Thursday, December 23, 2021

¿QUÉ HACEMOS CON NUESTRO TIEMPO?


Vivimos muy atareados. Quienes trabajan lo saben muy bien.
Quienes estamos jubilados también lo sabemos si somos creativos, si pintamos, sacamos fotos, escribimos, ejecutamos música, etc. Porque para hacerlo bien, se necesita dedicación, tiempo,..

Y esta dimensión tiempo es la que me preocupa. Porque desde pequeños se nos enseña a hacer, se nos dan cosas en las cuales volcar nuestra fuerza física, o nuestra mente.

Pero nunca nadie nos detiene para plantearnos algo esencial a nosotros como seres humanos: planificar nuestra vida, nuestro tiempo, esa dimensión que se nos escurre como arena de las manos.

Y de pronto nos encontramos con más edad y nos asalta la sospecha de que ni siquiera en realidad sabemos quiénes somos realmente, no hemos tenido tiempo de volvernos sobre nosotros mismos y reflexionar, y planificar nuestro tiempo sin apremios, apuros o necesidades.

Sin seguir un molde que la sociedad nos propone e impone. Pudiendo decidir libremente qué haremos de nuestro tiempo. No para desperdiciarlo, sino para nosotros mismos ser al máximo, pero por decisión propia, no por que la sociedad nos lo imponga, nos lo haga necesario e imperioso. Elegir con total libertad.

¿Qué y quiénes seríamos si no nos hubieran robado nuestro tiempo?

Claro que lo que estoy planteando es una utopía. Lo maravilloso es que dejara de serlo, para hacerse realidad.
 
¿Nos animamos todavía?... 
 
Música compuesta por Ernesto Cortázar
"Lonely Island"
 
Milton W. Hourcade
Texto protegido por derechos de autor

 

Saturday, November 27, 2021

LA VARIANTE ÓMICRON Y LA PREGUNTA: ¿HASTA CUÁNDO EL COVID-19?


Lo voy a decir sin ambajes: ¡SOMOS HÉROES!

Sí, lo somos.

Quienes --como en mi caso-- fuimos desde el inicio de la pandemia (1o. de Diciembre de 2019 en Wuhan, China) señalados como personas en alto riesgo de contraer el virus, sabíamos que íbamos a recibir la vacuna --cuando la hubiera-- muy tarde en el tiempo.

Antes estaban los ancianos en casas de salud y en hogares para ellos, estaba todo el personal de primeros auxilios, policía, bomberos, médicos, nurses, auxiliares de medicina, las personas en actividad, y finalmente nosotros.

Supimos cuidarnos, estar en una permanente cuarentena, sólo quebrantada por la necesidad de proveernos de alimentos, medicamentos, o cortarnos el cabello. Luego, el encierro, y en el caso de quien escribe, la soledad. 

Usando máscara permanentemente excepto en el hogar, y manteniendo distancia social cuando se hacía necesario compartir lugares con otras personas. Evitando deliberadamente acudir a lugares --aún al aire libre-- donde hubiera una concentración de personas, ya que era imposible determinar quién estaba vacunado y quien por no estarlo podía transmitir el virus (como ocurrió en varios sonados casos de personas participando en reuniones sociales).

Fuimos millones los que alrededor del mundo soportamos estoicamente todas esas limitaciones hasta que llegaron las vacunas. Primera dosis, al mes segunda dosis, y luego de seis meses, tercera dosis. 

Afortunadamente estas tres dosis nos aseguran una excelente barrera y si acaso la nueva variante nos atacara, sabemos que contamos con una fuerte defensa que impedirá que tengamos que internarnos o terminar falleciendo.

Con esta esperanza enfrentamos esta segunda variante del virus, pero cabe la pregunta: ¿cuándo definitivamente el virus será muerto y bien muerto?, ¿cuándo dejará de existir para que no nos amenace más?

Porque, digámoslo claro: ¡la gente está harta del Coronavirus!. 

Tal vez nunca como ahora haya  quedado demostrado que el ser humano es gregario por naturaleza. Que necesita reunirse con otros, conversar, compartir comida y bebida, sentirse acompañado, valorar la amistad en forma tangible, ser con sus familiares, participar socialmente.

Y eso, tan profundamente humano, nos está faltando, y esa falta se siente hondo.

Los profesionales de la salud de todo el mundo, y especialmente los epidemiólogos, deberían formar un "Escuadrón de Médicos" para darle la batalla final y derrotar definitivamente al Coronavirus. 

Algo así se está necesitando en forma urgente. 

