No sé acerca de ustedes y vuestro país pero les puedo asegurar que aquí en los Estados Unidos de América, es tiempo de Navidad.
Lo encuentran en la TV porque muchos canales tienen una programación especial basada en el espíritu de Navidad.
Pero aún mejor, lo encuentran en la gente. Fui a un negocio para cambiar un artículo que había adquirido porque necesitaba uno de diferente tamaño, y el vendedor me dijo: “en el espíritu de Navidad, no pague la diferencia por esto”, y le dijo eso al cajero. Le agradecí mucho y le deseé Feliz Navidad.
La gente anda sonriente en todos lados, y uno siente que hay una expresión de buena voluntad.
Ese es el Espíritu de Navidad. Uno que lleva a que nos miremos con benevolencia, con simpatía, tratando de hacer que las cosas transcurran fácilmente, superando discrepancias y practicando al azar actos de bondad y de perdón.
Muy sinceramente, si en este tiempo del año no puedes o no tienes la capacidad de desarrollar tal Espíritu, no puedes celebrar completamente la Navidad, porque después de todo, celebramos el cumpleaños de Jesús, ese ser especial humano-divino, que eligió entregarse a sí mismo antes de comenzar o instigar una rebelión violenta.
Ese Jesús que proclamó el AMOR como el más grande mandamiento de Dios. Amor que nos une, que nos envuelve juntos y nos inspira para hacer lo mejor para otros, positivamente y constructivamente.
Amor que edifica fraternidad y no división o separación.
Amor que nos conduce a respetar la naturaleza, nuestros congéneres humanos, animales y plantas, el suelo y el aire, el medioambiente en su totalidad y aún el Espacio.
Todo eso está incluido en el Espíritu de Navidad.
Espero que ustedes puedan tener y compartir este Espíritu y celebrar Navidad con paz en vuestra mente y alegría en vuestro corazón. ¡¡¡Feliz Navidad!!!
Milton W. Hourcade
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