UN MAL LLAMADO "AMOR" QUE TERMINA EN DESAMOR

Leí hace pocos días en el diario "El País" de Montevideo, lo siguiente: 

Natalia Mardero presenta hoy a las 20 horas su novela "Cordón Soho" en la feria Ideas + del Parque Rodó. La escritora conversó con El País sobre esta historia sobre el desamor de los jóvenes y la música pop.

Continué leyendo todo el artículo referido a su libro, y me encontré con una frase de la autora, más que sugestiva. Para mi, una especie de radiografía de la actualidad entre gente jóven (que supongo veinteañera):

"Quizá en las nuevas generaciones el amor se toma como algo mucho más ligero, el compromiso no es un objetivo, siempre está uno antes que el otro, cumplir ciertas metas primero. La pareja no es una opción primordial ni un ideal de vida. Los amigos tienen una importancia muy grande. Me gustaba que Valentina, si bien vive en ese mundo, concibiera el amor de una forma mucho más romántica y antigua. Por eso choca todo el tiempo, porque no se adapta a ese tipo de amor, a eso de "estoy contigo, me gustás, pero vayamos día a día".

La autora rescata a  una jóven, Valentina, que no se adapta a esa liviandad en las relaciones de pareja. Una Valentina que en realidad, entiende el amor de la única manera en que puede ser entendido y concebido. Algo que nos involucra totalmente, que revoluciona todo nuestro ser por dentro, y que nos une a quien amamos de forma tal que no queremos perderle.

No es "una forma más romántica y antigua". Es LA forma en que debería ser siempre, en tanto exista realmente amor.

Pero como tantos valores corrompidos, subvertidos o vaciados de la actualidad, muchas y muchos usan esa palabra sin siquiera entenderla, sin percibir los alcances que la misma tiene, sin captar lo profundo que llega al corazón sensible de alguien.

Entonces para una mujer como para un hombre, le es posible tal vez mirar a los ojos y decir "te amo", pero no está amando. En todo caso lo que siente es atracción física, es buscar el orgasmo, es entusiasmo del momento, es querer añadir un "trofeo" a su corta o larga historia de conquistas, y luego pasar a otra persona, y dejar a esa de lado.

Dejarla con displicencia, sin reprocharse absolutamente nada, sin que su consciencia le indique que de alguna manera no está haciendo las cosas bien. Y es que tampoco hay tal consciencia....

Muchas y muchos se conducen como animales, un tanto racionales, pero no como cabalmente humanos. Esta es la triste realidad.

Si se escabulle el compromiso, si la pareja no es un ideal de vida, si el yo, parece sobreponerse y estar antes que nada, una nada donde el otro no cuenta más que instrumentalmente, pero no como ser humano íntegro, entonces estamos ante un abismo.

Aclaro que no conozco a Natalia Mardero, una mujer de 40 años, uruguaya, autora del libro de referencia. Espero conocerla cuando vaya en algún momento de 2015 a Montevideo, si me concede esa oportunidad. 

Mientras tanto, esta referencia a su libro, no es para publicitarlo, sino para discurrir acerca de lo que ella misma dice, y que --en esa frase reproducida por El País-- comparto.

Mi deseo de éxito como escritora, a Mardero. 

Me pregunto: así como son necesarias las Escuelas para Padres, ¿serán necesarias Escuelas para el Amor, donde se haga comprender a cabalidad lo que ese sentimiento es, implica, y las consecuencias que trae aparejadas?

En este mundo-cambalache*, en que mujeres exhiben provocativamente sus voluminosos senos, en medio de los cuales pende de sus cuellos una Cruz....no ha de extrañar que el amor se haya vaciado de contenido, haya sufrido un abaratamiento, y simplemente sea una palabra huera.

*Nota: "cambalache", palabra del lunfardo, jerga popular rioplatense, que significa lugar donde se venden y truecan objetos de poco valor, y donde se exhiben los mismos todos entreverados.
enigma

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