Añadió que antes, o sea antes de 2014, escribía a razón de un artículo por día. A lo sumo en 48 horas, había un nuevo blog, y me decía que a menos que mantenga el ritmo voy a perder lectores que esperan encontrar algo nuevo, y hallan lo que escribí hace 4 o 5 días en el peor de los casos, o hace 3.
Y creo que hay razones para la queja. Sólo puedo decir en mi descargo, que con anterioridad, éste fue mi único blog. Luego surgió uno de carácter institucional, pero éste seguía siendo el principal.
Ahora se ha sumado uno de neto carácter periodístico, que lleva tiempo prepararlo. Entonces, tengo que dividir mi tiempo entre tres blogs, y no uno solo, y especialmente este nuevo, periodístico, me roba más tiempo que cualquier otra cosa, porque además es un compromiso semanal.
Por otro lado, hay tanto tema de qué hablar. La guerra, no sólo en Irak y Siria, con ISIS y Khorasán. La guerra entre elementos pro-rusos y los ucranianos. Los vuelos de aviones rusos artillados, pasando cerca del Norte de Europa, y circundando Estados Unidos frente a las costas de California, en Alaska y por el Golfo de México, como en la peor época de la Guerra Fría. La continuidad del conflicto sin fin entre israelíes y palestinos, y la tremenda violencia desatada en las calles de México, donde se han incendiado edificios y vehículos para protestar la horrenda muerte de 43 estudiantes.
Por otro lado, tenemos al ébola que sigue por ahora provocando gran cantidad de víctimas en África Occidental, un médico que había estado trabajando allí y que contrajo ébola fue dado de alta, libre del virus, en Nueva York, pero este fin de semana trasladarán a un hospital de Nebraska, a un cirujano de Sierra Leona que contrajo el virus.
Todos esos son temas que nos acucian, que nos preocupan, que a veces nos tienen en vilo. Como los dos trabajadores limpiavidrios cuyo andamio casi se cae de un 68 piso del One World Trade Center --el edificio más alto de EE.UU.-- y que afortundamente luego de esperar más de una hora en esa situación, fueron rescatados por los bomberos.
Los dos trabajadores eran latinoamericanos. Uno llamado Juan López y el otro Juan Lizama. No, no eran rubios de ojos celestes, ni eran afro-americanos. Esta gente no toma esos trabajos, pero los latinos, sí. Valdría la pena que los señores legisladores tuviesen en cuenta estas realidades al tener que hacer justicia con los tantos que viven honradamente en Estados Unidos, y que tienen derecho a poder estar legalmente en el país.
Claro, confieso también que antes fue una etapa enormemente fermental y creativa para mi a través de este blog. Porque existía un motor que me llevó a crear una serie de cuentos, y a escribir poemas, y a discurrir sobre el amor y los sentimientos. ¡Estaba enamorado, y cuánto!!
Lamentablemente esa etapa se terminó, pasó contra mi voluntad, deseo, anhelos y proyecto de vida. Fui obligado a abandonarla. A dejarla de lado. Y entonces, ha habido dentro mío como un fuego que se fue apagando lentamente, y un sufrimiento que por momentos se tornó en insoportable.
Sólo Dios es mi testigo de cuánto he amado y en la misma medida por tanto, cuánto he sufrido. Y sólo Dios es testigo de que aunque he tenido que abandonar la relación que tuve, de mi jamás se borrará ese amor tan tremendo como no he conocido otro.
Suele decirse ante una situación luctuosa: "la vida continúa, ánimo, y a seguir adelante". Sí, yo tengo ánimo, yo soy muy sensible, yo tengo coraje para vivir, para superar adversidades, pero no para matar lo más hermoso que he llevado en mi corazón.
Espero que el enorme abismo que se ha abierto en mi alma, en algún momento se llene a plenitud, y encuentre así motivos de felicidad, una verdadera razón para seguir viviendo, y me dé entero y hasta el final, cuanto tengo y cuanto soy, por alguien que lo merezca.
Pero ese alguien, tendrá que golpear mi corazón con tanta o más fuerza que mi anterior vivencia, para llegar a sobrepasarla, y ubicarse definitivamente en mi existencia en una etapa nueva y hermosa. Yo espero que eso suceda, espero...por ahora, sólo espero...
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