¡Esperemos que ocurra! 

Milton W. Hourcade


 


Thursday, November 11, 2021

HUMANOS, SÍ. SORPRENDENTES Y EXTRAORDINARIOS

 

En medio siglo --apenas-- el ser humano ha avanzado de manera exponencial en prácticamente todas sus actividades. 
 
Hemos pasado de la pequeña caja con imágenes en blanco y negro, a la gran pantalla a todo color y con una fidelidad de imagen como nunca antes se vio.
 
La internet nos conecta en forma universal, y nos permite el acceso a bibliotecas universitarias, trabajos académicos, el deporte, la música, el entretenimiento, la investigación, en una palabra, a todos los campos de la actividad.
 
El Espacio cada vez nos es menos ajeno. Primero fue la NASA, y una pequeña pelota con antenas girando en torno a nuestra Tierra. Hoy somos exploradores enviando sondas, y hasta un helicóptero que viaja sobre la superficie de Marte.
 
En el ámbito de la medicina, hemos creado en tiempo récord --como nunca se diio antes-- una vacuna eficiente para combatir un virus que ha hecho estragos en la humanidad.
 
Hoy es posible detectar enfermedades como nunca antes, y curarlas. Hacer maravillosas intervenciones quirúrgicas y complementar partes del cuerpo (incluído el corazón) que nos prolongan la vida.
 
Hoy si queremos, son también ciertas la poesía, el afán de superación,l la amistad, la empatía, la solidaridad y el amor. 
 
Cuando un niño pequeño aprende a manejar lo cibernético al punto de sorprendernos, cuando la interconexión es total, cuando hemos dado un salto cualitativo enorme en apenas 50 años, al punto que un pequeño no puede concebir un mundo donde las noticias sólo se obtuviesen por la radio o un diario, donde no existiera TV, ni celular....cuanto todo esto ha ocurrido y está ocurriendo.
 
Cuando hay aparatos capaces de cruzar el cielo a velocidades hipersónicas, cuando el diálogo cerebro-computadora cada vez es mayor, cuando los robots están sustituyéndonos en enorme cantidad de tareas y hasta en el pensar, no entiendo qué cosa impide a algunos humanos no reconocer todo cuanto somos capaces de hacer y crear, como para que algo experimental y de características fuera de lo común, o algo tan simple como una voluta de humo (alguien dijo "humo sólido"!! véase hasta dónde llega el grado de ignorancia de alguna gente) lleve a muchos a pensar en que una inteligencia no humana está entre nosotros. 
 
Y entonces se adentran en un ámbito mítico en que casi todo es posible, y con neologismos y otras argucias, procuran convencer a otros (mediante venta o suscripción a algo) que ellos tienen un conocimiento especial y una verdad que revelan a los iniciados.
 
La primera inteligencia existente en este único, irreproducible Planeta Tierra, es la del ser humano mismo. El de filósofos y artistas, el de deportistas y genios. 
 
Sí, como humanos hemos creado y seguimos creando cosas fantásticas, cosas de las que nunca antes supimos. Pero somos nosotros, nadie más que nosotros. 
 
Negarnos a aceptar esto tan simple, para buscar y encontrar una explicación rebuscada y antitética, no hace más que gritar nuestra incapacidad de absorber el progreso, de inteligir con finura y calidad, y de darnos cuenta de la realidad. Esta realidad supera cualquier pretendido "misterio"; y es digna de asombro.
 
   Milton W. Hourcade


 

Sunday, November 7, 2021

"NO TE RINDAS" - HACIENDO JUSTICIA A SU AUTOR

El viernes 15 de Febrero de 2013, bajo el título "¡Que salga el autor o autora!" publiqué en este blog: "No te rindas" y escribí: "el hermoso poema, muy bien estructurado y con un magnifico mensaje, no pertenece en realidad al famoso autor uruguayo."

Y agregaba: "De modo que desde aquí me dirijo a la gente estudiosa de la literatura latinoamericana, y especialmente a los foros de escritores, para que alguien se expida al respecto, o finalmente, que salga el mismísimo autor o la mismísima autora, y asuma su responsabilidad."

Héte aquí que merced a una publicación hecha por Infobae, donde el poema aparece una vez más atribuido a Mario Benedetti, el autor del mismo, un argentino llamado Guillermo Mayer, sale públicamente a aclarar que el poema le pertenece. Aún más, que la versión más conocida no es tal cual escribiera su poema, que hay algunas diferencias. 

