Yo no sé si a ustedes les ha pasado.
Comparto con ustedes que a mi sí.
Hoy por ejemplo fue otro "Día Dios" como me gusta llamarlos. Fue un día espléndido en que todo salió a pedir de boca.
Desde la ida de mañana a un supermercado, pasando por la preparacion de mi almuerzo donde en poco más de media hora tenía cuatro comidas distintas prontas, hasta la llegada al Metro y gente que venia a recoger su automóvil, dejando un lugar para mi.
Luego un viaje tranquilo, leyendo un libro y una jornada de trabajo placentera, con noticias actualizadas, grabaciones, información al aire, y buena camaradería de los compañeros y compañeras.
Y como la guinda que remata al postre, una conversación telefónica que me llenó de satisfacción.
Y es entonces cuando me pregunto ---tal vez tontamente--- tanta felicidad que me hace sentir tan pleno y tan bien, ¿tendrá una contrapartida dolorosa?
Yo espero, ansío, ruego, que no. Que esa felicidad continúe y se amplíe, se amplifique y se agrande aún más, se complete.
Porque en realidad desde esta felicidad de hoy, actual, pienso positivamente, y me proyecto positivamente.
Siento que estoy inmerso en el Ser en Sí, que él me involucra, me rodea, me protege y guía. Y mediante la oración establezco un diálogo válido y efectivo del que recojo consecuencias benéficas.
Y esa oración involucra a diario a todas las personas que quiero, que están en lo más hondo de mi corazón, comenzando por la familia.
enigma
No comments:
Post a Comment