En estos días abundan
los saludos deseando felicidad.
Alguien de lejos alza
la mano, y dice a otros “¡felicidades!”
y recibe una salutación recíproca.
Sobreabunda el
"Felices Fiestas"….
Me ha parecido pues,
totalmente oportuno plantear la siguiente pregunta:
¿Se han puesto a
pensar ustedes en qué consiste la felicidad?
La felicidad no es
algo que nos rodea, externo a nosotros.
La felicidad está muy
dentro de nosotros mismos. Esa es la auténtica felicidad, es la que cuenta, es
la que nos hace sentir super bien.
La felicidad no es
bullicio, ruído, música estridente, cohetes, petardos, fuegos artificiales,
gritería….la felicidad es silenciosa pero maravillosa.
La felicidad se
siente al hacer el bien.
Al hacer algo
agradable para otros, que ni siquiera lo esperaban.
Eso nos provoca
enorme felicidad. Eso nos depara un estado de ánimo maravilloso.
Es un ejercicio del
espíritu, un estado de ánimo exultante, es como un enorme aplauso que sentimos
en el corazón.
La felicidad, la
verdadera, la auténtica, la logra cada uno por sí mismo.
Es entrar en buena
onda, en sintonía con lo mejor de uno mismo, en comunicación con otros
distantes, o que nos rodean.
La felicidad que nos
provoca por ejemplo el rostro angelical de un bebé.
La felicidad que sienten
dos que son pareja cuando se miran a los ojos, y sin decirse nada se transmiten
amor.
La felicidad en estos
días, de hacer llegar saludos muy especiales a personas que tal vez ni los
esperan de nosotros de esa manera tan personal, tan que les llega a sus
corazones.
La felicidad nunca es
mezquina, sino todo lo contrario, dadivosa.
La felicidad es una
de las formas que reviste el amor.
Al llegar las
Fiestas, que seamos felices de esta manera, tan íntima y tan profunda, tan
bella y tan generosa.
Realmente
experimentarlo, vivirlo, vale más que la pena. Es una verdadera hermosura.
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
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