"Y llamarás su nombre Emmanuel, que traducido es: con nosotros Dios" Mateo 1:23
Eran las 4 de la mañana, sí exactamente las 4, porque miré el reloj.
Llevaba ya media hora en que de golpe me había despertado, como si hubiese sonado una alarma.
La alarma era el cúmulo de frustración, de dolor, de contrariedad por sentirme no correctamente comprendido.
¿Me había equivocado en mis expresiones? ¿Fui como tantas veces, explícito o sincero de más? (pero, ¿puede haber una demasía en ser sincero?)
¿O tal vez ejercí una presión indebida de la cual ni cuenta me di?
Sólo sé que de pronto se había abierto delante mío como un inmenso abismo oscuro, y yo caía en él irremediablemente, listo a estrellarme en un fondo que ni siquiera atisbaba a ver, pero que intuía.
Y entonces, me rodearon en mi habitación solitaria unas luces blancas, a mi izquierda, y a mi derecha.
Y me dije: “post-imágenes de luz, que quedaron en mi retina”. Pero me había dormido a la hora 23. ¿Cómo podrían haber perdurado tantas horas despues?
Como fuese, tenían todas las caracteristicas de post-imágenes.
Pero entonces, me dije “dialogaré con Emmanuel, porque él sabe lo que hay en mi corazón, y pediré perdón, y pediré me guíe en el camino, y pediré que bendiga a la persona en quien pensaba, y que ella también me perdone, porque la entiendo y la comprendo”.
Y de pronto sobrevino sobre mi una gran paz. Y me dormí de nuevo.
Y hoy, sólo puedo dar testimonio del poder de la oración.
¡Gracias Emmanuel!
enigma
Llevaba ya media hora en que de golpe me había despertado, como si hubiese sonado una alarma.
La alarma era el cúmulo de frustración, de dolor, de contrariedad por sentirme no correctamente comprendido.
¿Me había equivocado en mis expresiones? ¿Fui como tantas veces, explícito o sincero de más? (pero, ¿puede haber una demasía en ser sincero?)
¿O tal vez ejercí una presión indebida de la cual ni cuenta me di?
Sólo sé que de pronto se había abierto delante mío como un inmenso abismo oscuro, y yo caía en él irremediablemente, listo a estrellarme en un fondo que ni siquiera atisbaba a ver, pero que intuía.
Y entonces, me rodearon en mi habitación solitaria unas luces blancas, a mi izquierda, y a mi derecha.
Y me dije: “post-imágenes de luz, que quedaron en mi retina”. Pero me había dormido a la hora 23. ¿Cómo podrían haber perdurado tantas horas despues?
Como fuese, tenían todas las caracteristicas de post-imágenes.
Pero entonces, me dije “dialogaré con Emmanuel, porque él sabe lo que hay en mi corazón, y pediré perdón, y pediré me guíe en el camino, y pediré que bendiga a la persona en quien pensaba, y que ella también me perdone, porque la entiendo y la comprendo”.
Y de pronto sobrevino sobre mi una gran paz. Y me dormí de nuevo.
Y hoy, sólo puedo dar testimonio del poder de la oración.
¡Gracias Emmanuel!
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