Aquí, con gusto, presento al auténtico poema No Te Rindas. Y la versión atribuida a Benedetti para comparar.




 Milton W. Hourcade



Me excuso de no agregar una música como era mi costumbre, pero el sistema no me lo permite.

 






















 

Tuesday, November 2, 2021

MI LIBERTAD DE EXPRESIÓN


 La libertad de expresión es un derecho inalienable del ser humano, consagrado a nivel internacional y en toda legislación democrática.

Como toda otra libertad, hay que usarla con responsabilidad. No es libertad para mentir, para injuriar, para espetar palabras profanas en los medios sociales, para lanzar falsas acusaciones, para hablar mal de terceros inconsideradamente.

Pero es un derecho que tenemos que ejercer con gozo, con alegría, porque es el derecho a poder expresarnos, a decir lo que sentimos y pensamos. A hablar de lo vivido y nuestras experiencias. A discurrir sobre lo que deseamos y esperamos de futuro, sobre lo que queremos hacer y lo que queremos ser.

Y considero que esa libertad bien entendida y ejercida, no la puede cercenar nadie. Y no hablemos de gobiernos, sino de personas.

Cuando alguien bloquea todo medio de comunicación que puedo usar, está cercenando mi libertad de expresión, está demostrando un terror a leer, escuchar o ver cosas que presupone no le van a agradar, sin hacer siquiera el ejercicio humano esencial de averiguar de qué se trata. Y siempre hay tiempo para responder si acaso es necesario.

Cuando alguien se molesta, perturba y no le agrada o hasta le pone triste el hecho de que yo haga referencia a experiencias y momentos vividos, eso no puede ser motivo para que me tenga que aplicar a mi mismo una mordaza, y callar. No puedo soportar semejante censura.

Mis sentimientos son intensos, fuertes, profundos. Y me asiste todo el derecho a decir que viví un período cuya duración fue de cinco años en total, pero los dos primeros a nivel cibernético exclusivamente, que fue único, especial, maravilloso, algo que nunca me había sucedido de esa manera hasta entonces.

El romance, la poesía, la música, el encuentro de nuestros ojos, y todo lo demás, compusieron una sinfonía de situaciones vividas entre ambos que fueron una delicia.

Fue un remanso luego de un gran dolor. Fue algo providencial que me ayudó a superar una pérdida irreparable.

Pero mirado hoy con honestidad, fue un gran error que cometí.

Dadas las circunstancias que rodeaban esa relación, desde el principio debí haberme mantenido en las mías, decirme “esto no puede ser”, y haber tenido la fortaleza espiritual de decir “no”.

Era mi deber, era lo que correspondía. Cedí a la dulzura de la invitación, a sentir lo que le hacía falta a mi alma. Y entré en un camino que no debí haber recorrido.

He pagado caro las consecuencias de ello. Gracias al Ser en Sí que estoy sano y lo suficientemente fuerte como para que –aunque ya en dos momentos mi salud fuese afectada--, los superé ambos.

Hoy estoy en paz. Ese recuerdo no me conmueve.

Estoy tratando de rehacer mi vida. No es fácil a mi edad, y además hay factores ajenos a mi voluntad que colocan dificultades en el camino. Tal vez se puedan superar de alguna manera.

Mientras tanto, a todos deseo el bien, y mucho más a quienes de manera tan especial han tocado o tocan mi vida. Mis amigas y amigos, diseminados por el mundo, pero que se hacen un apretado manojo todos juntos en mi corazón.

A todas y todos, ¡gracias!

Milton W. Hourcade


 


 



 

Tuesday, October 26, 2021

UNA MÚSICA QUE TOCA EL CORAZÓN

Esa música que toca el corazón, es la del pianista, intérprete y autor mexicano ERNESTO CORTÁZAR.[cuadro pintado por mi al acrílico].

La vengo escuchando a diario, desde 2008, cuando alguien tuvo a bien hacérmela llegar a mi correo electrónico. El tema que me enviaron (y hoy día no sé si fue una alusión personal o un pronóstico sobre mi vida, se titulaba "Lonely Island", Isla Solitaria).

El tema es hermoso, pero fue la puerta que se abrió para que yo hurgara en la Internet y me encontrara con otras músicas de Cortázar que fui adquiriendo unas y bajando otras desde una página web que alguien creó, más YouTube.

Ciertamente es una música romántica, un algo nostalgiosa, pero bella siempre.

Confieso que de tanto en tanto me trae recuerdos de maravillosos momentos vividos, pero que he elegido dejar a un costado.

