¿Cómo fue 2013? ¿pudimos
lograr lo anhelado, o quedó sepultado para siempre por lo absurdo de una falta
de voluntad?
¿Fuimos capaces de
cumplir con algunas –al menos— de todas las metas que nos trazamos al comienzo
del año, o no pudimos cumplir ninguna?
Sé que al comienzo de
este año, yo esperaba viajar intensamente. No lo fue tanto, así todo he tenido
en el mismo año tres vuelos internacionales. Pero es cierto que habrían podido
ser cuatro o cinco.
Pendiente por
ejemplo, está una visita a Miami. Y en 2014 seguramente volveré a Europa donde
tengo ineludiblemente que verme con dos amigos con quienes compartimos un tema
afín.
Pero en 2013, y luego
de 21 años, volví a pintar. Esta vez fueron retratos (lo más difícil tal vez) y
a juzgar por quienes los han visto, inclusive en Facebook, han quedado muy
bien.
Para mi que no tengo cursos de pintura hechos, ni un tutor que me guiase
personalmente, no deja de ser un triunfo y por tanto, me ha obligado a
reconocer en mi mismo el talento que poseo.
También hice otros
cuadros, todos ellos usando acrílico.
He intentado hacer
una exhibición de 28 fotografías tomadas en Estados Unidos y en Uruguay. Aún
eso está pendiente. Creo que hay fotos realmente valiosas, y que vale la pena
que el público las aprecie y valore.
También en este 2013,
he recibido múltiples pedidos para que enviara gratuitamente un libro del cual
soy autor, y sé de los afanes de algunas personas por adquirir el mejor libro
que he escrito sobre cierto tema, el cual si bien está agotado en su versión en
papel, está ahora disponible en su versión electrónica, y en realidad eso hace
que muchas más personas puedan acceder al mismo, lo cual me place sobremanera.
También fue el año en
que pude celebrar los 100 años de mi madre.
La salud me acompañó
muy bien durante todo este período, de modo que las pocas cosas negativas que
el año tuvo –algunas de las cuales vienen de 2012 e hicieron crisis en
2013— no merecen siquiera mencionarse en
detalle.
2013 lo considero un
buen preámbulo para lo que pueda venir en 2014. Un año donde estoy seguro me
aguardarán grandes y hermosas sorpresas. Cosas magníficas e inesperadas.
Puertas que el Ser en
Sí abre, de esas cosas sobre las cuales la voluntad de uno no tiene nada que
ver, y que sin embargo se alinean todas de tal manera que culminan teniendo un
resultado totalmente positivo.
Mi deseo ferviente,
es que todos/as ustedes puedan trazar un balance realista de lo que significó
2013, y asimismo, proyectarse y por así decir, “olfatear” lo que pueda ser
2014.
Y por sobre todo,
estar dispuestos/as a arriesgar, a jugárselas en algo concreto, porque vivir no
es quedarse, ni anquilosarse, ni aferrarse a lo conocido, sino abrirse a
aquello por conocer, por experienciar, por sentir intensamente.
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