Tuesday, September 30, 2014

EL CUMPLIMIENTO DE LA PALABRA EMPEÑADA

Recuerdo que una vez un psiquiatra en una conferencia, dijo que "nadie es normal", esto es 100% normal. Todos tenemos algún trauma, algún problema de nuestra personalidad pero que, en la medida que es manejable, tratable y controlable, nos permite conducirnos en sociedad, dentro de un margen de normalidad.

Algunas de esas anormalidades pueden tener origen genético. No quiero decir con esto que eso nos exima de responsabilidades, pero ciertamente significa que nuestra conducta puede deberse no tanto a que queramos comportarnos de cierta manera bajo determinadas circunstancias, sino que el origen va más allá de nuestras decisiones o nuestro control.

A veces esas anormalidades pueden rastrearse hasta la época de la niñez, y allí, un acontecimiento, puede haber causado un trauma de por vida.  

Cuando una persona presenta cierta sintomatología patológica, se hace necesario profundizar en su personalidad y llegar hasta la niñez, porque muchas veces allí es desde donde arranca su problema. Ni la persona misma a veces tiene conciencia de ello. Otras veces si.

En particular, los hechos de la niñez pueden estar referidos a violaciones sexuales o intentos de violación, y generalmente es un familiar o un amigo muy allegado a la familia el responsable de esas desgraciadas situaciones.

A veces pueden ser amenazas recibidas por teléfono, o por cartas anónimas, que crean toda una tremenda tensión, especialmente en la adolescencia.

Vayan estas disquisiciones para explicar muy someramente por qué hay personas que de adultas tienen comportamientos atrofiados, o desacomodados respecto de la realidad, lo que les lleva a enfados inútiles, enfrentamientos innecesarios, y muy malos momentos, hasta, poder perder el empleo.

Pero una de las cosas que en lo personal me afecta muchísimo, es dar con una persona que es persistentmente mentirosa.

Alguien --y he conocido varias, tanto hombres como mujeres, aunque más de estas últimas-- de quien otros dicen: "de lo que te contó, créele la mitad o menos". Son personas fantasiosas, que crean casi mininovelas de situaciones más imaginarias que reales, pero que las viven como tales.  Así también sus fabulaciones, que muy orondamente comparten con otras personas. Y así también su buen relacionamiento con unos, y su creación de "enemigos" o su degradación hasta el borde de la enemistad, con otras personas.

Son mentirosos patológicos. Tienen que crear tramas, tienen que urdir situaciones, que terminan por creérselas ellos/as mismas, y actúan en consecuencia.
  Bajo esa misma premisa, dan su palabra de que han de hacer tal o cual cosa. Al momento lo dicen con una convicción que quien les escucha, o eventualmente lee, queda impresionado, y confía que así será.

Lamentablemente constatará tiempo después, que esa palabra dada, esa palabra empeñada, no significa nada. No constituye para la persona ninguna obligacion moral, y se la saltea sin problemas y sin un ápice de remordimiento. En el fondo, no toma conciencia de cuán grande deterioro se está haciendo a su propia imagen, a la consideración que otros le pueden tener.

Suelen practicar lo que en psicología se conoce como "proyección". Acusan a otros de no cumplir su palabra, cuando la realidad es exactamente a la inversa.

Y aún más: se manejan con dobles estándares. Se expresan muy bien, utilizan conceptos adecuados y así los exponen en las redes sociales, pero son palabras hueras. Nada de eso lo vivirán por si mismos en la realidad. 
  Incoherencia, irresponsabilidad, todo eso les cabe del punto de vista objetivo con que los demás les pueden ver. Pero para las personas mismas, aún jurar por algo les es tan liviano como tomar un refresco. 

Realmente es una pena que haya personas así, que actúen en sociedad de esa manera. Porque verdaderamente no se les puede tener un ápice de confianza. No digo que no harán ciertas cosas a las cuales se comprometen. Especialmente en el ámbito laboral, donde de no hacerlas perderían el empleo. 

