Porque o se tiende a ser muy condescendiente, a perdonar y pasar por alto una cantidad de defectos, falencias, errores, o bien se tiende a ser implacable, y a destacar todo ello y olvidar todo el lado bueno que integra nuestra personalidad.
Por eso, nada mejor que recoger la opinión de terceros acerca de uno.
Pero se requiere que esos terceros tengan sensibilidad suficiente, capacidad de captación. Un sentido afinado para detectar cómo uno es, basado en el conocimiento adquirido en tratar a muchas personas, y honestidad intelectual para decir cómo se nos ve.
Se puede de pronto, de alguien que jamás lo trató a uno personalmente, leer un exabrupto, motivado por discrepancias mal manejadas por quien así reacciona. A falta de argumentos, o de probar algo afirmado al voleo, se recurre al insulto personal. Triste, lamentable el espectáculo de quien así se conduce.
Por otro lado, se corre el riesgo de que se nos ensalce demás, haciendo de uno un ser casi perfecto, o salido de una novela romántica. Y ello esencialmente, tampoco es positivo. Resulta una versión muy sesgada.
Sepan que yo soy muy crítico de mi mismo. No paso por alto mis errores. Muchas veces me profiero insultos por cosas que he dicho o hecho mal o equivocadamente.
Aunque de pronto a uno también le pueden endilgar ser manipulador, chantajista, amenazador, acosador, y quién sabe qué otras cosas que ni se nos dicen. Todo a consecuencia de malentender una insistencia en la necesidad de comunicarse.
Pero dejemos estas excepciones --prefiero considerarlas así y ponerlas al margen-- para centrarme en lo que hoy quiero compartir con ustedes.
Para mi la mejor definición que me han hecho es la que les transcribo más abajo.
Es posible que sea un poquito exagerada, pero sinceramente considero por la calidad de persona que la emitió, que es realmente válida y se ajusta a mi.
"Eres... fuerte, obstinado, corajudo, alegre, comprometido, dulce, tierno, fuego, aguerrido y ¡salvaje!"...
Creo que me describe en forma muy completa, y verdaderamente ha profundizado en mi persona.
Me reconozco en cada concepto emitido.
Pero además, me reconozco en ese balance o equilibrio.
Si por un lado soy fuerte, obstinado, corajudo, comprometido y aguerrido; por el otro soy alegre, dulce y tierno. Y estas tres últimas características se captan de mi cuando se me trata personalmente.
Por otro lado, se me dice que soy "fuego" y "salvaje!". Esto me hace reir un poco, pero soy leonino, y es típico de la gente de mi signo ser así, bravíos, cuando se trata de hacer el amor. Y no voy a negar que lo soy, y me gusta.
Y como factor que atempera los extremos de fortaleza y debilidad (si así se puede catalogar el ser dulce y tierno) está el ser alegre. Cuando estoy feliz, la alegría se me sale por los poros.
Yo no soy de aprenderme chistes y recitarlos. Yo creo chistes al momento, me surgen espontáneamente, y por cierto que hago reir a otros y me divierto yo mismo.
Pues bien. Hoy podría hacer un chiste, porque hoy mi espíritu rebosa de alegría. Una alegría silenciosa pero profunda. Una alegría serena y austera.
Una alegría que ha traído paz a mi alma y gozo a mi corazón.
Así, sencillamente, quería compartir esto con ustedes.
Textos protegidos por derechos de autor
No comments:
Post a Comment