Esa música que toca el corazón, es la del pianista, intérprete y autor mexicano ERNESTO CORTÁZAR.[cuadro pintado por mi al acrílico].
La vengo escuchando a diario, desde 2008, cuando alguien tuvo a bien hacérmela llegar a mi correo electrónico. El tema que me enviaron (y hoy día no sé si fue una alusión personal o un pronóstico sobre mi vida, se titulaba "Lonely Island", Isla Solitaria).
El tema es hermoso, pero fue la puerta que se abrió para que yo hurgara en la Internet y me encontrara con otras músicas de Cortázar que fui adquiriendo unas y bajando otras desde una página web que alguien creó, más YouTube.
Ciertamente es una música romántica, un algo nostalgiosa, pero bella siempre.
Confieso que de tanto en tanto me trae recuerdos de maravillosos momentos vividos, pero que he elegido dejar a un costado.
Las más de las veces, alegran mi presente, donde tengo paz interior, donde un pasado bastante próximo no me atormenta ni me provoca sufrimiento.
Hay cosas injustas en la vida, cosas que nos suceden sin merecerlas. Es el mal que anda por el mundo, y son personas que en vez de procurar hacer el bien, se regocijan en hacer el mal.
Así tuve algunas en un lugar donde trabajé aquí en Estados Unidos. Así conocí a alguien en México, que supo confundirme.
Me cuesta entender el tipo de mezquina y anormal satisfacción que sienten esas personas haciendo el mal, dañando a otras, y refugiándose en una barrera de incomunicación para que no se les pueda interrogar, para no dar explicaciones, para no expresarse libremente y decir qué tienen dentro.
Pero, como decía un amigo, hay una inexorable ley de compensación. El bien que haces vuelve a ti, y el mal que haces también. "Es la ley del boomerang" decía él. Es lo que en Física conocemos como acción y reacción. Y eso es inexorable.
Por eso, la música de Cortázar es una que toca el corazón, que me hace sentir bien, que me impulsa a seguir mi senda sin que nada ni nadie me perturbe. Y eso hago.
¿Acaso alguna vez, alguna de esas personas tendrá el coraje de comunicarse conmigo, abrir su corazón, explicarse y buscar un perdón?
El perdón está asegurado, pero....a condición de un legítimo arrepentimiento y de una confesión del mal que hicieron. Después de todo, es lo que Emmanuel nos enseñó.
Invito a todos a descubrir, y si la yo descubrieron, a seguir escuchando la música de Ernesto Cortázar. ¡Disfrútenla!
Milton W. Hourcade
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