Pero fuera de ese marco restringido y demandante, de ahi para afuera, las relaciones humanas, la interrelación con otras personas nunca llegan a ser profundas, nunca llegan a cristalizar en algo concreto, siempre serán lábiles, siempre estarán como volando y nunca tocando tierra. 

Siempre lo he dicho, y lo reitero por enésima vez: lo que se dice tiene un peso y un valor. Lo que yo escribo aquí lo tiene, y me hago responsable de cada idea, cada concepto, cada palabra.  

La palabra tiene un peso en sí misma y conlleva una responsabilidad. Y cuando se da la palabra respecto de algo que se va a hacer, pues lo único que queda y la sociedad espera, es que se cumpla. Cuando se cae en incumplimiento, y éste es reiterado al punto de hacerse una conducta y un patrón repetido, estamos ante una situación patológica. 

No importa que la persona involucrada no la vea así, o no se dé cuenta, o no tome conciencia de la misma. Quienes le tratan sí, toman clara conciencia y terminan por concluir en que el relacionamiento con esa persona ha de ser muy acotado, muy limitado.

Ahora, me causa una gran pena que haya personas así. Conflictuadas, partidas al medio consigo mismas, nunca totalmente felices, plenas. Me duele solidariamente, me duele por esas personas mismas, que las querría fuesen diferentes, para beneficio primero que nada de ellas mismas.

Pero el incumplimiento de la palabra empeñada es una grave falta moral. Así lo entiendo.Y creo que --con excepción de quienes no la cumplen-- estamos todos de acuerdo.

enigma
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Monday, September 29, 2014

VIVIR CON COSAS PENDIENTES

En nuestra existencia, es normal que tomemos decisiones. Prácticamente, en lo muy simple y cotidiano, como en lo más complejo y aún con cierto tiempo de antelación, estamos permanentemente tomando decisiones.

¿Cruzo o no la calle? ¿voy o no voy al cumpleaños al cual me invitaron?, ¿hago ese viaje que hace tanto deseo o aún espero a más adelante?, ¿consolido tres cuentas bancarias en una o las sigo dejando separadas?, ¿alquilo o compro una vivienda?...

Pero, y casi diría --afortunadamente-- hay cosas, situaciones, posibilidades o proyectos, que no van a depender de nosotros, o de nosotros exclusivamente. Y ahí es cuando nos toca esperar, ahí es cuando aparecen cosas que quedan pendientes y sobre las que nada podemos hacer hasta que se revuelvan por sí mismas, y/o por las acciones de otros.

Yo  me encuentro al ir andando esta parte final del año, en una etapa de estas. Donde tengo cosas pendientes que no sé cómo se van a resolver, y que, según como se resuelvan van a repercutir en mi día a dia, y en mis proyectos a corto y mediano plazo.

Estar pendiente de encontrar pareja, no depende sólo de mi. Depende de la otra persona que hasta hoy no sé quién pueda ser, si aparecerá o no, y si llegará a ser pareja conmigo, o no.

Estar pendiente de que surja un empleo, es casi dejar todo en manos de terceros que han hecho trámites que se resolverán en determinado momento, y ahí sabré si han tenido éxito, y como consecuencia de ello, entro o no nuevamente a estar activo. 

Vivir con cosas pendientes es para mi una sensación un tanto extraña. Porque además una va encadenada a otra y a otra.  Lo mismo respecto del lugar donde vivo. He pensado en mudarme. Claro, si me sale un empleo, deberé quedarme donde estoy. 

Si  no me saliera, ¿a dónde voy? ¿A otro lugar dentro del Estado de Virginia donde vivo?, ¿a otro Estado, y a cual?. Y el otro tema es cuándo. Porque Otoño e Invierno no son las épocas de mudanzas y menos de vender, alquilar o comprar viviendas. Habrá que esperar de aquí a 8 meses para que cualquier movimiento de ese tipo sea posible.

