Saturday, September 8, 2012

Por conveniencia o con conciencia

Una hermosa figura de un ser humano enfocado desde arriba, del cual emana la fuerza del amor, y una frase que lo dice todo, y que yo apruebo.

Vuelvo sobre este tema que me consume. Porque amar es lo más extraordinario y maravilloso que nos puede suceder.

Cuando amamos le encontramos pleno sentido a la vida.

Cuando amamos y nos aman, somos felices, estamos plenos, tenemos una especie de motor interior que determna nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.

Cuando amamos y somos amados, hay una fuerza vital que nos acompaña de tal manera que gustamos de cada día de vida.

Hoy día, la cultura del mundo ha cambiado.

Antes, no se vivía el sexo hasta los 18 años, hoy lo viven desde los 13 o 14.

Antes, las mujeres virtuosas --como se les consideraba-- conservaban su virginidad hasta contraer matrimonio. Es obvio que eso hoy no se toma en cuenta.

Antes, la gente contraía enlace. La libreta matrimonial y la ceremonia religiosa eran una obligación social ineludible.

Hoy día, son cada vez más las parejas unidas por amor, pero sin libreta y sin ceremonias.

Y tal vez --aunque esto pueda sonar irrespetuoso para algunas personas-- esa unión libre pero consagrada cada día por los integrantes de una pareja, sea más fuerte que la impuesta finalmente por un contrato social reflejado en una libreta y regulado por leyes.

Porque la cuestion es si se vive juntos por conveniencia o por conciencia.

Me consta que hay personas, especialmente mujeres, que viven con su hombre --esposo-- por conveniencia y no por conciencia.

Les conviene porque del hombre depende la casa que les cobija, o el sistema de salud que les ampara, o el sueldo con que se sostiene el hogar.

Lamentablemente esto lleva a situaciones totalmente desgraciadas, donde la persona tiene una insatisfacción permanente, una verdadera y callada angustia interior, un drama que sobrelleva con estoicismo, muchas veces en razón de los hijos, y también muchas veces se sienten superadas por las circunstsancias, casi dispuestas a bajar los brazos, y a decir: ¡basta, no puedo más!

Inclusive, hay mujeres que aceptan ser objeto de violencia doméstica, de hombres que se emborrachan y les pegan y maltratan, o de una violencia psicológica, más sutil, pero violencia al fin, por la cual esencialmente, son sometidas.

Pero se quedan, se aferran a la situación en que están, por el temor al desamparo.

Su conciencia en tanto les dicta otra cosa. Su conciencia --si la dejan expresarse libremente-- les dirá que es otro el hombre de sus vidas, que es a otro con quien realmente han sentido amor, y es con otro con quien desearían vivir un romance muy especial, que les haga sentir vivas,y sobre todo ¡¡mujeres!!

Su conciencia les dice que se ven obligadas a continuar con una situación forzada, que ya no surge más de intensos y profundos sentimientos, sino de la conveniencia de que continúe y de un acostumbramiento y rutina que se les han hecho propios.

Pero cuando se deciden a dejar que sea su corazón quien dicte su sentir y su quehacer, cuando dejan que "hable la voz del corazón" como dice la canción, y no la frenan, no la acallan, no la reprimen, entonces saltan de alegría, se envuelven en el aroma del más dulce y delicioso romance, y liberan toda su pasión... ahi son realmente ellas.

De modo que --aunque pudiendo comprender situaciones humanas muy concretas-- el ideal es ser auténtico. Y la autenticidad --que significa ser sincero y honesto con uno mismo-- no admite dualidades o dicotomías. No admite dobleces o incoherencias.

Hay que seguir la voz del corazón, ¡hay que amar con conciencia, y no prolongar una situación por conveniencia!



enigma

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