Tuesday, July 21, 2020

AMOR Y PATRONES CULTURALES

Podemos considerarnos gente estándar. Podemos pensar que nuestra forma de entender el mundo y la sociedad, cómo vivimos, cómo tratamos a otras personas, todo eso es normal, es justo y de general aceptación.

Y también nos impacta cuando nos encontramos con una forma de ser diferente, de entender las relaciones humanas, valores, etc.

A veces podemos enamorarnos de una persona, y pensamos que las cosas que decimos y hacemos serán totalmente aceptadas, y que la forma en que nos comportamos en relación a nuestros sentimientos es correcta y es lo que la otra persona espera.

Pero muchas veces eso no es así. De la misma manera en que no podemos aceptar la forma en que se comporta la otra persona o las ideas que ella tiene.

Por ejemplo si tratamos con una mujer de Corea o de la India, aprenderemos que no importa si nos enamoramos de alguien, esa persona necesitará la aprobación de sus padres para llegar a ser nuestra prometida y luego esposa.

Entonces, los padres de ambas personas, la mujer y el hombre, tienen que llegar a un acuerdo –que habitualmente implica también dinero— a fin de concretar el casamiento de ellos. Si ese acuerdo no se alcanza, no importa cuánto se amen, ellos saben que su matrimonio será imposible.

Para una persona occidental, ese “apoyo” de los padres y su decisión sobre las vidas de sus descendientes no es justo ni aceptable. Pero…esas son las normas entre ellos.

Vengamos ahora a Occidente, conde las relaciones sexuales in otros tiempos era un tema del cual nadie hablaba abiertamente y sobre el cual había tantos tabúes. Hoy día chicos de 15 años y aún más jóvenes, tienen relaciones sexuales muchas veces con el consentimiento de los padres que aún les dan una habitación para estar solos en sus casas.

Eso no significa que de esa relación van a llegar al matrimonio, etc.

Es casi seguro que esa relación va a terminar luego de algunos meses o un par de años. Son demasiado jóvenes para saber realmente lo que quieren y para hacerse cargo de todas las cosas con las que tendrán que vérselas si se casan y tienen hijos.

En algunos casos, contraen matrimonio, tienen uno o dos niños y luego se separan o divorcian. Más maduros, se dan cuenta que lo que han elegido no es lo mejor que querían para sí mismos.

Es por eso que entre esas personas el gran y muy importante sentimiento del amor es minimizado, deviene en algo circunstancial, algo que puede ocurrir con una persona hoy y con otra mañana.

Y algunas personas, hombres y mujeres, se acostumbran a esto. No son capaces de acomodarse en forma permanente a ninguna relación. Sienten la necesidad de buscar otra. En cierta forma –eso es lo que ellos se creen-- es con la esperanza de encontrar el/la verdadero/a persona, único/a, la que ellos desean y esperan.

El problema es que nadie es perfecto, y fácilmente van a encontrar defectos o cosas que no gustan, entonces sienten la necesidad de conocer a otra persona. Y créanme, hay hombres y mujeres que están permanentemente en esa clase de juego. 


Nunca se sienten satisfechos/as. Solamente por un tiempo o un momento, y necesitan volver a la aventura de encontrar “el/la uno/a” que en realidad llega a ser lo imposible.

Hay otro problema que va a la par con este tipo de actitud y vida. Esa gente no se preocupa por la otra persona. La única que inicialmente eligieron y luego –sin ningún remordimiento— dejan a sus propias posibilidades, sin sentirse responsables por el daño que han causado. Esa es una de las peores consecuencias de una forma de comportarse irresponsable, incoherente, y sobre todo con falta de respeto y falta de un verdadero sentimiento humano.

Por lo tanto, esa clase de gente está siempre en búsqueda. Pueden tener una situación permanente, como por ejemplo, estar casados. Pero más allá de su matrimonio o paralelamente al mismo, ellos/as gustan, disfrutan y buscan la emoción que produce en ellos/as la aventura, correr un medido riesgo, y sentir nuevos besos, caricias, etc.

En México y América Central eso es muy común.