Asi que en estos momentos, vivo pendiente...pendiente de un montón de cosas. Y sin clara solución para ninguna de ellas. Mi esperanza es que de aquí a fin de año el  panorama se vaya despejando y casi por inercia pueda ir tomando decisiones acordes a las situaciones que se me presenten.  Asi, espero empezar 2015 no con cosas pendientes, sino con decisiones tomadas.

¿Les ha pasado a ustedes vivir pendientes de un montón de asuntos importantes, y no poder hacer nada hasta que no se resuelvan?

Es verdaderamente una situación un poco insólita. En general uno está acostumbrado a decidir y a tener un control sobre situaciones diversas. Al menos esa ha sido mi experiencia de vida hasta ahora. Pero, como ven, la experiencia puede llevarnos a cambiar de perspectiva, y a acumular una experiencia diferente. 

Vivir con cosas pendientes, les diré, demanda mucha paciencia, confiar en terceros, y en última instancia, poner todo en oración (al menos, quienes tenemos fé).  Yo tengo la convicción de que todo se ordenará perfectamente, que los hechos se van a ir dando para bien, y que 2015 puede abrirse como un gran año.

Comentaba con una amiga que 2014 fue un año muy diferente para mi de 2013. Este año que está transcurriendo ha sido mucho más positivo en varios aspectos. Lo he podido vivir con más intensidad. No que todo haya sido bueno. También he tenido alguna dolorosa decepción. Pero hasta eso finalmente termina por resultar bueno, porque uno supera la circunstancia, y sigue sereno viviendo el presente y apuntando hacia el futuro.

Si les toca vivir con cosas pendientes, siéntanse confiados que todas de una manera u otra se van a resolver, y según se vayan resolviendo serán entonces sí, las decisiones que ustedes tendrán que tomar.

¡Ánimo y adelante!
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Saturday, September 27, 2014

RECOMENDACIONES DESDE LA EXPERIENCIA

Experiencia del encuentro con alguien que de pronto toca de tal manera nuestro corazón, que le da un vuelco total, y nos hace dependientes de esa persona.

Pensamos todo el día en ella, no concebimos nuestra exitencia sin ella, y abrigamos el sueño de poder vivir juntos. 

Pero en el mundo de hoy, hay varias cosas que se admiten como normales o válidas, lo que años antes habría sido un imposible, porque no existía la tecnología que lo hiciera viable.

En primer lugar, abundan los sitios de búsqueda de pareja y propiciadores de encuentros.

Primer cuidado: hay que ver muy bien cómo uno se va a describir, qué poner y qué no poner. Hay que ser sincero por un lado, pero no desnudarse en público, por el otro. Hay cosas de uno que sólo podrán ir saliendo a luz en la medida en que se pase del encuentro inicial por internet, a una relación personal.

Segundo cuidado: esos sitios son relativamente confiables porque: a) la foto que vemos de la persona de que se trate, puede no ser actual y no responder a su verdadera imagen. b) la persona tenderá naturalmente a describirse con excelentes características, especialmente si es alguien lanzada a la conquista del eventual lector. c) la persona no tiene propósitos serios,  y está usando la página para una especie de prostitución solapada, o simplemente quiere divertirse sin encarar responsabilidad alguna. 

Dependará de lo qué busquemos, lo que podamos encontrar.

Un aspecto interesante que plantean las mujeres de edad mediana, por lo menos en Estados Unidos, es que buscan una solvencia económica considerable. No basta que alguien tenga un trabajo, quieren alguien con una alta remuneración, quieren lo que llaman "seguridad". 

Ese tipo de mujer no va a tener interés en alguien de clase media o media baja. Quiere de clase media alta a ejecutivos. El punto aquí es: acepto a alguien por el dinero que tengo, o acepto a alguien porque gusta de mi como persona, y valora quien soy por quien soy y no por lo que tengo.

