Sé que ustedes me
dirán que es sólo una cuestión psicológica.
Que nuestra amada
Tierra está rotando como siempre y que nada ha cambiado físicamente.
Pero, ¿no tenemos la sensación
de que el año va más rápido que en décadas anteriores? Quizás es porque estamos
muy ocupados o más ocupados que antes también.
No obstante, siendo
un jubilado, también tengo este sentir de la aceleración del tiempo.
Las horas, los días y
meses vienen y se van rápidamente.
Aquí en Estados
Unidos, estamos en Julio y ya le están diciendo a la gente que compre cosas ¡para
celebrar la Navidad!
Quisiéramos hacer una
miríada de coas y concluimos que no somos capaces de cumplir nuestros deseos y
que el tiempo se nos escapa como arena de las manos.
Nos agradaría se más
productivos pero la cantidad de cosas a hacer es tal que sucumbimos a lo imposible.
Muy francamente,
comparto esto con ustedes porque es lo que siento.
Quizás ustedes
sientan diferente, o tal vez concuerden conmigo.
Me gustaría saberlo.
Entre tanto –por supuesto—
trato de hacer lo mejor que puedo y tanto como puedo. Sé que estoy en una
especie de carrera contra el tiempo.
A mi edad no tengo el
lujo de esos afortunados que tan sólo tienen 20 años. No
puedo postergar cosas.
Por lo tanto, estoy
obligado a priorizar, y eso es lo que estoy haciendo.
Por otra parte, hay
iniciativas que demandan tener contactos, personas clave en posiciones clave
que pueden ayudarnos. Y a veces –como es mi caso—se carece de eso. O se tiene
que tener el conocimiento de cómo lograr el objetivo de ir a través de ciertos
canales, pero hay que buscar a investigar antes de hacer contacto con ellos.
En resumen, el tiempo
no se detiene y aún tengo que hacer una cantidad de cosas importantes. Espero poder
compartirlas con ustedes.
Milton W. Hourcade
Textos protegidos por derechos de autor
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