He conocido a mujeres casadas aprovechando oportunidades para tratarse con hombres –no importa si ellos eran solteros o casados—siempre que pudieran tener intimidad por horas o días.

Entre muchas otras ocasiones como fiestas --una en la cual usan la posibilidad de encontrar a alguien, es en eventos internacionales.

Al estar solas –sus esposos están lejos-- procuran estar siempre con alguien que han elegido. Mantienen conversaciones, y es altamente posible que en el mismo evento— habitualmente desarrollado en un hotel, vayan juntos a una de sus habitaciones, para estar solos.

Un amigo me relató el caso de una mujer mexicana –una periodista que estaba participando en una convención internacional y fue con su camarógrafo. Esta mujer estuvo ausente a través de todas las sesiones, excepto el primer día, y cuando hubo una fiesta. El camarógrafo también estuvo ausente.

Personalmente conocí el caso de una mujer panameña también participante de un acontecimiento internacional. Una noche, mientras toda la gente estaba reunida en un lugar, ella se escapó tomada de la mano con un hombre joven de Costa Rica, yendo directamente a su habitación en el hotel.

Posteriormente llegué a saber que ella está casada y tiene dos hijos. Su actitud allí fue la de una mujer libre, una soltera.

Este tipo de cosas, esta clase de conducta es muy común en esos países.

Se puede ver –por ejemplo— a un grupo de cinco o seis mujeres mexicanas en un Canal de TV (Televisa, Azteca, Telemundo o Univisión) haciendo comentarios sobre el romance de una u otra persona, y ustedes van a constatar cuán livianamente tratan la vida de esas personas, y cuánta diversión encuentran en que tengan sus amoríos, no importa si están casados/as o no.

Me inclino a decir que esas personas lo que son capaces de sentir, es una fuerte atracción por un momento o un tiempo limitado, lo que propiamente se llama capricho, y luego sienten la necesidad de conocer a otra persona.

Al final, ellos/as resultan conocidos/as por lo que son y lo que hacen, por lo menos en ciertos círculos, y no les importa.

Algunas de esas personas son más discretas, y cuidan las apariencias. Se rodean de misterio, de ocultar cosas, y aborrecen ser expuestas o que sus amoríos puedan conocerse. Pero eso es para continuar sin problemas con su estilo de vida.

Es por eso que el factor cultural puede afectar lo que uno espera de una persona de otra cultura. Las reglas no son las mismas, las conductas no son las mismas. Y si no se está consciente de eso, se pueden sufrir las consecuencias.

Ahora, necesito aclarar algo. Esas mujeres no se comportan de esa manera por ningún tipo de compensación o recompensa. Lo hacen porque necesitan sentirse amadas, mimadas, reconocidas, ser importantes para alguien.

Probablemente sus esposos son individuos que trabajan mucho, llegan cansados a sus hogares, su vida sexual es muy poca, no son nada románticos, y carecen del espíritu de aventura amorosa.

Por supuesto que si ellas tratan con un caballero, él puede sentir el placer de hacerles algunos obsequios, invitarlas a cenar a un restaurante muy especial, a un concierto en un teatro, pagarles un pasaje a Miami, o pasar unos días juntos en la Riviera Maya.

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Milton W. Hourcade  

Textos protegidos por derechos de autor.

LOVE AND CULTURAL PATTERNS



We can consider ourselves standard people. We can think that our way of understanding the World and society, how we do live, how we treat other people, all of that is normal, is fair and of general acceptance.

And also we are really shocked when we face a different way of being, of understand human relationships, values, etc.

Sometimes we can fall in love with a person, and we think that the things we say and do will be totally accepted and that the way we behave related to our feelings is correct and it is what the other person expects.

But many times that is not the case. As well we cannot accept how the other person behaves or the ideas she or he has.

For example, if we deal with a woman of Korea or India, we’ll learn that no matter if we fall in love with someone, that person will need the approval of her parents to become our fiancé and later our spouse.

There, the parents of both people, the woman and the man, have to reach an agreement –that usually implies also money— to concrete the marriage of them. If that agreement is not reached, no matter how much they could love each other, they know that their marriage won't be possible.