Las más de las veces, alegran mi presente, donde tengo paz interior, donde un pasado bastante próximo no me atormenta ni me provoca sufrimiento. 

Hay cosas injustas en la vida, cosas que nos suceden sin merecerlas. Es el mal que anda por el mundo, y son personas que en vez de procurar hacer el bien, se regocijan en hacer el mal.

Así tuve algunas en un lugar donde trabajé aquí en Estados Unidos. Así conocí a alguien en México, que supo confundirme.

Me cuesta entender el tipo de mezquina y anormal satisfacción que sienten esas personas haciendo el mal, dañando a otras, y refugiándose en una barrera de incomunicación para que no se les pueda interrogar, para no dar explicaciones, para no expresarse libremente y decir qué tienen dentro.

Pero, como decía un amigo, hay una inexorable ley de compensación. El bien que haces vuelve a ti, y el mal que haces también. "Es la ley del boomerang" decía él. Es lo que en Física conocemos como acción y reacción. Y eso es inexorable. 

Por eso, la música de Cortázar es una que toca el corazón, que me hace sentir bien, que me impulsa a seguir mi senda sin que nada ni nadie me perturbe. Y eso hago.

¿Acaso alguna vez, alguna de esas personas tendrá el coraje de comunicarse conmigo, abrir su corazón, explicarse y buscar un perdón?

El perdón está asegurado, pero....a condición de un legítimo arrepentimiento y de una confesión del mal que hicieron. Después de todo, es lo que Emmanuel nos enseñó. 

Invito a todos a descubrir, y si la yo descubrieron, a seguir escuchando la música de Ernesto Cortázar. ¡Disfrútenla!


Milton W. Hourcade

Textos protegidos por derechos de autor.

 

Saturday, October 23, 2021

UNA SENDA LLENA DE SENTIMIENTOS

Decía en mi último blog que retomaba la senda anterior, escribiendo en español.

Y al analizar esa senda, donde la temática humana fue un factor permanente y fundamenal, me di cuenta que el factor común ha sido el de los sentimientos.

Coherente conmigo mismo, yo escribí un día en Twitter (parafraseando a Descartes) "Siento, luego existo". Esa misma frase hace poco la reproduje en Facebook.

Y para mi es una guía señera de lo que de humanos tenemos. 

Cuado sentimos, intensamente, permanentemente, vivimos una de las experiencias más ricas de nuestra existencia.

Una en la cual nos sentimos inspirados para escribir, para cantar, para crear poemas, para pintar, y por supuesto, para amar.

Eso es realmente hermoso.

Pero hay otro aspecto del sentir, profundo, que se transforma en permanente, y es cuando acompañamos la vida de otra persona en todas sus variadas vicisitudes.  

Cuando le entendemos en su sentir, en su cotidianidad, en sus actividades y preocupaciones. Y especialmente cuando, aún a kilómetros de distancia, podemos captarle en sus distintos momentos, y ayudarle a hacer su vida más facil, más placentera.

Cuando podemos comprender y acompañarle en sus gustos, o sus preocupaciones, en sus compras o en sus citas médicas, en sus reuniones familiares y en su soledad. En una palabra, cuando devenimos en se compañero o compañera con la que la otra parte cuenta de seguro.

Ahí los sentimientos cobran otra dimensión. Se transforman en un compañerismo mutuo maravilloso. Y ese vivirlo juntos aún a gran distancia en lo geográfico, especialmente en esta época prolongada de pandemia y de restricciones a la vida normal, es realmente virtuoso.

Y de eso se deriva un placer muy especial. Sólo quienes son capaces de vivir sus sentimientos a ese nivel, pueden comprender a cabalidad cuanto digo.

Pero es una experiencia humana inigualable.

Demanda perdonar errores mutuamente, demanda  identificación, empatía, solidaridad,y entendimiento total.

Se lo deseo a todos/as ustedes.

Milton W. Hourcade  

 

Thursday, October 14, 2021

RETOMANDO LA SENDA ORIGINAL

Este blog lo comencé en 2008. Cuando lo hice y por los primeros años lo escribí en español. Luego pensé que tal vez podía alcanzar también una audiencia en inglés, y me di a escribir en ambos idiomas.

Pero con el correr del tiempo me he dado cuenta que el esfuerzo no lograba la respuesta esperada, de modo que ahora comunico a mis estimados lectores que retomo la senda inicial, y COMPARTIENDO continuará escribiéndose sólo en español.

Tal vez esto ayude a que aumente la cantidad de temas que aborde, que incremente su frecuencia, como ocurrió entre 2008 y 2012.

