Cada día me sorprendo más del estado de la humanidad.
La veo en un acentuado declive,
con una notoria pérdida de valores espirituales, y de pautas éticas, que la están carcomiendo por dentro.
La humanidad actual está enferma: de drogadiccion, de alcoholismo, de violencia engendrada por las armas.
Todo propende a la degeneración, a la pérdida total del respeto por los demás humanos, que son vistos como cosas. Cosas a las que se les puede pegar, masacrar, deshacer, reventar, quemar, en una palabra, destruir.
Las imágenes de los juegos de video que ven los niños con la connivencia ignorante y torpe de padres irresponsables, las imágenes de la TV y sobre todo de ciertas películas, crean una insensibilidad total, al punto que las personas --desde su niñez-- quedan "inmunes" o sin reacción ante el horror y la violencia.
Asimismo, la sociedad gradualmente acepta la violencia como una forma de resolver los problemas. Hay particularmente individuos que imitan la violencia que observan en los medios, y llegan a identificarse con algún personaje. El reciente asesinato masivo de personas en una sala de cine en Aurora, Colorado (EE.UU:), por parte de un joven que asumió para si el personaje del "Joker" de la serie "Batman" es todo un ejemplo.
Por otro lado, la gente cada vez lee menos y se educa menos. Los jóvenes no encuentran aliciente para prepararse para una carrera. La disparidad enorme de la paga a un artista o a un jugador de algún deporte, con lo que gana alguien que se ha "quemado las pestañas" estudiando para ser un erudito en alguna profesión, es tal, que desanima a estudiar y consagrarse con seriedad.
Los individuos que habitan zonas rurales en su generalidad nunca llegan a descollar en capacitación intelectual y en educación universitaria, y así abrazan causas políticas o ideológicas teñidas de falacias y de brutalidad en la concepción de los problemas y sus soluciones.
Son gente de poco razonar, que más bien tiende a embestir con la brutalidad de un toro, antes que ponerse a considerar con fineza un tema o una situación. Es que no están preparadas para ello, y esa ignorancia en lo educativo, esa torpeza en la manera de pensar, y esa forma grosera de resolver situaciones, son explotadas políticamente por ciertos partidos y candidatos políticos: donde so pretexto de dar trabajo, les hacen el juego a los potentados de las grandes corporaciones que destruyen a diario el planeta.
No ha de sorprender que sea la misma gente que --aunque no lo diga públicamente-- es racista y discriminadora.
Luego están quienes se cultivan un algo más. Leen si, pero lo que les falta entonces es cultura, para saber discernir qué conviene y que no conviene leer. Qué material es confiable y cual descartable.
Generalmente la ignorancia les lleva a aceptar en forma entusiasta, (con el mismo entusiasmo fanático que pueden poner como hinchas deportivos) mitos, leyendas y formas de pensar reñidas con la ciencia y la razón, en las cuales creen a pie juntillas, consideran que eso es un saber que poseen, e intentan imponerse o refutar a quien les plantee objeciones.
Por último hay una forma institucionalizada de la brutalidad, que es la de los sindicatos que toman de rehén con su actividad a todo un país, distorsionando gravemente la economía, y la convivencia social del ciudadano común, provocando tensiones innecesarias, y sobre todo alteranto totalmente la normal vida de una comunidad. Existen agresiones físicas, prepotencia, amenazas, y los paros y huelgas que de pronto afectan servicios esenciales como pueden ser la salud, la educación, o el transporte.
Esa violencia sectaria y radical, que no se para en mientes ante nada, y atropella ejerciendo toda la presión posible chantajeando a gobiernos y pueblos, es otra expresión de la decadencia humana.
No exite en esas gentes la suficiente educación y cultura como para hacer un macroanálisis de la situación en que se encuentran, y pugnar por causas auténticas y justas, sin hacer sufrir a la población por su reclamo, ni violentar servicios que son esenciales en la vida de una sociedad. Eso demanda buscar formas inteligentes de conquistar la voluntad pública a su favor, lo que a la postre ejerce más presión que la brutalidad y dureza de sus intransigentes posiciones.
Ésta además, es una humanidad que por su ignorancia, falta de educación formal y en el hogar, se embrutece cada día más, es más fácilmente presa de la publicidad, del consumismo, del entretenimiento para evitar que piense, de ser carne de cañón en las guerras que otros deciden, de buscar en el crímen la forma de tener dinero fácil y rápido, y de evitar estudiar o trabajar, viviendo de la ayuda social y la vagancia solventada por Estados cuyos gobernantes demagogos, son ejemplo de ineptitud.
La pérdida de autoridad por parte de instituciones sociales otrora respetadas y respetables (como las iglesias) más mensajes y enseñanzas religiosas obsoletas, hacen que el descrédito haya cundido a tal grado, que faltan los pilares sociales que sean sostén de valores éticos y espirituales a los cuales las sociedades adhieran con convicción.
De modo que el mundo sucumbe ante la confusión, ante una forma absurda de considerar a las religiones fenomenológicamente por lo cual tiene los mismos derechos a exención de impuestos y a hacer adeptos, la iglesia católica, que sectas diabólicas, el animismo, el vudú, la macumba, la wicca, y un sinnúmero de "gurús" y "místicos" New Age, más una cantidad de mercachifles, charlatanes de feria y comerciantes del ocultismo, los extraterrestres, los monstruos de lagunas, y otros mitos semejantes.
Tener conciencia de todo esto, es por un lado, sumergirse en un mar horrendo que sólo propende al pesimismo y a un futuro no luminoso sino muy oscuro. Pero tomar conciencia de esto debe llevarnos a combatir y enfrentar todas estas expresiones de brutalidad y de ignorancia, en el terreno y el campo que sea.
Con una acción inteligente, militante, sin bajar los brazos, siempre alertas. Porque en ello, ¡nos va la vida misma!
enigma
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