En el lugar de trabajo uno tiene primero que nada compañeras y compañeros, algunos de ellos/as colegas, y quienes que cumplen otras tareas que complementan nuestra labor y que son indispensables. A lo largo del tiempo, se establecen relaciones nobles, dignas, serias, donde surge un respeto mutuo, un afecto, un cariño, y a veces hasta la confidencialidad recíproca sobre temas familiares o personales.
A ese grupo selecto es que yo llamo amigas. Después de todo, trabajando 8 horas diarias, compartimos más tiempo con ellas que con nuestras familias.
Para mi además, ha sido una oportunidad estupenda trabajar con personas de muy diversas nacionalidades, trasfondo cultural, idiomas, etc.
Principia esta lista Zulima Palacio. Zulima es colombiana. “paisa” como ella misma se define, o sea perteneciente a la zona antioqueña, del Noroeste de ese país.
Zulima fue la primera colega periodista que apenas llegado a Washington, el 12 de Julio de 1989, me dijo: “ven que vamos a grabar algo en un estudio”. Del tercer piso donde estábamos trabajando, escribiendo y traduciendo noticias e información, fuimos al segundo piso del edificio, y allí nos esperaba la productora Sheyla Mills, y el reloj del estudio indicaba exactamente las 11:30, cuando hice mi primera grabación de informe de un corresponsal.
Zulima trabajó varios años en radio y luego pasó a hacer televisión en inglés, escribiendo libretos y produciendo varios programas especiales.
A Zulima le gusta el surf y el deporte submarino en general. Con su esposo, contrajeron nupcias bajo el agua en una ceremonia especial.
Siempre por otra parte, Zulima se dedicó a abordar la temática de la mujer en la sociedad y la reivindicación por justos derechos e igualdad de la mujer con el hombre.
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Mercedes Antezana, fue de las primeras compañeras con quien me tocó trabajar en equipo para un progama matutino muy tempranero.
“Mechita” como la concemos todos y le llamamos cariñosamente, es de Bolivia.
En su juventud, poseedora de una voz dulce y agradable, llegó a cantar y grabar tangos. Hoy un problema en sus cuerdas vocales lamentablemente le impiden ejercer la locución, que fue su tarea excelentemente realizada durante décadas.
Entre sus anécdotas, Mercedes cuenta que estaba en el estudio de una radio en Bolivia, cuando preguntó por un individuo de aspecto extraño. “¿quién es ese?” inquirió sin ambages Mechita, que suele ser incisiva y muy directa en su decir. Y le respondieron “es el “Che” Guevara”. ¡Mayúscula sorpresa la que se llevó!.
“Mechita” ha sido el alma máter de un programa especial que duró hasta que nuevas directivas recientes, lo bajaron de programación. “El Club de Oyentes” fue por años uno de los puntales del contacto con la audiencia que siempre enviaba cartas, y hasta cosas típicas de los países latinoamericanos como artesanías, etc. Gracias al “Club de Oyentes” uno podía tener cierta idea de quiénes y cuánto escuchaban lo que estábamos haciendo.
Para “Mechita” fue un rudo golpe perder ese programa, que era uno de sus desvelos y uno de sus amores en la tarea radial.
“Mechita” es cordial y muy afectuosa. Al menos lo ha sido siempre conmigo, interesándose por la vida de uno, la salud, la familia etc. Ha sido siempre también muy solidaria.
Ella a su vez, ha criado hijas y ahora tiene nietos y nietas que son su desvelo permanente.
Mercedes Antezana pues, ocupa un lugar especial en mi galería de amigas.
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Betty Endara, es de Esmeralda, Ecuador. Casada con el también colega periodista Leonardo Bonett, Betty ha tenido bajo su responsabilidad la conducción de todo un turno de progamación en idioma español, y lo ha hecho y sigue haciendo siempre con dedicación y esmero. Cubriendo ausencias, faltas, y lidiando con alguna gente que lamentablemente no es todo lo responsable que debiera.
Muy buena traductora y editora, Betty es además conductora de un programa noticioso que va al aire en la mañana, y mantiene importantes contactos y diálogo con corresponsales en toda América Latina.
A Betty la caracteriza una forma de liderazgo que hace que uno haga las cosas con la mejor voluntad y gusto. Betty jamás se impone. Sugiere, pide, convence. Pero logra su objetivo.
Dotada de una personalidad afable, Betty con sus modales afectuosos y una sonrisa consigue lo que otros no pueden, así que les asista la razón.
Betty también es un corazón abierto, sensible, y solidario. Cuando la crisis por cáncer de mi difunta esposa, Betty era de las que siempre preguntaba y se reiteraba a las órdenes para lo que fuese necesario.
Cuando ya viudo, y viviendo solo, me tocó someterme a una intervención quirúrgica, Betty pasó a buscarme con su vehículo para llevarme a casa, y estuvo horas acompañándome en el post-operatorio inmediato.
En el Día de Dar Gracias (o de Acción de Gracias como otros prefieren llamarlo) de 2010, Betty tuvo la gentileza de invitarme a compartir la mesa familiar junto a su esposo, hijos y familiares llegados de Ecuador. Fue ciertamente un momento muy grato.
Tengo un gran cariño por Betty, a quien a lo largo de los años, la he llamado muchas veces afectuosamente “chiquita”, porque es de estatura pequeña.
Betty fue de las primeras personas con las que tuve que tratar y trabajar juntos. Ya estaba en la institución cuando yo ingresé.
(Esta lista de amigas y --hasta hace poco compañeras de trabajo-- continuará).
enigma
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