La pandemia –que algunos podrían pensar que debería haber contribuido a que escribiera más—  por el contrario, hizo que escribiera menos.  No sólo por faltar más motivación al haberse reducido la actividad y los contactos sociales, sino además, por lo abrumador del panorama que se presentaba.

La pandemia demostró fundamentalmente una cosa, que la dije en su momento en este mismo blog: la falibilidad de la especie humana como tal. Su rechazo a acatar pautas que son establecidas por las autoridades de salud buscando el bien de todos. 

Hasta en un tema de salud, en que se juega nuestra propia vida, hay resistencia a pretexto de una libertad mal entendida, y aquí en EE.UU. deliberadamente o torpemente interpretada por Gobernadores de Estados, haciendo de un tema netamente de salud, una cuestión de actitud política.

Entonces se recurrió a la resistencia a usar máscaras, y a la resistencia a vacunarse, lo que ha impedido terminar con el flagelo en tiempo récord y adecuadamente al ser el país mayor productor de las mejores vacunas, y disponiendo de vacunación gratuita.

Pero esto es parte de un proceso de deterioro del ser humano mismo. Deterioro de valores, de pensar y actuar racionalmente.

La carencia de unanimidad en algo en que todos deberíamos estar de acuerdo, muestra una gran falencia.

Afortunadamente, otros países han actuado con otra madurez y hoy día se encuentran aún luchando contra la pandemia, pero con enorme ventaja. Ni la cepa Delta ha hecho estragos.

La disparidad de criterios, la desconfianza sugerida y estimulada, la discusión acerca de la gravedad del virus, el planteo de usar absurdos tratamientos para evitar vacunarse, todo eso ha significado un cuantioso fracaso.

Afortunadamente, otros países –y me enorgullezco en decir que Uruguay es un ejemplo—tuvieron una mentalidad y una actitud diferente, y eso les ha redundado y sigue redundándole en un gran beneficio.

Si tan siquiera en EE.UU. hubiera personas dispuestas a recapacitar y a estimular a la población a vacunarse,  y me refiero a las autoridades de varios Estados, se viviría desde hace rato una situación positiva y diferente.

Aún así, ingentes esfuerzos están dando resultados mejores.

Pero la humanidad tiene que aprender a enfrentar como una sola entidad, unida, grandes desafíos, porque es la única manera de subsistir, de continuar viviendo.

Piénsenlo.

Milton W. Hourcade

 

 

Wednesday, September 8, 2021

THE PROBLEMATIC TO PASS FROM A CENTURY TO ANOTHER

 


I think longevity still is the privilege of few people, although medical science notoriously has been able to extend the average life of the human being.

But when that happens, it is not exempt of many circumstances that make you realize that you do not belong to this time; and that to participate actively right now, you are obliged by the circumstances, to review a lot of ideas, ways of living, concepts and ways to understand life.

You feel obliged to review your values and accept –even not fully understanding— that they have changed. That the human beings of the 21st Century are a different kind of species compared to those of the 20th Century.

They dress differently. They develop a life differently. Their entertainments are other. Their behavior is notoriously other, and the way they think sometimes could make you feel totally out of place.

But you are here, with all the right to be here.

It is not fair that you could feel a pariah amid a totally different environment.

There is an elemental need to adopt and adapt.

"It is not easy" you can say. Of course, it is not easy, but if you want to be in peace with the world around you, you will have to review customs and habits, accept the habits and the way of being of others, and even the way they think.

They do not revere the past. They want to change the present because their analysis is deep, realistic, and honest. And they discover the hypocritical of nice appearances of the past, in contrast with the current reality. And this is directly related to ideological and political positions.

On the other hand, it could seem that they have no ethics at all but the reality is that they value empathy, solidarity, the respect for the human being. They are less judgemental and more tolerant because we are all human and therefore all fallible. We are not a finished and perfect product, and many times we tend to give room to arrogance thinking that we are better than others, not realizing our deficiencies and faults. Not realizing that we too are imperfect.

The new world demands us humility.

It demands from us to open our arms and embrace humanity as it is and contribute if it is possible to enjoy a relationship of peace with others.

We were born in a world without TV, without electrical frigs, with records in 78 RPM, and getting the news from the radio and newspapers.

The airplanes were noisy and slow. The cars were not aerodynamic. Microphones didn’t sound so well, the speakers were big and heavy.

Professional photographers needed a camera or considerable dimensions and magnesium to produce a flash that could help taking images of a feast or a meeting.

