Hay veces que acuden a mi mente como en tropel, un montón de ideas, de inquietudes, y sobre todo, de ganas de saber y entender.
Y de pronto, me frustro. Porque hay áreas en las que me declaro un neófito, y porque hay áreas en las que sé que nunca fueron mi fuerte.
Yo estoy para el pensamiento, el manejo de conceptos, la psicología, la filosofía, escribir, comunicarme. Podría ser músico si hubiese estudiado. Estas áreas son con las que me manejo "como pez en el agua". Pero amo la ciencia, el método científico, y lo practico en investigación y estudio.
Pero hay otras que casi me están vedadas. Las matemáticas, por ejemplo.Y también la Física hasta cierto punto. De las dos, esta última es la que más atracción tiene para mi.
Ahora bien, enfrentados cada uno de nosotros a las toneladas de información que a diario se produce en el planeta, --desde la que surge de las universidades y laboratorios, pasando por instituciones científicas o tecnológicas, y en cualesquiera de las áreas del conocimiento-- es imposible abarcarlas todas y abarcarlo todo.
Entonces, tenemos que ceder el paso a quienes conocen a fondo de un área específica, y a ellos plantear nuestras interrogantes o curiosidad.
Esto me lleva de la mano a lo que más importa.Dada la imponente cantidad de información, hoy al alcance de nuestros dedos --Internet mediante-- es no sólo nuestro privilegio, sino nuestra opción más inteligente, especializarnos.
En otras palabras, elegir un campo de acción, un tema en el que introducirnos a fondo, y ser --si nos es posible-- expertos en el mismo, lo cual implica experiencia personal, muchos años de dedicación, mucha lectura y absorción selecta de información, y procurar estar siempre al día.
Así como en medicina hay especializaciones, y las hay prácticamente en todas las otras disciplinas científicas, así es como tenemos que encontrar nuestro propio lugar, y especializarnos en algo.
Porque es imposible tener lo que muchas décadas atrás se llamaba "un conocimiento enciclopédico". Ese murió hace rato.
Con esto no quiero decir que un abogado no pueda especializarse en conocer de pinturas, o de poesía, o de algún deporte.
O que un astronauta no tenga el gusto de ser un buen cocinero, un gourmet.
O que un arquitecto no sea un melómano, un amante de la música, y conozca autores, épocas, estilos, orquestas, directores, etc.
Esas son añadiduras que podemos tener. Pero en lo sustancial, en lo que es nuestra profesión, podemos escoger una particular rama, y no zafarnos de allí.
En mi caso, como profesional del periodismo, he elegido el de la divulgación científica. Dentro de ella, el Espacio y temas afines han ocupado desde el inicio de mi carrera profesional un lugar preponderante.
Estando en un medio importante, heredé tener que hacerme cargo de un programa sobre temas de salud y medicina. Me interné en ese ámbito, dialogué con muchos médicos, y empecé a manejarme con ciertas enfermedades en particular que en su momento alcanzaron gran relevancia, como el VIH y SIDA.
Pero también las enfermedades cardiovasculares y el cáncer concitaron mi particular atención.
Sin embargo, sigue siendo el Espacio, una vez llamado "la nueva frontera", lo que más me interesa.
¿Que materias, qué temas, hacia cuáles áreas del conocimiento se sienten inclinados/as ustedes?
¿Qué han elegido o están por elegir?
Elijan aquello que el corazón les dicte, aquello por lo cual se sienten particularmente atraídos. No especulen con cuánto les puede redituar económicamente, si desde ese punto de vista vale o no la pena. Hagan de sus vidas aquello para lo cual naturalmente están inclinados, porque sólo así se sentirán realizados y satisfechos.
Especializarse no es una opción, es una necesidad.
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