La Piedad de Miguel Ángel - Museo Soumaya, México
Definición del diccionario
(pje'ðað)
sustantivo femenino
sustantivo femenino
1. sentimiento de compasión que produce
el sufrimiento de otra persona. Obrar
con piedad
El sentimiento de
piedad es uno de los que nos honra más como seres humanos.
Ser compasivos con el
prójimo, preocuparnos por quien sufre, procurar modificar su situación, o
atenuar su sufrimiento, es una expresión de amor cristiano, de solidaridad
entre pares.
Pero –aclaro enseguida—
no se necesita ser cristiano para sentir piedad, y para extender una mano o un
abrazo fraterno a quien lo necesita.
Tal vez esto esté en
la intención de muchas personas. Pero de la buena intención hay que pasar al
hecho.
La piedad implica no
sólo un sentimiento, sino la acción positiva que le debe seguir. Tomar una
iniciativa, cualquiera sea la necesaria, y llevarla a cabo.
La otra cara de la
moneda, es la impiedad.
O sea cuando no nos
importa el sufrimiento que ocasionamos a alguien, miramos con desdén la
situación, o nos desentendemos totalmente de ella.
Sabemos que alguien
sufre, sabemos que sufre por nuestra indiferencia, nuestro desprecio, nuestra
actitud hostil, nuestros insultos y agravios, y seguimos tan campantes, como si
de todo eso no fuésemos directos responsables.
Como si esa bajura de
nuestra alma, estrechez de entendimiento, y dureza de corazón, no importaran,
no fuesen a la postre un demérito para nosotros mismos.
Eso se llama
propiamente impiedad.
Y los/as impíos/as
son esencialmente los indiferentes al sufrimiento del prójimo, pero más aún,
los hacedores de trato o circunstancias que crean el mismísimo sufrimiento; y
ante eso, no importárseles nada, no tomar consciencia del daño que están
haciendo, despreciar la vida humana que están afectando.
Eso es horrible, y
lamentablemente, eso pasa.
La masiva persecusión y muerte de cristianos, hombres, mujeres, niños y ancianos por parte de los jihadistas musulmanes es tal vez el ejemplo más cruel que en este momento soporta el mundo. Y nos preguntamos ¿hasta cuándo?
La masiva persecusión y muerte de cristianos, hombres, mujeres, niños y ancianos por parte de los jihadistas musulmanes es tal vez el ejemplo más cruel que en este momento soporta el mundo. Y nos preguntamos ¿hasta cuándo?
30 criminales
brasileños, en una favela, acaban de violar reiteradamente a una chica de 17
años. Es cierto, la chica salió un sábado de su casa a divertirse. Es cierto,
la chica había consumido estupefacientes, aunque hacía un mes que no los
probaba. Pero aún una vida no totalmente bien orientada (¿qué pasa con los
padres de la chica que siendo menor de edad la dejan irse de la casa así
nomás?), no justifica en lo más mínimo el horrendo y repudiable vejamen
cometido contra ella.
La justicia debe ser
muy dura con esos monstruos.
Pero no se necesita
llegar a un caso extremo como éste, para que haya impiedad. Hay formas más
sutiles o atenuadas de carencia de piedad que también hacen estragos en quien
es víctima.
Eso también es
repudiable, y no debería suceder.
Que cada quien piense
cómo se relaciona con su prójimo. Especialmente si ese prójimo no es un
extraño, sino alguien bien conocido. Un familiar, una amistad, un compañero de
trabajo o de estudio, un vecino, etc.
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
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