Las buscadoras de "seguridad" son ambiciosas, pero francamente no las aconsejo como posibles y adecuadas candidatas. Ahí no hay sentimientos, amor, sino interés. Si tanto tienes, tanto vales y estarán contigo. Pero si no hay amor como base, más vale dejar eso a un costado.

La internet es una fabulosa herramienta de comunicación. Uds. de pronto pueden encontrar personalmente a alguien, y entablar luego de un primer encuentro una relación que --en razón de la distancia geográfica-- necesariamente tendrá que ser mediante correo electrónico, chats, y llamadas telefónicas. 

En cuanto a chats, o correo, está admitido social y culturalmente el sexting (o sea el uso de textos que son explícitos en cuanto a sexo) como una práctica común entre adultos que consienten y gustan de eso. Obviamente eso no se dará al principio, pero podrá darse a medida que avanza el conocimiento de ambos por el intercambio epistolar.

Pero, aunque la internet cumpla maravillosamente su función, permítanme decirles: no se sostiene una relación de amor por internet, por mucho tiempo. Es necesario que uno de los dos se mude hacia donde vive la otra parte, para finalmente compartir un mismo lugar de residencia, y eventualmente pasar a vivir juntos como pareja.

Si no se da la convivencia, la experiencia de adecuarse y adaptarse al nuevo lugar de residencia, y de pasar juntos por diversas vicisitudes de lo que es la vida misma llevada adelante cotidianamente, nunca se conocerán del todo, y pueden haber inesperadas sorpresas. Como que al tratarse cotidianamente, de pronto descubren aristas insospechadas de la otra persona, que les hacen recapacitar respecto a si verdaderamente querrían unirse o no a ella de por vida.

De pronto esa experiencia de convivencia, confirma, agranda y profundiza el vínculo, y entonces sí, están dados todos los elementos en forma óptima para vivir juntos y ser felices.

Porque el objetivo es vivir el amor sin límites ni restricciones, al máximo posible, y  sentirse en armonía y verdaderamente felices. Ese tiene que ser el norte y propósito de la vida en común. Si eso se logra, es maravilloso, pero si en cambio la convivencia se torna dificil, si se convive en medio de la incomunicación y el silencio, de la preponderancia de uno sobre el otro, de imposiciones o de dominio psicológico, eso no sirve, eso hace desdichado, eso puede que haga que uno de los dos arrastre la situación con un callado dolor en su corazón, pero aguardando el momento para salir hacia la libertad.

Nunca la vida en pareja ha de ser una vida de opresión, de silencio impuesto por las circunstancias, ni aunque hubiese hijos de por medio. Nada debe frenar la libertad de amar y ser felices. ¡Nada!

De modo que la convivencia en pareja es el objetivo final. Pero antes de llegar a eso, hay que conocerse y muy bien. Hay que vivir en la misma ciudad, verse cada día, pasar horas juntos aislados del mundo, momentos únicos de la pareja. Dialogar cuanto sea necesario, conocerse todo lo posible, y llegar a la convicción final por ambas partes, de que sí, que quieren estar juntos para siempre. 

Bases para esa felicidad y armonía, bases para ese amor, debe ser una entrega total y genuina del uno al otro. Una apertura total de corazón, sin secretos guardados de ningún tipo. Afianzar una sólida confianza mutua. No mentirse. Ser honestos, ser responsables por lo que se dice y lo que se hace. Ser coherentes con los valores, principios y las palabras empeñadas en algo. No desdecirse en los hechos, con lo que se enuncia con palabras. Y estar dispuesto al sacrificio propio por el otro, estar dispuesto a jugarse, es decir a dejar algo atrás, a perder algo, con tal de ganar lo que está en un futuro que se puede hacer realidad.

Amigas, amigos. Comparto esto por circunstancias de mi experiencia de vida. Ojalá les sea util, les abra los ojos a algunas realidades o confirme cosas que Uds. han pensado. 

