Amigos y amigas me escriben correos electrónicos, mensajes por Facebook, chats breves, Twitter...pero por momentos, el silencio se hace apabullante, y miro a mi redor las paredes, los muebles, los cuadros, las cosas, pero falta lo más importante: falta el ser humano que ponga presencia, voz, calidez, emoción, y vivifique un encuentro pleno de sentimientos, que dé paz al corazón y provoque felicidad.
Así me siento en esta hora crepuscular, en que me gustaría que la distancia geográfica, y otras distancias, hubiesen sido vencidas ya, y que pudiera saberme acompañado, saberme conjugando el nosotros, y no el yo, y verme rodeado por caricias y besos, y una voz suave que me susurra al oído: "te quiero muuuuchooo"....
Pero mi fé me sostiene. No desespero. Apenas comenzó el año, queda mucho camino por recorrer, y creo que podré tal vez revertir si no en su totalidad, al menos en parte, esta situación. Y aún conservo en mi la esperanza, de que en andando el año, puedan ocurrir acontecimientos verdaderamente importantes, que abran un camino cierto y seguro, que culmine un proceso de cambio, hacia una vida ya no solitaria, sino acompañado.
Para que --ojalá así sea-- la tercera y última parte de mi vida, llegue a ser la más plena, la más completa y la más feliz de todas.
enigma
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