Saturday, May 31, 2014

SIEMPRE SALE EL SOL...

El refranero popular tiene frases muy ciertas, y una de ellas es que "Después de la tormenta siempre sale el Sol".

Vengo de pasar dos días tormentosos. Los he anotado así en mi agenda para no olvidarme.

En el primero de ellos, personas que nunca trataron conmigo directamente, que no conocen de mi vida, ni de mi trayectoria y experiencia en un determinado campo de actividad, no tuvieron empacho en atacarme públicamente en Facebook, tratándome de "mentiroso" y de "desinformador", o --como dijera otro individuo hace un tiempo-- "agente de desinformación", lo cual es mucho más grave aún, porque si yo fuese un agente, significa que detrás mío hay una organización.

Ambas cosas son falsificaciones de la realidad, y en nada se corresponden con mi humilde persona. 

Soy un hombre de principios, me manejo con valores cristianos, afirmo la verdad en contra de la mentira, el cinismo o la hipocresía.

No pertenezco a ninguna organización secreta, ni tengo secretos que esconder, tapar o disimular. Obviamente no me estoy refiriendo a cosas del ámbito personal o íntimo, sino a cosas del dominio público, temas que se debaten, etc.

Eso me afectó mucho, pues toca a mi honorabilidad y hombría de bien. 

Como si eso no bastara, al día siguiente, alguien de Brasil, en relación al mismo tema que los anteriores me envía un libelo (porque no se le puede llamar carta) con el lenguaje más ramplón y soez que se puedan imaginar. Furibundo conmigo y profiriendo amenazas de que va a revelar no sé qué cosas de mi.

¿Y todo por qué? Por el simple hecho de haber dicho públicamente una verdad incontrastable: que esa persona negocia con el tema que trata. Se dedica a explotarlo comercialmente vendiendo una revista, Discos Compactos, DVDs, y ya publicó 80 libros. Los publica como una ristra de chorizos. ¡¡Yo apenas escribí 4 y sé el trabajo que lleva un libro!! Y además, organiza congresos internacionales.

Yo no insulté a esa persona, y jamás uso los gruesos términos que ese individuo usó conmigo. Jamás dije públicamente nada que no fuese una verdad constatable. ¿Por qué se enoja?  no lo sé ni lo entiendo.

Si está orgulloso de lo que hace --como supongo ha de estarlo-- acepte la realidad tal cual es y punto.  Y no hay por qué amenazar a nadie.

Pero la baja calaña del individuo queda demostrada en su lenguaje y en su amenaza. Espero no tener que recurrir a un abogado en el futuro.

Y todavía, luego de todo esto, se sumó un entredicho desagradabilísimo con una persona con la que procuraba mantener y establecer una amistad leal y sincera.
Una persona que me acorraló a tener un contacto sólo a través de los mensajes personales que se pueden enviar por Twitter (siempre con la limitación de los 140 caracteres). Ni un correo, ni un chat por WhatsApp. Nada. 

Yo estaba cuidando celosamente esa pequeña ventana de comunicación para irla profundizando, y aguardando que esa persona concretara un proyecto que ya lleva dos años y medio sin hacerse realidad. Una página Web en la que podría colaborar, y tal vez mediante una labor de colaboración de mi parte, afianzar más la relación de amistad.

Así las cosas, esta misma persona hizo un programa de TV hablando sobre las ventajas del abrazo. Pero cuando le he pedido que se despidiera de mi con un abrazo, parece que le costaba escribir esa palabra, y siempre terminaba con "saludo", o "saludos" en tanto que a otros individuos --que seguramente no conoce como me ha conocido a mi-- es una de "abrazos", "abrazotes", etc.

Y aún más. Lo que me había pasado en Facebook, me llevó a comentarle que me habia sentido mal, que hasta había tenido palpitaciones. 

¿Qué hace cualquier persona amiga? Inmediatamente pregunta "¿qué te ha pasado, por qué te sientes asi?"

Tuvo toda una tarde y una noche, llegó la mañana siguiente...y no fue capaz de interesarse en mi. Eso me produjo una decepción enorme y me demostró en los hechos, que no sabe ser amiga o no quería ser amiga. Ni siquiera eso, conmigo.

Pero...vaya forma de entender las cosas, cuando esta persona en su página de Twitter retuiteó algo que le mandaron unos conocidos suyos, y yo por mi parte comenté sobre lo que esos conocidos habían escrito, la persona de marras se ofendió, se irritó (sus palabras textuales) por mi "atrevimiento" en escribirle a esas personas, en pleno uso de lo que es Twitter, una red social.

Cuando defendí mi derecho a comunicarme libremente y le hice ver que esa era la esencia de Twitter, a las 4:30PM hora estándar del Este de EE.UU. escribió: "OK, adiós".  Inmediatemente dejó de seguirme, y cambió la presentación de su página de Twitter.

Hoy 31 amanecí en un día calmo, tranquilo. Terminada para siempre la relación con la susodicha persona. Vacacionándome de Facebook hasta el lunes, y entreteniéndome con unos jóvenes en Twitter.

Me siento en paz conmigo mismo, tranquilo, y miro con fe, como siempre, el futuro inmediato y a mediano plazo.