Al amor, con cautela. Entusiasmo, alegría, felicidad, todo ello es hermoso, pero que no sea un momento pasajero. 

Que no nos engañemos a nosotros mismos respecto de lo que sentimos, y menos, a la otra persona.  

Y si hay algo sagrado son los sentimientos. Con los sentimientos NO se juega. Porque podemos edificar algo juntos, pero también podemos destruir a la otra persona, si luego de llegar como a una cima de sentimientos, de pronto, la despeñamos y arrojamos a un vacío de insensibilidad, incomprensión, incomunicación.

Cuidado pues. Asegurarse muy pero muy bien, que la persona además de ser normal, es capaz de respaldar en los hechos cada una de sus aseveraciones. No sea cosa que se eche de golpe atrás en todo, y nosotros quedemos desechos, pagando las consecuencias de una relación en la que nunca debimos haber estado.

¡Buena suerte!

enigma
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Wednesday, September 24, 2014

DEL DOLOR A LA PAZ

Ya he aprendido que las cosas que en nuestra existencia reputamos las más de las veces como "malas", no lo son. Son experiencias que nos enseñan, --si somos capaces de aprender. Son lecciones de vida, son situaciones que nos templan como el hierro al rojo vivo, situaciones que nos equipan y nos preparan mejor para afrontar cosas inimaginables.

También nos enseñan que tenemos en nosotros capacidades, destrezas, y voluntad que en situaciones normales desconocemos, hasta que nos salen a relucir enfrentados a determinadas circunstancias.Lo digo con total propiedad, porque me tocaron vivir y hacer muchas cosas durante la enfermedad --cáncer inflamatorio de mama-- que finalmente terminara con la vida de mi querida esposa Alicia.

Amar, amar es lo más maravilloso que Dios nos concede. Es --como lo he dicho muchas veces-- la quintaesencia de lo humano. Lo que nos diferencia del resto de las especies que habitan el planeta. Amar es en cierta medida un reflejo del Creador en nosotros. 

Quien ama sabe que es un sentimiento arrollador que impulsa nuestra existencia, que la propele a grados increíbles, que nos capacita para abordar nuevos desafíos, y que sobre todo, nos da aliento cada día. Quien ama entra en un estado de mayor armonía con todo lo que le rodea, y consigo mismo. Quien ama tiene una razón para ser y hacer, una razón para vivir.

Perder el amor, porque se va, porque nos abandona, porque nos deja, porque de golpe no quiere saber más de nosotros, sin mediar nada que lo justifique, es como si frente a un abismo, alguien nos empujase y fuésemos lanzados contra nuestra voluntad a una caída libre que parece no terminarse nunca pero que sabemos terminará deshaciéndonos.

Derivado de algo así, fue un trago amargo que tuve que beber ayer, a través de un intercambio de correles por internet. Fue realmente hiel, la hiel de un corazón duro e insensible, volcado en una idea y palabras absolutamente ofensivas a grado inconcebible.

Mi día de ayer fue de pena honda, de decepción indescriptible, de llanto e insomnio. 

Pero el Ser en Si, vela por nosotros, nos cuida, crea un escudo que nos protege "de los dardos del maligno" (para usar un lenguaje bíblico), y hace que el mal de otros no nos destruya. El escudo divino me protegió. Cuando pensé que se quebrantaba mi salud, vino la fortaleza. Cuando la desesperación me ganaba, más ganó la respuesta a mi oración. Y como quien a punto de ahogarse sale a la superfice y echa una bocanada inmensa de aire llenando sus pulmones, así sobreviví la jornada, y hoy amanecí en paz. 

Y no sólo en paz, sino en armonía conmigo mismo y todo cuanto me rodea. En paz y feliz. Feliz por mis amistades verdaderas, genuinas, leales,que no fallan, que tienen una sola palabra, que cumplen lo que prometen, que son responsables y coherentes siempre. Amistades con las que nos tratamos con cariño y respeto mutuo, como corresponde a seres civilizados.

