Pensamientos, sentimientos, reflexiones con sinceridad y profundidad, compartidas abiertamente. Prosa, poesía (a veces) y música selecta, para un encuentro diferente entre quienes quieren participar de mi blog.
Wednesday, March 14, 2012
La magia cautivante de México
Tal vez para unos cuantos sudamericanos, México ha representado siempre el ejemplo de una nación pujante, pionera en muchas actividades humanas, respetable por su cultura, y su historia.
Pero la mayoría hemos conocido a México a través de sus actores y actrices, de su cine, de su música, de su poesía, y de sus hermosas mujeres, como la siempre recordada María Félix, y la actual impactante belleza de Salma Hayek.
Cuando era niño, Jorge Negrete era el cantante que me cautivaba por la potencia de su voz y sus lindas rancheras. No perdía de ver sus películas, junto a Gloria Marín, y pretendía imitarlo, cantando sus canciones.
Ya algo más crecido, veía a Pedro Armendáriz actor recio, en películas dramáticas y de acción,y a María Félix, en sus romances. Pero a quien seguro vieron todos y más, ha sido a Mario Moreno, Cantinflas. Cada una de sus actuaciones eran memorables, y su hablar entreverado, su desparpajo, nos hacían reir con ganas y simpatizar enormemente con su personaje.
En el Sur, desconocemos muchísimo de la historia de los pueblos de nuestra América Latina, y de sus máximos exponentes culturales. Uno de ellos sin duda, es el poeta mexicano Jaime Sabines, a quien reconozco vine a conocer hace poco tiempo atrás, gracias a las virtudes académicas de una persona amiga.
La poesía de Sabines, arrebatadora, romántica como pocas, ¡es maravillosa!
Cuando niño también fui en mi país a la Escuela México, y allí aprendí a cantar el himno nacional mexicano, y a celebrar las fiestas de esa patria hermana. A ver bailar el jarabe tatapío.
Son cosas que quedaron en el trasfondo muy rico de mi vida, y que resurgieron a partir de cuando una actividad profesional, me llevó por vez primera a conocer la tierra de los mayas y los aztecas.
Nunca antes había estado en México, pero esa primera vez fue una muestra escasísima y fugaz del país, fue la invitación a volver.
Regresé con otra actividad profesional --de esas que ocupan todo el día y no dan tiempo a hacer turismo-- pero así todo, un viaje en lancha por la costa del Pacífico desde Puerto Vallarta, me resultó realmente bellísimo.
Finalmente me propuse ir y empezar a conocer México por mi mismo. Al menos su ciudad capital, con sus barrios, sus zonas poco recomendables y las zonas de alto nivel.
Mi área preferida en el Distrito Federal es el Paseo de la Reforma y todo cuanto hay a lo largo de esa hermosa avenida.
Pero México tiene el atractivo de la exclusividad. No hay otro lugar del mundo como Teotihuacán con sus pirámides del Sol y de la Luna. O se va allí, o no se les vio nunca.
Se recorren los descubrimientos arqueológicos cercanos a la Catedral, o jamás se les podrá conocer.
Y ¿qué decir del Museo Antropológico?, moderno, dinámico y realmente espectacular. Algo que deslumbra. El encuentro con las diversas culturas indígenas, su arte, su música, su vestir, sus costumbres. Uno puede pasarse días recorriéndolo.
Y las ruinas de Tlatelolco que testimonian el drama del choque brutal de dos culturas: la autóctona indígena, y la invasora y colonizadora hispánica.
O Coyoacán, con la vida típica de un pueblo del interior, donde la gente en tarde dominguera se da cita en la plaza principal de la ciudad. Ciudad donde está la casa que fuera de Frida Kahlo.
El Palacio de Bellas Artes junto a la Alameda, donde se pueden apreciar los tremendos trabajos de los muralistas.
El Castillo de Chapultepeq, que es fiel testigo de la época colonial de México.
Y la joya más moderna: el Museo Soumaya, con las esculturas de Rodin, de Miguel Ángel, de Salvador Dalí, y cuadros de artistas mexicanos como Jesús de la Helguera, Francisco Torres y David Alfaro Siqueiros.
México atrapa además, por la forma que tiene de ser su gente. Amable, servicial, que sabe tratar al turista.
En esas idas me he podido hacer de unos pocos pero buenos amigos y amigas mexicanos, a quienes les estoy agradecido por sus atenciones.
Y México no me permite que lo olvide. Y esto es risueño, pero se los cuento tal cual.
Estuve este verano en Punta del Este, el principal balneario de Uruguay.
Iba en un vehiculo recorriendo el balneario cuando veo una linda plaza, y pregunto: ¿qué plaza es esta?, y me responden: esta es plaza México.
A poco de andar en ese mismo viaje, se nos atraviesa una camioneta de reparto, la miro y en su costado tenia escrito "El Charro"....
Y el culmen de cosas que me recordaron México fue cuando voy a un modernísimo edificio que tiene una galería de arte en su primer piso, ¿y con qué me encuentro? con la imagen de un artista mexicano, que pintó un jardín de una casa y a la Virgen de Guadalupe!
enigma
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