La tormenta ha pasado, ha salido el Sol. 

Estoy como para ir a la playa. Como para sentir el calor del Sol en la piel. Como para empaparme en el agua, y hacer una larga caminata por la orilla. Eso que a los uruguayos nos gusta tanto.

Estoy para tener la compañía de una buena amiga, que realmente me quiere mucho, y que sabe responder cuando acudo a ella.  Alguien que procede como cualquier persona sensata lo haría. 

Estoy para disfrutar y gozar de lo que la existencia me posibilita y provee. Me acompaña la buena salud, el estar entero, y el ser capaz de querer, de tener sentimientos hermosos, de valorar cada instante.


enigma
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Thursday, May 29, 2014

AUTENTICIDAD

Tal vez hoy --este jueves 29 de Mayo de 2014-- he experimentado como pocas veces lo que significa ser auténtico, y el costo público y social que tiene serlo.

Si hay algo que me fastidia hasta las mismas entrañas, es la mentira, la diseminación de maledicencia, de rumores infundados, todos tendientes a desprestigiarlo a uno, con una carencia de respeto, con una falta de tacto y de civilidad, totales.

Sí, yo sé que la educación y la cultura en el Sur de América del Sur está muy venida a menos. Y en este caso me refiero particularmente a la Argentina. 

En un tema al cual he dedicado la mayor parte de mi existencia, en forma libre, voluntaria, poniendo mi talento, mi tiempo y mi dinero, hay quien se atreve a decir que yo cobro en relación al mismo, y otros/as a que soy un "agente de desinformación".

Lo más interesante del caso es que se trata de personas que no conocen ni reconocen mi trayectoria, con quienes jamás he tenido amistad o una relación personal, que no saben nada de mi vida, antecedentes personales, trayectoria de trabajo, pero ni siquiera se molestan en averiguar. Les basta el chisme, el rumor envenenado que les arriman al oído como información confidencial. Y luego lo repiten como loros públicamente, enchastrando mi nombre.

Estas personas bien podrían ser perseguidas judicialmente por difamación.
Pero no me interesa, porque es darles una importancia que no tienen.

De cualquier manera, les he contestado y les he exigido que documenten ciertas afirmaciones, por supuesto que en la plena seguridad que no tienen con qué ni cómo pues mi trayectoria el transparente.

Ser honesto, ser auténtico, es lo que cuenta siempre en la vida.
Yo no digo A, y hago B.  Como se dice acá en Estados Unidos, soy alguien que 
"talk the talk and walk the walk", un juego de palabras para significar que digo lo que hago y hago lo que digo.

Hay gente que lamentablemente dice una cosa, pero no la hace, o lo que es peor, hace lo contrario.

Y lo que se requiere de cada uno de nosotros es honradez, honestidad, transparencia, ser auténticos.

Si tenemos una idea, una visión de algo, y la expresamos inclusive públicamente, cabe esperar que actuemos de forma acorde a ello.

Cuando eso no sucede hay una crisis, y la crisis es de autenticidad.

En definitiva, no somos auténticos. Que es una forma de decir que terminamos siendo hipócritas. 

Voy a poner un ejemplo bien sencillo:  el 22 de Mayo p.pdo. escribí sobre La Importancia del Abrazo, y destaqué todas las virtudes que ese hermoso gesto humano tiene.  Pero mal estaría si luego yo mismo me negase a abrazar a alguien, o al despedirme de una amigo/a en un correl (correo electrónico), no lo hiciera con un abrazo. 

Porque entonces ¿qué sentido tiene que abogue públicamente por lo bueno de abrazar y de enviar o dar abrazos, si luego yo mismo no lo practico? 

Otra cosa que quisiera señalar es que detesto la mentira. Cuando digo algo, lo digo con convicción y porque sé de qué hablo o a qué me refiero. 

Jamás he usado una mentira para conquistar la voluntad de nadie o engatuzar a nadie. Y si doy mi palabra sobre algo, la cumplo. Siempre, indefectiblemente.

Por tanto, se equivoca enormemente quien me hubiese escuchado comprometerme a algo, y haya prejuzgado o pensado que no lo cumpliría.

En todos los órdenes de la vida, y para todas las cosas se exige ser auténtico. 
Ser de una sola pieza, ser de "buena madera".

Ahora, que cada quién se pregunte cómo actúa en la vida, cómo se vincula con otras personas, y cuán auténtico/a es.

Gracias por leerme.

enigma
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Tuesday, May 27, 2014

LAS AMIGAS DICEN...

Si de algo disfruto es de la amistad, a todos los niveles en que ella se pueda dar.

Y esto se hace más especial con mis amigas.

Una de ellas reprodujo hoy en su Tiwtter, una frase de Walter Riso que dice: 

 "El agrado de uno mismo, sin culpas, pecados o castigos, radica en el descubrimiento de la autonomía.
Aceptarse sin tantas guerras interiores, con menos "debería", sin la presión de la tradición y la costumbre que asumimos pasivamente como un lastre"

Esta frase signfica mucho, y obviamente compromete a quien la reproduce y por tanto la hace suya.

