No estoy refiriéndome
a los seres queridos de la familia que dejaron esta existencia, sino a una
pléyade de personas que conocimos en el barrio, en nuestros estudios, en los
lugares donde hemos trabajado, o desarrollado nuestra actividad.
A conocidos, a
hermanos en la fe, a amigos, a compañeros de una actividad en particular.
En muchos momentos me
pongo a pensar en quienes conocí en mi primer empleo, cuando tenía 18 años, y
me pregunto si aún algunos están todavía viviendo esta realidad como yo.
Evoco
a compañeros de estudio a diversos niveles, desde la escuela al post-grado, y a
mis queridos y entrañables amigos del CIOVI, que ya no están entre nosotros.
Y cuando vienen a mi
memoria, me entran unas ganas enormes de pensar que aún están, que aún puedo
escribirles y me responderán, que los encontraré seguramente en Facebook o en
Twitter, y que tendré la enorme dicha de disfrutar de encuentros personales y
diálogos inefables.
Así siento. Es esto que llamo nostalgia por los
fallecidos. Por aquellos y aquellas que me resisto a pensar en la dura realidad
de que les he perdido. Que ya no están de este lado de la existencia.
Y por otro lado,
siento un enorme agradecimiento a la oportunidad de haberles podido conocer, de
haber podido compartir días, meses, años de vida con ellos/as.
De haber conocido sus
improntas personales, sus desvelos, sus preocupaciones, sus ideales, de qué cuadro
de fútbol eran hinchas, o a qué partido político votaban.
Sobre todo de haber
contado con su confianza y su amistad.
A veces siento como
que he vivido mucho para superarles en su estadía tridimensional.
Pero está bien, el
recuerdo de ellos es un desafío a dar lo mejor de mí en bien de muchos, a
seguir siendo quien soy cada vez más. A dejar mi huella bien marcada, antes de
que me llegue la hora de mi partida.
Sé que todavía tengo
desafíos por delante y cosas por hacer. Y estoy feliz con ello.
No sé si ustedes, mis
lectores, a veces tienen como yo instantes de esa nostalgia por los que ya no
están entre nosotros. Arriesgaría a pensar que sí.
Milton W. Hourcade
Textos protegidos por derechos de autor
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