Amistades que sabemos cómo somos cada uno, y que conociéndonos, reconocemos nuestros respectivos valores. 

Si, pasé de un día para el otro del dolor a la paz. Y tal vez sea este contraste mismo la más hermosa lección extraída de la jornada aciaga. A veces pienso que es aquella eterna pregunta de: ¿por qué el bueno tiene que sufrir?....Pero ¡ay del malo por el cual el bueno sufre!, porque lo que va retorna, porque lo que se siembra se recoge, porque la ley de causa y efecto es inexorable.

Por eso, en el fondo de mi corazón he respondido con perdón, pero también con el silencio que habrá de aquí en más. 

El silencio fructífero que hará que nada me perturbe para continuar viviendo y aspirando a lo mejor, y a dar de mi lo mejor en bien de muchos. 

Escucho en estos momentos, mientras escribo, música de Yanni, y realmente me da un tremendo ánimo, porque conforta mi espíritu y me impulsa hacia logros que están por venir.

Asi que hoy me siento pleno, feliz  y en paz. 


 enigma
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Tuesday, September 23, 2014

CÓMO CUESTA A VECES ENTENDERSE

Mis amigos/as: no basta hablar un mismo idioma para poder entenderse a cabalidad.

Y no me refiero a que países distintos han gestado una cultura diferente aunque el idioma sea el mismo.

Me refiero a conocer de tal manera a una persona, que se puede verdaderamente confiar en ella, que se puede interpretar casi hasta su mínimo gesto, inflexión de la voz, o subrayado en un escrito.

Entender así planteado, es conocer al otro o a la otra. Es aceptar de buena fe lo que nos dice, y tomarlo a derechas, sin pre-juicios, sin dudas, sin pensamiento retorcido que termina por atribuirle a la persona de marras, intenciones que jamás han pasado por su mente.

Una de las experiencias más desagradables que me ha tocado vivir, y que me sigue tocando vivir con algunas personas, es justamente esa de que uno dice algo, y es interpretado de una manera totalmente diferente, opuesta y contradictoria respecto a lo que es la más sincera y firme voluntad o convicción propia.

La situación llega a ser tal, que --si no fuera porque es seria-- daría para una comedia o un sainete. Porque cae en el más profundo absurdo y en el ridículo total.

Supongamos que a mi me preocupa la salud de alguien. Pues se interpreta como que uso mi preocupación como excusa para cierto propósito, y se llega a tildar eso de "vil". ¡Es terrible! ¿se dan cuenta?

O supongamos que quiero escribir una serie de artículos sobre un tema de mi interés y manejo profesional, y alguien me dice ¡"quieres plagiarme"!. Como si el mero hecho de escribir artículos fuese en sí una actividad plagiaria....Es algo así como si Ford le hubiese dicho a Chevrolet "¿así que tú quieres fabricar autos? eso es un plagio".

No, nadie tiene la erxclusividad de la idea de un auto, o de una serie de artículos para acusar a nadie de plagio. Plagio es cuando variando alguna palabra, se copia casi textualmente un texto y se le pone la firma de uno. Eso es plagio. 

Pero cuando se trata de una actividad hecha con honestidad, con sinceridad, la preocupación por la salud de alguien, el querer ayudar, el escribir sobre ciertos temas, y tantas otras cosas que uno puede hacer, tienen y deben ser vistas con simplicidad, sin buscarle cinco patas al gato. 

Sin embargo, hay personas que proceden de esa manera. Y créanme que las sufro. No les atribuyo mala intención, pero francamente hacen daño con sus actitudes, aunque yo creo que ¡ni de eso se dan cuenta!.

Por eso digo que lo fundamental para entenderse es la confianza mutua. Es tomar a alguien a derechas, sin pensar en intenciones ocultas, sin prejuicios, y obrar en consecuencia.