El no sentir culpa, pecado y no esperar castigos, significa de hecho una liberación, la liberación de no sentire "monja", y de ser realmente mujer.

El aceptarse sin guerras interiores, significa el aceptar lo que se es y cómo se actúa, sin remordimientos, sin echarse luego atrás, o ponerse agua fría al cuello. 

Es tomar la decisión de ser auténticamente quien se es, tal cual se piensa individualmente y se siente individualmente, sin que estén pesando la tradición y la costumbre, lo cotidiano, lo que siempre fue, lo que mata en lugar de dar vida, lo que hace que uno se piense sin sangre.

¡Celebro que mi amiga, luego de tanto tiempo, se haya dado cuenta de esta gran verdad sobre la que he instado muchas veces!  Ojalá luego no se arrepienta y se vuelva atrás.

Otra amiga, confidente mía, me escribió recientemente diciéndome de sí misma:



"Estoy dispuesta a vivir cada momento de mi vida con la mayor intensidad
posible. En libertad, sin pensar en nada más. Yo estoy para vivir la vida tranquila, en paz, disfrutando y gozando de todo, hasta de lo más simple y ser feliz."

Y de eso esencialmente se trata: sentir paz interior, y procurar ser feliz, gozando para ello hasta de las cosas más simples. 

Escribí sobre esto recientemente. 

En cierta medida lo que me dice esta amiga, encarna el planteo de autonomía que hace Riso y que recogió la anterior en su Twitter: vivir con la mayor intensidad posible. En libertad, sin pensar en nada más.  Nada más que sujete, que controle, que oprima, que limite, que restrinja, que reprima.

Vivir disfrutando y gozando todo, en lugar de prohibirse prácticamente de todo, para acotarse a la tradición y la costumbre.

Creo que estas dos mujeres nos dan una hermosa lección. 

La lección de cómo encarar esta nuestra existencia. 

La alternativa está planteada en términos bien concretos: o el entorno nos consume y aplasta, o nos levantamos por sobre ello para ser quienes realmente somos, para satisfacer nuestros gustos, para sentir con intensidad, para desarrollar nuestras personalidades a pleno, para experimentar en nosotros mismos lo qué es la libertad.

Hartos de limitaciones, presiones, imposiciones, socioconvencionalismos, tradiciones, estereotipos culturales, decidirse verdaderamente a SER.

Porque de eso se trata.

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Friday, May 23, 2014

LAS COSAS QUE NOS HACEN FELICES

Si tuviera que apuntar a una cosa principal o fundamental que nos hace o nos tendría que hacer felices, es ser sencillos.

La riqueza, la opulencia, el derroche, --si tenemos un mínimo de conciencia y de sentido de solidaridad humana-- jamás pueden hacernos felices. Nos darán o no fama, harán que muchos nos sirvan por interés, nos concederán un tratamiento VIP, pero en el fondo, eso no añade ni un cabello más en nuestra cabeza.

Y por el contrario, nos obliga a recluirnos, a no poder andar libres por un parque, playa o calle. Siempre rodeado de un séquito de guardaespaldas, siempre saliendo rápido hacia un automóvil --posiblemente blindado-- y tal vez teniendo la compañía de una hermosa mujer, que no está con nosotros por cuanto valemos, o por amor, sino por las cuentas bancarias que tenemos, o los suntuosos regalos que le podemos hacer.

Francamente, eso para mi no es felicidad. Es una desdicha disfrazada.

Ser sencillos nos ahorra todas esas complicaciones, y nos permite tratarnos con quien sea sin barreras y sin problemas. No seremos objeto de secuestros, y nadie tiene por qué odiarnos.


La sencillez abre las puertas para encontrar la felicidad en las cosas simples y pequeñas que la vida nos ofrece a raudales. Por ejemplo, nos hace feliz la belleza y el perfume de  una flor.

Nos hace feliz la sonrisa de un bebé. El abrazo de la madre. La compañía de los amigos. La práctica de un deporte.

Encontramos felicidad en un viaje que podemos hacer para conocer otro país, otra cultura, y aprender algo de su lenguaje y costumbres. Saber de su historia, llegar a comprender su mentalidad.

Nos hace feliz estar en familia y con la familia. Especialmente cuando por circunstancias que no hemos buscado o determinado nosotros, vivimos geográficamente lejos unos de los otros. Reunirnos, compartir una mesa juntos, es un motivo de auténtico regocijo.

Nos hace feliz la conciencia del deber cumplido. El logro en el empeño puesto en el estudio o el trabajo. El reconocimiento de nuestros pares, y el sentido humano
solidario que nos lleva a ayudar a otros.

Nos hace feliz sentir a raudales el cariño, que como un torrente de agua tibia se derrama sobre nosotros, en el afecto que nos demuestran nuestras amistades, quienes nos quieren bien.

Nos hace feliz vivenciar sentimientos profundos e intensos, el amor, el gusto, la pasión, lo erótico, con quien es nuestra pareja.

Son cosas simples, nada rebuscadas, pero reales, concretas, de la cotidianidad, las que nos hacen felices. 

¿Lo comparten, o no están de acuerdo?


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