Tuesday, July 29, 2014

EL EXTASIS QUE NOS PRODUCE LA NATURALEZA


¿Alguna vez estuvieron ustedes en una caverna milenaria? 

Se trata de un lugar increíble --de no verlo--, donde estalagmitas y estalagtitas dominan el panorama por doquier, interrumpido por columnas que se han formado entre ambas.

Luray es un lugar del Estado de Virginia, cercano a la ciudad de Front Royal, hacia el Sur del Estado, en el Valle de Shenandoah, entre los Montes Apalaches.

Y allí se encuentran estas cavernas, descubiertas en 1878.Carbonato de calcio, piedra caliza y cristales de calcita dan lugar a espectaculares formaciones que adquieren diferentes formas, todas ellas impresionantes.

Si las luces que iluminan toda la caverna se apagan, la oscuridad es absoluta.

Un lugar elegido por parejas para casarse, es el centro mismo de la caverna, donde hay un órgano litófono, que puede ejecutar música proveniente de las propias rocas, que son activadas por golpes de solenoides sobre las estalactitas.

Es un gran espacio en la parte más antigua de la caverna, que ya no está activa, o sea donde el proceso de generación de estalagmitas y estalagtitas ya no ocurre.

En el resto de la caverna el proceso continúa, y no ha de sorprenderse si uno --como me pasó a mi-- siente caer una gota de agua sobre si.

Estar en la caverna, una vez más, me permitió apreciar la maravillosa riqueza de la naturaleza, lo extraordinario de la misma.

También me hizo recordar una experiencia sobrecogedora que tuve, cuando solo, entré en la Mina de Zipaquirá, en Colombia. Allí donde hay un altar e imágenes totalmente de sal, y donde se oficia misa.

Bajo tierra, iluminado cada tanto por un ténue tubo de neón, el silencio era apabullante. Me parecía que no iba a llegar más al final de la mina, y rogaba que no se produjese ningún terremoto.

Al final de la misma, me encontré con el altar, con imágenes de Jesús y la Virgen María, y con un empleado que gentilmente me brindó explicaciones, me obsequió un trozo de sal, y encendió las luces para que el Altar brillase en toda su magnificencia.

Volviendo a la Caverna de Luray, francamente, si algún día viajan a Washington D.C., les recomiendo que no se pierdan este lugar privilegiado del mundo, donde sus ojos se extasiarán ante tanta belleza natural.



enigma
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