
Y es típico regalar, chocolates en cajas con forma de corazones, o alguna alhaja con forma de corazón, o regalar un bouquet de flores, con una tarjeta con dedicatoria, al ser amado, la novia, la esposa, la prometida, o la amiga muy especial.
Pero héte aquí que ocurre un hecho nada romántico: en los aeropuertos, inspectores se dedican a sacudir los ramos de flores, para extraerles la cantidad de “bugs” de bichitos, de insectos que vienen entre medio de las flores,los tallos y las hojas. Algunos de ellos, destructores mismos de las plantas, pues se comen las hojas y hasta los pétalos de las flores.
La foto que acompaña esta nota, muestra a un inspector examinando con una lente de aumento a uno de esos insectos que está dentro de un tubo de vidrio.
Y así es, las flores pueden ser muy bellas, muy aromáticas, pero…a veces tienen insectos con ellas. Insectos que las afean, insectos que las carcomen, insectos que finalmente las arruinan y que ¡claro! nadie querría –por cariño, o amor, o simple cortesía—obsequiárselos a nadie.
De modo que hay que tener las precauciones de que la expesión de cariño, de afecto, de amor, esté libre de todo aquello que la puede estropear o empañar.
Como en las personas lo estropean las malas interpretaciones, los malos pensamientos, las ideas tergiversadas, la carga emocional negativa que envenena el alma y que destruye lo más hermoso que el ser humano puede sentir y construir, que es el amor mismo.
¡Que nuestro propio ser, espíritu, alma y cuerpo, pueda ser un bouquet de flores libre de “insectos” para el ser que amamos.!
enigma
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