Fé, Esperanza y Amor
escultura en piedra de Manuel Tolsá
Hoy voy a dedicarme a la fundamental: el Amor.escultura en piedra de Manuel Tolsá
Completo este breve excurso por las llamadas virtudes teologales.
Al referirme a la Fé, incluí de suyo la Esperanza.
Al referirme a la Fé, incluí de suyo la Esperanza.
De inmediato debo ir al idioma griego para aclarar que hay tres palabras que se traducen como amor: “filía” (el amor de padres a hijos, por ejemplo), “eros”, el amor de la pareja, con clara referencia al sexo, y el amor “agape”, el amor que llamaría divino, el sacrificial, el que da todo por el otro, el que es capaz aún de amar al enemigo.
El amor que encarnó en su persona Emmanuel. Porque a ese amor es al que se refiere el Apóstol Pablo en este pasaje fabuloso de su carta a los corintios.
Un pasaje por cierto muy recurrido en las ceremonias matrimoniales.
Y aunque puede aplicarse a la pareja, sin embargo va mucho más allá y excede los límites de la pareja.
Este es el amor quintaesencial, el amor que es base de todo otro amor.
Para ponerlo en términos modernos y científicos, a fin de que se nos entienda mejor, ¡este es el ADN del amor!.
Y Pablo, con palabras inspiradísimas, habla del amor, y de otras cosas que pueden pasar, que podemos hacer, pero que sin amor, no valen nada.
Una vez más, amigas, amigos, les exhorto a leer y releer con cuidado y detenidamente estas palabras, y a reflexionar en torno a ellas.
A M O R
“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.
Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor”.
Carta de San Pablo a los Corintios 13:1-13
enigma
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