, se transforma en un elemento intrínsecamente humano.  Esa misma tolerancia, nos lleva a entender actitudes de otros hacia nosotros, aunque no las compartamos. 

Esa misma tolerancia, esencialmente, nos lleva a perdonar. 
Y perdonar surge de dos fuentes: el amor caritativo y dadivoso, una; y la otra, el reconocimiento de que nosotros también necesitamos ser perdonados.  

De modo que la tolerancia es un componente indispensable no sólo para el correcto funcionamiento de una sociedad, de la democracia, sino también, para las relaciones humanas.

Y puedo asegurarles que cuando se es tolerante, se conquista y se gana más terreno que si se obrara en manera contraria.

Junto a la tolerancia viene la persuasión. Es a partir de la tolerancia que puedo entablar un diálogo y puedo persuadir a la otra parte de que está equivocada, que su actitud ha sido errada, que su visión de mi persona no condice con la realidad.

Es también por la persuasión que encontraremos el camino para un entendimiento, y para establecer una base de conciliación, que conduce a una relación de paz.

Ser tolerantes pues, es tener grandeza. No es en manera alguna empequeñecerse, ni ser débiles.  La debilidad, justamente, está del lado de los intolerantes. Es su "talón de Aquiles" es lo que a la postre, termina por derrotarles.

Ejemplos históricos de ello, sobran.

 enigma    
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Saturday, May 25, 2013

COMPRENSIÓN

Tenía que ser sin duda Mario Benedetti, quien definiera de modo estupendo qué significa ser gente.

Porque cuando él escribió "La gente que me gusta", describió claramente las cualidades que constituyen el ser gente.

Después de leer detenidamente sus palabras, digo con sinceridad cabal, sin ninguna exageración de autoestima, y en un análisis claro de cómo soy, que bien me puedo considerar gente, uno de esa gente que le gustaba a Mario. 

Vean ustedes cómo es la gente que le agradaba a Mario:

"Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. 

Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.

Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.


Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.


Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.


A estos los llamo mis amigos.


Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada. 

 
Me gusta la gente que con su energía, contagia.


Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.


Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.


Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.


La gente que lucha contra adversidades.


Me gusta la gente que busca soluciones.


Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.


Me gusta la gente que tiene personalidad.


Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.


La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.


Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido."


Valorar a la gente, a los seres humanos que tenemos a nuestro alrededor, exige coraje, pero sobre todo, comprensión.

La comprensión esencial de que somos humanos, por tanto falibles, imperfectos, expuestos a la equivocación y el error, a meter la pata, a confundir sin querer a otros, a llevar a pensar que somos diferentes de lo que realmente somos.

Todo eso es posible, pero todo eso es subsanable, entendible, no justificable pero aceptable, si partimos de la base de que somos humanos.

Se requiere entonces el coraje de asumir nuestra falibilidad, y por sobre todo comprensión para con nuestros semejantes.

Por cierto que no todos/as pueden ser amigos/as, que no todos merecen serlo. Que no todos/as  tienen las cualidades que muy bien denota Benedetti.

Pero se requiere avanzar hacia esas cualidades, para llegar a ser gente. En otras palabras, es como si Benedetti estuviese diciéndonos con quiénes gusta y quiere tratarse, y por ende, con quienes no.

Es claro que en la vida tenemos que ser selectivos, porque en la selección se proyecta quiénes somos. 

Nunca pues es tan cierto aquello de "Dime con quién andas y te diré quién eres".

Me gusta tratarme con la gente que es gente.  Con esa gente voy a dónde sea, y me animo a compartir proyectos, sueños, anhelos, vida.


enigma

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Tuesday, May 21, 2013

Amistad bien entendida

"Un amigo no es sòlo el que rìe mis risas sino tambièn el que llora mis làgrimas" dice el texto que acompaña al osito.

Y nunca màs cierto. Es aquello de ser amigo en las buenas y en las malas.

Es tambièn extender siempre una carta de crèdito, de confianza al amigo, entenderle, llegar a explorar sus sentimientos, saber de su lealtad, de cuànto nos quiere y aprecia, y valorar adecuadamente todo eso.

La misma amistad requiere una reciprocidad de conducta y proceder. Un respeto mutuo, confidencialidad, y seguridad de que el amigo no nos va a fallar.

¡Què belleza es pues la amistad!  Muchas veces me han leìdo que he escrito cosas sobre la amistad. Y las seguirè escribiendo. Es que muchas veces los amigos y amigas estàn màs cerca de nuestro corazòn que algunos miembros de la familia misma.

¡Què maravillosa simbiosis la que se da entre amigos! què entendimiento aùn sin palabras, y què honda comprensiòn de los mutuos sentimientos.

Por eso, nunca dejarè de alabar la amistad, y nunca dejarè de ser amigo de nadie que quiera ser verdaderamente mi amigo/a y se comporte como tal.

Recordarè a mis lectores que los amigos se quieren bien, se desean lo mejor, se sostienen mutuamente, se facilitan cosas si tienen como hacerlo, sobrellevan sus sufrimientos, y disfrutan sus alegrìas. Los amigos nunca fallan, se tratan bien, consideran, respetan. Un amigo jamàs va a hablar ni a pensar mal de otro amigo.

Al contrario, un amigo defenderà con capa y espada, a su amistad, y se solidarizarà cuando la misma fuese atacada.

Eso es una amistad bien entendida, y a ella estoy comprometido de por vida con quienes son mis amistades, a quienes tengo reservado un lugar especial en mi corazòn.


enigma
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