¡No! nadie piense que me estoy despidiendo de ustedes, los amables e incógnitos seguidores de este blog.
Pero hoy, tal vez como culminación de un proceso insólito, de un proceso que no tiene lógica, que no resiste el menor análisis criterioso, hoy, este jueves, me he tenido que despedir definitivamente de alguien que durante tiempo considerable, animó y dio sentido a mi vida.
Debo confesar que para mi es como volver a enfrentar la muerte, con ese signo de lo irreversible, de lo irreparable, de lo imposible de cambiar.
Tengo una buena amiga, seguidora de este blog desde hace mucho tiempo, que tomó como su lema "todo es posible". Y es cierto que en el plano humano todo es posible, si existe la voluntad de hacerlo posible. ¡Claro! cuando falta esa voluntad, cuando no hay capacidad de jugarse, o las circunstancias aparentemente (y subrayo lo de aparentemente) no lo permiten, entonces es más fácil optar por no hacer posible lo posible, y seguir el camino ya recorrido, trillado, conocido, sin sorpresas, sin interrogantes, pero...(aparentemente, y nuevamente lo subrayo) seguro.
No se trata de cobardía, no. La vida es dificil, la lucha diaria por el pan, por el sustento familiar no es simple, demanda coraje y mucho esfuerzo. Yo reconozco todo eso, y lo valoro muchísimo.
Sólo que a veces a uno se le hace dificil entender por qué se quiere borrar de un plumazo algo que se vivió hermosamente, para dejarlo como un recuerdo agri-dulce, en lugar de tomarlo como bandera de lucha, y llevarlo a una victoria posible, y --añadiría-- conveniente.
Tal vez, y después de todo, esta necesaria y forzada despedida, sea lo mejor. Lo mejor para la vida de dos seres humanos concretos que se han amado con todo el corazón y que supieron de horas maravillosas.
Pero como junto al féretro de una muerta, en esta hora en que mi corazón debería rebosar de alegría en medio de tantas manifestaciones de amistad durante estas mis vacaciones, y en anticipo de las fiestas que estaremos celebrado en cuestión de horas, lloro, lloro la pérdida inexorable de una mujer a quien he amado con todo mi ser.
Me han de perdonar si pasará mucho, mucho tiempo, en que no pueda escribir más poesías.
Me han de perdonar también que les tome de confesores para compartir este profundo dolor mío.
Sé que esta es una necesaria despedida, pero no la quise nunca, sino todo lo contrario. 2011 culmina siendo sí, un año de definición. Pero la definición que yo anhelaba y esperaba, era ciertamente otra!
2012 iba a ser un año en que habría de concretarse un sueño acariciado por largo tiempo. Ahora ese sueño se ha truncado para siempre....
Quiera el Ser en Sí darme la paz que necesito, y la fortaleza de ánimo que preciso, para seguir adelante, para sobreponerme de este rudísimo golpe, y para afianzar mi destino. Tal vez, sea lo mejor para quien hoy despido, y para mi. El tiempo lo dirá.
Despecho, rencor o venganza, me son totalmente ajenos. La persona a quien hoy despido, sabe que jamás alteraré su vida. Puede descansar tranquila contando con mi bondad, mi comprensión, mi respeto, y aún --si así lo quisiera-- mi amistad sincera y leal.
Pero prefiero que por largo tiempo no sepamos el uno del otro. Será la mejor manera de ayudarme a superar este muy dificil trance.
Perdonen ustedes esta descarga emocional. No he podido evitarla.
En medio de todo esto, y a pesar de todo esto, para todos y todas ustedes, doquiera se encuentren, mis sinceros deseos de que pasen unas Felices Fiestas en compañía de sus seres queridos. Que las pasen en paz, y con seguridad. (¡por favor, mucho cuidado con los fuegos artificiales!). Y formulo los mejores votos por un venturoso y próspero 2012, en que el mundo -dicho sea de paso- no se acabará.
Alguna vez, ella me dijo: "no me arrepiento de lo vivido, he sido muy feliz". Yo puedo decir lo mismo. Y podría decir mucho más aún cuando los recuerdos más hermosos se agolpan en tropel.
Tal vez este bolero , interpretado por Ernesto Cortázar, lo diga todo...
enigma
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