No es sólo un día para celebrar, sino un día para pensar, para reflexionar, y para seguir comprometiéndose a actuar en defensa de los derechos más elementales de las mujeres en todas partes del mundo.
Cuando la violencia doméstica --psicológica o física-- destruye un hogar, cuando el acoso sexual genera problemas de relación a nivel empresarial, cuando la mujer es considerada persona de segunda o tercera categoría por religiones y culturas del mundo que necesitan urgentemente cambiar, cuando la mujer es vista como un objeto, y explotada sexualmente, traficada, maltratada o rechazada al nacer, aún queda mucho por hacer contra esta rampante injusticia.
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El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo que las metas del organismo mundial están en peligro, porque las mujeres aún están sujetas a pobreza y discriminación.
La Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, expresó con motivo de este día:
“Las mujeres son aún la mayoría pobre del mundo, con poca salud, mal alimentadas, y sin educación. Raramente causan conflictos violentos, pero muy a menudo cargan con las consecuencias. Las mujeres están ausentes de las negociaciones de paz y seguridad para terminar esos conflictos. Sus voces, simplemente, no están siendo escuchadas”.
Esta es una realidad que debe ser revertida apresuradamente. No es posible tolerarla más en este Siglo XXI.
Desde aquí, mi saludo a todas las mujeres del mundo.
enigma
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