For an Occidental person, that “patronage” of the parents and their decision over the lives of their descendents is not fair and acceptable. But…those are the rules among them.

Let’s come now to our Occident, where sexual relations in other times was a subject about which nobody will openly talk, and about which there were so many taboos. Today youngsters of 15 years old and even younger have sexual relations, many times with the consent of the parents that even give them a room to be alone in their homes.

That does not mean that from that relationship they will go to their marriage, and so on.

It is almost sure that such a relationship will end after some months or a couple of years. They are too young to know what they really want and to assume all the things they will have to deal with provided they get married and have children.

In some cases, they get married, have one or two children, and then they separate or divorce. Being more mature, they realize that what they have chosen was not the best they wanted for themselves.

That is why among these people the great and very important feeling of love is minimized, becomes something circumstantial, something that could happen with a person today and with another one tomorrow.

And some people, men and women, become used to this. They are not able to accommodate in a permanent way to any relationship, they feel the need to search for another one. In certain way –that they believe for themselves— it is with the hope to find the real one, the one they desire and expected.

The problem is that no one is perfect, and they will easily find defects or things they don't like, so they feel they need to know another person. And believe me, some men and women are permanently in that kind of play. They never feel satisfied. Just for a time or a moment, and they need to go again to the venture of finding “the one” that in reality becomes the impossible.

There is another problem that goes along this kind of attitude and life. These people don’t care about the other person, the one that they initially choose and later –without any remorse— leave to his/her own devices, without feeling responsible for the damage they have caused. That is one of the worst consequences of a way to behave irresponsible, incoherent, and above all with disrespect and lack of a real human feeling.

Therefore, that kind of people are always in search. They could have a permanent situation, like for instance, being married. But besides their marriage or parallel to that, they like, enjoy and look for the emotion that produces in them the adventure, to run certain measured risk, and feel new kisses, touches, etc.

In México and Central America, that is very common.

I have known married women taking opportunities to deal with men –don’t matter if they were single or married-- provided they could have intimacy with them for hours or days.

Among many other occasions like festivities— one in which they take a chance to try to find someone, is in international events.

As they are alone, --their husbands are far away— they try to be always with someone they have chosen. They entertain conversations, and highly possible during the same event-- usually happening in a hotel, they will go together to one of their rooms to be alone.

One friend told me the case of a Mexican woman –a journalist that was participating in an international convention and went with her cameraman. This woman was absent throughout the event, exception the first day, and when there was a feast. The cameraman was also absent.

I knew personally the case of a Panamanian woman also participating in an international event. One night, while all the people were meeting in one place, she escaped holding hands with a young Costarrican man, going directly to his room in the hotel.

Later I came to know that she was married and with two children. Her attitude there was that of a free woman, a single one.

This kind of things, this kind of behavior is quite common in those countries.

You can see –for instance— a group of five or six Mexican women on a TV Channel, (be Televisa, TV Azteca, Telemundo or Univision) making comments about the romance of one person or another, and you’ll find how lightly they deal with the life of those persons, and how funny they found that they have their love affairs, no matter if they are married or not.

I would tend to say that what that kind of peopel can feel is a strong attraction for a moment or a limited time, what properly is called infatuation, and later they feel the need to know another person.

At the end, they became known for what they are and what they do, at least in certain circles, and they don’t care.

There are some of these people that are more discreet and care about the appearances. They surround them of mystery, of hiding things, and they abhor to be exposed or that their love affairs could be known. But that is just to continue without troubles with their life style.

That is why the cultural factor could affect what you can expect from a person belonging to another culture. The rules are not the same the behavior is not the same. And if you are not aware of that, you can suffer the consequences.

Now I need to clarify something. Those women don’t behave that way for any kind of compensation or reward. They do that because they need to feel loved, pampered, recognized, being important to someone.

Probably their spouses are individuals that work too much, they arrive tired to their homes, their sexual life is very little, they are nothing romantic, and they lack the spirit of love adventure.

Of course that if they deal with a gentleman he could have the pleasure to get some gifts for them, invite them to a dinner in a very special restaurant, a concert in a theater, a trip to Miami or to stay some days together at a beach in the Riviera Maya. 

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Milton W. Hourcade