La solidez de un hombre de bien, se basa en que vive de acuerdo a sus valores y principios. Que no los trasiega ni los transa por nada. Que no se corrompe ni se vende.
Que no es hipócrita ni le hace juego a los tales.
Que tampoco vive del qué dirán, ni le importan los juicios que hagan otros, cuando son incapaces de calzar sus zapatos, o entender su andadura.
Que no repara en apariencias, sino que en profundidad, va hacia la esencia de las cosas, de las personas, de las situaciones.
Que su palabra es como documento escrito, firmado y sellado. Es compromiso que se cumple.
Que procura analizar todo minuciosamente y con imparcialidad.
Que no se deja seducir por los políticos, ni los bellos discursos, ni las palabras lisonjeras. Que reclama coherencia entre los dichos y los hechos.
Que puede cambiar de opinión, valores o creencias, y estará a lo último a lo que haya llegado en su periplo de vida.
Que ama seriamente, con responsabilidad, pero entendiendo que es algo finalmente inexplicable pero hermosísimo. Que el amor es el sentimiento más excelso que distingue al ser humano de toda otra criatura; y lo vive con intensidad, integrando mente, alma y cuerpo.
Que tiene un respeto absoluto por el ser humano, el cual no es un ente asesinable, torturable, mascrable, explotable, vendible, tratable como cosa, o como un simple número.
Que defiende y aboga por el derecho de cada mujer a ser tratada en total pie de igualdad con el hombre, reivindica igual paga a igual trabajo, y se opone a que la mujer sea dependiente del hombre, o esté sujeta a violencia doméstica psicológica o física.
Que perdona, porque se sabe enormemente perdonado. Perdona de verdad, con generosidad, y sin buscar reproches, ni revanchas, ni venganzas. No le caben en su espíritu semejantes bajezas.
Que ama la libertad para ejercerla a pleno, en la medida en que no hiera a otros.
Que ama la paz y se opone a la guerra, como que ésta es la mayor violación de todas a los derechos humanos.
Que respeta a quienes como militares son enviados al frente de guerra y exponen sus propias vidas en beneficio de otros, pero aboga porque no tenga que haber más pérdida de preciosas vidas humanas jóvenes, en aras de intereses económicos, geopolíticos, o electorales.
Que repudia al narcotráfico –una forma de asesinato en masa— así como al tráfico humano, una moderna forma de esclavitud.
Que ve a la pobreza extrema y la miseria como madre de los peores males que sufre la humanidad. Cuna de delincuencia y degradación, y por ello es un derecho humano fundamental que nadie tenga que vivir en esas condiciones.
Asi siente y piensa un hombre cabal, un hombre de bien.
Purple Waves
enigma
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