No podemos quedarnos para siempre en lo que pasó. Recordemos con toda felicidad los mejores momentos vividos, guardemos eso como un tesoro imborrable en nuestros corazones, pero miremos de frente nuestro diario vivir, y juntemos fuerzas para seguir viviendo la cotidianidad, y trazando planes para el futuro inmediato y a mediano plazo.
Cuando pensamos y sentimos de esa manera, estamos en lo que llamaría "el momento de transición". Ese momento especial en que dejamos atrás el drama, el dolor, la angustia que nos deprimió, y buscamos nuevamente la alegría, la paz, el gozo de vivir.
Este poema que hoy comparto con Uds. se ubica cronológicamente al final de un año muy aciago para mi, como lo fue 2012. A su vez, es el inicio de esa transición a la que me refiero.
ESPERAR CONTRA TODA ESPERANZA
Diciembre 22 de 2012
El alma se siente abatida
sacudida por vendavales
lanzada al suelo
como luego de violento choque
apenas podemos respirar
como de un hilo muy fino pende nuestra vida
un hálito helado nos invade
la sombra de la muerte nos rodea
nos sentimos insignificantes,
partículas en la inmensidad cósmica
pero nuestro corazón late
y nuestra mente piensa
nuestra inteligencia discierne
tomamos consciencia de quienes somos
y entonces con la fuerza
que sólo nos da la fe
en medio de toda la angustia
y de toda la desesperación
de un dolor que nos cala hondo
sin embargo, esperamos
esperamos contra todo lo esperable
por eso, contra toda esperanza
esperamos lo insólito, lo diferente,
lo totalmente otro, el milagro
esperamos ser vivificados
aguardamos ser vueltos a vida
para erguirnos firmes y fuertes
con todo nuestro ser intacto
y andar seguros
hacia nuestro destino
cualquiera sea, doquiera sea
y con quienquiera sea
amada mía, que no te olvido
ojalá fuera contigo
enigma
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