En muchos ámbitos suelen establecerse "rankings", o sea rangos, un orden prioritario o preferencial desde aquello que es más importante, o mejor, a lo menor.
En la vida también hay que hacerlo.
Éste es un momento oportuno para mi.
Hay cosas que a veces a uno lo confunden, y estúpidamente, uno cae en seguirles la corriente, en la buena fe y la simpleza honesta de quien es sencillo intrínsecamente, y no advierte que de pronto, está siendo de alguna manera llevado a hacer y decir cosas que no debió, o que a la postre, no eran convenientes.
Y de alguna manera uno ha terminado víctima de una situación que no debió darse.
Claro que una vez dada, es dificil apartarse de la misma, pues --como los atractivos escaparates con luces de neón-- hay muchos elementos que la adornan o hacen atractiva.
Pero uno a uno, esos elementos fueron cayendo. Y a veces uno es terco en no darse cuenta que cuando están en juego valores fundamentales, no puede seguirse adelante con un juego injusto y peligroso, cuyas consecuencias pueden ser nefastas para sus participantes.
A tiempo, y de manera imprevista, --como quien es levantado por un helicóptero en medio de un mar embravecido-- he sido rescatado del mar de la confusión.
Ahora en tierra --es un decir metafórico, claro-- empiezo a respirar hondo. A dejar el jadeo, y a secar mis ropas y mi cuerpo.
Ahora, empiezo a reconocer la situación caótica en que me encontré, y a agradecer el rescate a tiempo.
Me siento seguro, tranquilo, y con confianza en el presente y el futuro.
He reflexionado sobre mi mismo, he mirado las cosas en perspectiva, y he comprendido que estuve muy equivocado.
Sólo me resta pedir sincero perdón por los errores cometidos, y estar en guardia, para que lo ocurrido, no vuelva a pasar nunca más.
Como decía Jesús: "El que tenga oídos para oir, oiga".
enigma
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