Thursday, October 22, 2020

CELOS: UNA MANIFESTACIÓN DE FALTA DE CONFIANZA



Muchas personas reconocen que son celosas, o capaces de sentir celos.

Muchas otras no.

La pregunta básica –pienso—es ¿por qué tener celos? Y ¿qué tipo de celos son esos?

Para mí, los celos son una clara manifestación de falta de confianza. Primero que nada, una falta de confianza en uno mismo. Y luego, falta de confianza en otra persona.

Algunas veces los celos pueden reducirse a envidia.

Una mujer puede pensar: ¿Por qué a pesar de que me visto bien, calzo a la moda y me maquillo adecuadamente, ellos la miran a ella y no reparan en mi?

¿Por qué un compañero de trabajo recibe un aumento de sueldo y yo no, si ambos hacemos lo mismo y estoy seguro que lo hago muy bien?....¿por qué permitieron que alguien haga un viaje a París durante cierta actividad, y no yo?

Desde especulaciones acerca de una posible amistad entre el compañero de trabajo y el jefe, al apoyo político del empleado beneficiado, hay una extensa escala de posibles “explicaciones” que culminan en el hecho de que el compañero es un privilegiado y yo, un desgraciado.

A veces hay aún algunas situaciones que no son justas, pero cada vez menos, porque existe la posibilidad de quejarse o apelar una decisión y de ser escuchado.

Concluyo acerca de esas situaciones que simplemente son envidia, y no celos.

Pero tenemos que considerar la otra y más común forma de celos: la que ocurre entre parejas.

Tiendo a pensar –y si estoy equivocado por favor corríjanme—que las mujeres son más celosas que los
hombres.

Esto viene porque tradicionalmente el hombre salía a trabajar y la mujer quedaba en el hogar.

Pero esta situación pertenece mayormente al pasado. Actualmente las mujeres compiten con los hombres. Dejan sus hogares y salen a trabajar. Son profesionales, artistas, empresarias, etc.

Y debido a eso, a ese contacto que tienen con la sociedad, los hombres pueden llegar a ser celosos.

Las posibilidades son 50-50 de que una mujer, al igual que el hombre, pueda encontrar a alguien que le atrae al punto de sentirse unida a cierto nivel con esa persona.

Esa mujer puede encontrar que esa persona tiene cualidades de las cuales carece su esposo. Quizás es romántico, escribe poemas, envía flores, y por sobre todo, le agrada escucharla y tener un diálogo sustancial.

Imaginemos, por ejemplo, una mujer que es doctora o nurse, trabajando en el ambiente de un hospital.


Si es simpática y atractiva, habrá más de un compañero que le sugerirá que gusta de ella, que pueda tener algunas atenciones personales, y que quizás trate de conquistarla.

Por lo tanto, antes que el hombre comience a sospechar o a ponerse celoso de su mujer, debe reflexionar sobre la calidad de su relación, buscando qué es lo que está faltando, a los vacíos que tiene, tratando seriamente de cambiar y llenar esos vacíos con buen contenido.

El otro aspecto es cuán intensa, completa y satisfactoria es para la pareja su intimidad.  Si no lo es, entonces la posibilidad de que cada uno de ellos pueda buscar un amigo/a que sea capaz de hacer cosas que les hace sentir bien y totalmente complacidos, es grande.

Por supuesto, una situación como esta estallará en cualquier momento en una gran confrontación y discusión. Si proceden con honestidad y hablan la verdad tratando sinceramente de entenderse mutuamente, y aún hay amor, es posible superar la situación. Si no, habría una permanente tensión que puede explotar en cualquier momento.

La situación se pone más complicada si hay niños de por medio. Ven y escuchan a sus padres discutiendo y no será una sorpresa para su madre si el mayor de ellos le pregunta un día: “¿te vas a divorciar de mi papá?”

Triste cuanto pueda llegar a ser la situación, es sabio abordarla tal cual es, no con mentiras que la empeoran, sino con la verdad y con sinceridad.

Con calma, teniendo un verdadero diálogo, considerando los diferentes aspectos de la vida de la pareja, para buscar honestamente si es posible hacer cambios que verdaderamente la mejoren sustancialmente. Seguiría un período de prueba en el cual la pareja verificará si los cambios de que hablaron son implementados, y por sobre todo, si ahora se sienten completos, satisfechos y en paz.

Si eso ocurre, será un caso resuelto.

De otra manera, en mi opinión, la mejor cosa a hacer es poner un punto final a esa relación, obtener un divorcio, y abrir las puertas para una nueva, diferente y estable situación.

Continuar mintiendo no es inteligente y, al final empeora la relación. Dejar a alguien de fuera de la pareja, y decir que esa relación se terminó, sólo para meses después comenzar con otra persona, es simplemente deplorable. Y eso incuestionablemente significa que esa persona en la pareja que se comporta de esa manera, no merece más ser creída y vivir con su esposo o esposa.

Pero volviendo al tema esencial abordado aquí, los celos a veces son el fruto de una forma de amar exagerada y posesiva de alguien, donde no hay verdaderas razones para sospechar acerca de nada; o bien hay ciertas actitudes, actividades y ausencias por una parte de la pareja, que levantan sospechas acerca de qué está pasando.

Un diálogo honesto, claro y total es el punto de comienzo para una posible solución.

¡Que así sea!

Milton W. Hourcade

 

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