Tengo la fortuna y la bendición de contar con un gran número de amigos y amigas, que me conocen muy bien, que saben cómo soy, que saben que soy directo, espontáneo y transparente, y que jamás les he dado que pensar retorcidamente acerca de lo que digo o de mis intenciones, en el plano que sea.

A veces --les confieso-- me asombro de cuánto me quiere la gente que llega a conocerme bien. Pero me siento satisfecho de ser capaz de despertar ese cariño.

Y otros que no me tratan tanto, a través de lugares como Facebook, me dan muestras de consideración y respeto. 

Es que esa es la única manera de tratarse adecuadamente, es la única manera de ser gente.

Digo estas cosas, para ayudar a que quienes tienen esas actitudes irracionales y extrañas, donde se les ocurre pensar cosas raras, mediten un poco y se den cuenta de cuán equivocados/as están, y corrijan el rumbo. Porque de esa manera, nada van a conseguir, como no sea perder amistades.

Yo en lo personal valoro y cuido a cada amigo/a. No me gusta perderles, no me gusta que se vayan de mi círculo, porque les quiero, les respeto, me gusta tenerles conmigo. Aguardo simplemente, reciprocidad.


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Sunday, September 21, 2014

UNA AMIGA DIFERENTE



Yo tengo varias amigas, y algunas de ellas realmente muy buenas, cariñosas, afables, para quienes la distancia geográfica no cuenta. Las que me esperan con sus brazos abiertos cuando saben que voy donde ellas están.


Amigas que son confidentes, amigas con las que puedo contar.


Cada una con su actividad, su profesión, su deseo de superación permanente, su esfuerzo cotidiano, su entorno de vida.


Pero hay una que lentamente se ha ido revelando con una forma de ser que no le conocía.


Criteriosa en su pensar, con bastante vida vivida, se conserva muy bien físicamente, pero lo más importante para mi, fue descubrir su filosofía de vida que podría enunciarse en breves frases: vive cada día intensamente; aprovecha todas las oportunidades que tengas para disfrutar y ser feliz; ámate a ti misma con ganas; vuélcate a los demás con cariño; se extremadamente reservada.


Dentro de esa filosofía de vida, se anota como detalle muy particular, ser exquisitamente femenina, con una femineidad que sobrepasa lo común que en mis otras amigas.


Es también una mujer que se extasía con el arte plástico, una pintura, una escultura, especialmente si representan cuerpos humanos, le causa un peculiar placer. Ella dice que ama la belleza y le impacta.


Por lo demás, es una mujer de fe, muy fiel a su iglesia, muy fiel a sus amigos, bondadosa a extremos del auto-sacrificio. Noble de espíritu, muy sensible, recta en sus juicios, de buen nivel cultural, y por sobre todo, honesta, leal, sencilla, responsable, de una sola palabra. 


Una mujer que reconoce sus defectos, que sabe pedir perdón, y que sabe perdonar, y esto que parece sencillo, es muy importante, y no es para todas.


También ocurre que con ella, a diferencia de todas las otras amigas, nos conocemos de muchos años, desde nuestra juventud. Pero he venido a descubrir realmente en forma reciente, las  cualidades que adornan su muy especial persona. Y me place que sea como es. Me siento muy feliz de ser su amigo del alma, como ella me define.

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Friday, September 19, 2014

LA SEMANA MÁS FELIZ: Septiembre 20 al 25 de 2010



Este 20 de Septiembre, señala el inicio de una semana en ciudad México, que fue LA más feliz de mi vida en estos últimos cuatro años. Porque lo que viví entonces, fue algo único, maravilloso. Yo diría sin exageración, que para mi fue un verdadero regalo de Dios.


Un regalo, porque interrumpió mi soledad, porque me sacó de la pesadumbre y el dolor del luto por el fallecimiento de mi esposa, me levantó el espíritu y me dio ánimo para vivir.