Horses were of use for many purposes.

Weighing scales were nothing precise, using at-hand weights.

Boys played with marbles and spinning-tops, and wear short pants until they were fourteen or fifteen years old. And at that same age, girls still played with dolls and with jacks.

Men used hats and smoked exceedingly.

Salaries were inadequate, and people, in general, were conforming to a simple life.

Living today in a digital world, of immediate communications, with satellites, with men living in Space, a big the demand of talents, cyber people inventing permanently gadgets, and a different way of living is a real revolution.

Either we adapt to this revolution or succumb.

I have taken the not easy decision to adapt myself.  After all, I am here and this is my world too!.

Milton W. Hourcade

 

 

 

 

 

 

LA PROBLEMÁTICA DE PASAR DE UN SIGLO A OTRO

 

La longevidad pienso que sigue siendo privilegio de pocos, aunque la ciencia médica ha logrado notoriamente extender el promedio de vida del ser humano.

Pero cuando eso ocurre, no está exento de muchas circunstancias que hacen que uno se dé cuenta que no pertenece a este tiempo; y que para participar activamente ahora, se está obligado por las circunstancias, a revisar un montón de ideas, formas de vivir, conceptos y maneras de entender la vida.

Uno se ve obligado a revisar sus valores y aceptar –aún sin entender totalmente—que han cambiado. Que los seres humanos del Siglo 21 son una diferente clase de especie comparados con los del Siglo 20.

Se visten de manera diferente, Desarrollan una vida diferente. Sus entretenimientos son otros. Sus conductas son notoriamente otras, y la forma en que piensan nos puede hacer sentir totalmente fuera de lugar.

Pero uno está aquí, con todo el derecho de estarlo.

No es justo que uno pueda sentirse un paria en medio de un ambiente totalmente diferente.

Hay una elemental necesidad de adoptar y adaptar.

“No es fácil” puede decirse. Por supuesto que no es fácil, pero si quieres vivir en paz con el mundo que te rodea, tendrás que rever costumbres y hábitos, aceptar los hábitos y la forma de ser de otros, y aún la manera en que piensan.

Ellos no veneran el pasado. Quieren cambiar el presente porque su análisis es profundo, realista y honesto. Y descubren lo hipócrita de las apariencias lindas del pasado, en contraste con la realidad actual. Y esto está directamente relacionado con las posiciones ideológicas y políticas.

Po otro lado, puede parecer que no tienen ética alguna pero la realidad es que ellos valoran la empatía, la solidaridad, el respeto por el ser humano. Son menos moralistas y más tolerantes, porque todos somos humanos y por lo tanto, falibles. No somos un producto acabado y perfecto, y muchas veces tendemos a caer en la arrogancia pensando que somos mejores que otros, sin darnos cuenta de nuestras deficiencias y fallas. Sin percatarnos que nosotros también somos imperfectos.

El nuevo mundo demanda de nosotros humildad.

Demanda que abramos nuestros brazos y abracemos la humanidad tal cual es, y contribuyamos si es posible a disfrutar una relación de paz con otros.

Nosotros nacimos en un mundo sin TV, sin heladeras eléctricas, con discos de 78 RPM, y obteniendo las noticias de la radio y los diarios.

Los aviones eran ruidosos y lentos. Los automóviles no eran aerodinámicos. Los micrófonos no sonaban bien y los parlantes eran grandes y pesados.

Los fotógrafos profesionales necesitaban una cámara de considerables dimensiones y aparatos que provocaban un flash de magnesio que ayudaba a obtener imágenes de una fiesta o reunión.

Para muchos propósitos se usaban caballos.

Las balanzas no eran nada precisas, usándose pesas manejadas manualmente.

Los niños jugaban a las bolitas (cánicas) y al trompo y vestían pantalón corto hasta los catorce o quince años. Y a esa misma edad, las niñas jugaban con muñecas y a la payana.

Los hombres vestían sombreros y fumaban excesivamente.

Los salarios eran insuficientes, y la gente, en general se conformaba con una vida simple.

Estar hoy en un mundo digital, de comunicaciones inmediatas, con satélites, con humanos viviendo en el Espacio, con una gran demanda de talentos, con gente experta en cibernética permanentemente creando dispositivos y una forma diferente de vivir, es una verdadera revolución.

O nos adaptamos a esta revolución, o sucumbimos.

He tomado la no fácil decisión de adaptarme. Después de todo ¡estoy aquí y éste también es mi mundo!

Milton W. Hourcade