Fue como abrir una ventana al alma y dejar entrar la luz del sol, y ver un cielo hermosamente azul.



Del 20 al 25 de Septiembre de 2010, llegué solo a la ciudad capital de México, pero a mi llegada al aeropuerto, me esperaba una dama que supo ser mi cicerone, y mi eficaz acompañante durante esos 4 días y medio que allí pasé.

Conocí entonces a una persona amable, gentil, servicial, con un gran sentido solidario. Una persona sensible, tierna, firme luchadora por su vida, intensa trabajadora, y muy madre de sus hijos.  


Una mujer inteligente, que ejerce con gran calidad su profesión periodística. Y en medio de su trabajo, valoré muchísimo que tuviese la amabilidad de hacerse tiempo para dedicarlo a mi humilde persona.


Me impresionó su afán de llevarme a conocer lugares, y parte de la historia de su país, y trazarme un poco mi agenda, para que andando solo, o en su compañía, no dejase de ver esto y aquello.


Así, fui a la parte antigua de la ciudad, recorriendo la Plaza de la Constitución, más conocida como El Zócalo, la Catedral, una Basílica que está a su lado, y a la vuelta un museo con piezas de arqueología que los expertos seguían extrayendo.

Tres horas me insumió la visita al Museo Nacional de Antropología, una verdadera maravilla mundial. Algo único. Me cansé de sacar fotografías.



Visité la Torre Latinoamericana desde donde se obtiene una vista espectacular de la ciudad de México. 



Y me quedé extasiado con las obras de los muralistas mexicanos, en el Palacio de Bellas Artes que en sí mismo, es un estupendo monumento arquitectónico.



Entre medio tuve un reportaje radial que me hicieron los periodistas Héctor Sampson y César Buenrostro.  



Y otro día, a la noche en el hotel, un encuentro con el Ing. Luis Ruiz Noguez con quien platicamos sobre publicaciones.


Pero hubo dos verdaderos hitos en esa visita: uno, fue ir a las pirámides de Teotihuacán, la del Sol y la de la Luna,  en medio de una inmensa explanada. Un encuentro con la magnificencia de las construcciones  indígenas que son parte de la más brillante historia del México autóctono. Allí fui acompañado.


El otro, --también acompañado-- visitar el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe, la virgen venerada por todos los mexicanos.  Se trata de un estupendo templo modernísimo, con una estructura y una acústica formidables, donde está la imagen original de la Virgen de Guadalupe. También allí hay una estatua del Papa Juan-Pablo II que recuerda su histórica visita a ese Santuario.


Los diversos momentos vividos, como tomar mate, -- mi acompañante me pidió que llevara “la jícara y el popote” (léase el mate y la bombilla) lo que me obligó además a llevar yerba, porque estaba curiosa de conocer lo que era--; los almuerzos a las tres de la tarde –como se usa allí—y  las múltiples pláticas y emociones vividas, no tienen parangón. 


A partir de ese encuentro, quedamos como amigos. Una relación que se ha ido perdiendo –lamentablemente—por lo muy ocupada que dicha persona está.


No puedo pasar por alto tampoco, lo que fue la emotiva despedida en el Aeropuerto Benito Juárez, entre abrazos y lágrimas. 


Tuve otras visitas a la ciudad  de  México. Podría señalar a la segunda, como estupenda también. Pero esta primera, ha de quedar imperecedera y para siempre grabada a fuego en mi memoria.  


Y para la bella persona que entonces supo acompañarme, tengo sólo una palabra, sencilla en su decir, pero profunda en su contenido: ¡¡gracias!! 


Hoy abro mi PC y me llega el mensaje de una línea aérea que dice: “Travel, the cure for Winter blues”,   “Viajar, la cura para las tristezas de invierno”.


En todo este año, excepcionalmente, no he ido a México. ¡Quisiera volver! 




enigma

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