La imagen que he elegido para este escrito dice en letras pequeñas: Para ser honestos...
"Conozcámonos a nosotros mismos."
La tarea de conocerse a uno mismo, aquella vieja frase de la filosofía griega "gnósete seautón", o sea, conócete a ti mismo, no es facil. Requiere no hacerse trampas al solitario. Demanda ser inflexible con uno mismo, saberse bien las virtudes y los defectos. Buscar perfeccionarse, pulirse, ser mejor cada día. Pero es una tarea enaltecedora. Implica humildad, reconocimiento de nuestras propias falencias y errores. Tener autocompasión, pues siempre es necesaria la conciencia de que no somos robotes o máquinas, sino seres humanos.
"Expresemos sin temor lo que sentimos y pensamos"
Esto que finalmente es el ejercicio de nuestra libertad de expresión, requiere valentía y coraje.
Y puedo testimoniar que decir lo que siento y pienso, muchas veces me ha acarreado problemas. Muchas personas prefieren el cinismo o la hipocresía. Es más cortés, resulta socialmente más aceptable. Pero es una falsedad. Es no ser nosotros mismos.
No, no se avanza con la hipocresía, con el ocultamiento, con el uso de máscaras.
Yo he preferido y seguiré prefiriendo siempre expresar lo que siento y pienso. Como lo hago desde este blog.
"No perdamos de vista nunca la verdad"
Ah! ¡Qué dificil resulta para algunas personas manejarse con la verdad! Las hay desde mentirosas consuetudinarias, fabuladoras, cuenteras, hasta quienes se manejan tácticamente con la mentira para escapara de situaciones embarazosas.
Como lo digo siempre: "La mentira tiene patas cortas", en más o menos tiempo, se sabe la verdad, y ésta resplandece como el sol a pleno día, y rompe con toda estructura basada en falsedad.
Nadie puede decir que nunca ha mentido. Pero hacer de la mentira el "modus vivendi o modus operandi" cotidiano, es gravísimo. Porque quebranta la confianza, porque crea sombras y dudas.
Lo mejor es pues, manejarse con la verdad siempre. Jamás se corre entonces el riesgo de ser descubierto y quedar pagando el precio de la mentira utilizada.
"Cumplamos nuestras promesas"
Tengo una persona amiga a la que le cuesta entender que "palabra dada es palabra empeñada", y que hay que cumplirla.
Cuando hablo o cuando escribo, me comprometo con lo que digo. Si se me lo recuerda, nunca es una recriminación o un reproche, es hacernos responsables de nuestros dichos, y por tanto de lo que sentimos o pensamos.
Se trata de ser íntegros. De no caer en contradicciones, de ser coherentes.
Lo prometido, se cumple. Y si circunstancias imprevistas impiden cumplir en tiempo y forma, hay que dar las explicaciones (no excusas) del caso, y cumplir con lo prometido en cuanto se pueda.
Porque además, si decimos algo, lo que expresamos es lo que sentimos o pensamos, nos representa. Otra vez, no podemos contradecirnos a nosotros mismos.
Lo prometido entonces, hay que cumplirlo. Y si no, mejor no prometer nada. Justamente si de algo se les acusa en general a los politicos, es de no cumplir sus promesas pre-electorales.
"Luchemos limpiamente por lo que queremos"
Acabo de mecionar a los políticos, y tal vez constituyan el mejor ejemplo de deshonestidad.
Durante las campañas electorales se agravian día a día. Tratan de menoscabar a las otras personas, en lugar de plantear sus propias ideas y a través de ellas marcar las diferencias con sus ocasinales adversarios. Lo más sucio es la publicidad política negativa, que trata de denostar al opositor, en lugar de hablar de las cosas que el propio candidato está dispuesto a hacer si es electo.
La publicidad negativa, llena los espacios de la televisión. Es una forma de no comprometerse.
Luchar limpiamente por lo que se quiere, es justamente ser honesto. Es "proseguir al blanco" al decir de San Pablo, es ir hacia la meta, sin artilugios, sin subterfugios, limpiamente, transparentemente. Es decirse: esto quiero, y lucharé para lograrlo. Pero lucharé sin artimañas, sin amenazas, sin chantajes, sin maniobras sucias. Lucharé dignamente, con el corazón y la razón.
Así encaro mi vida.
La honestidad, en un mundo de valores morales descaecidos y de confusión ética al punto de que se levantan como "derechos humanos", o se le designa como "políticamente correcto" lo que a veces son planteos retorcidos, y aberrantes (eso, dicho sea de paso, constituye lo diabólico), ¡vaya si es importante y tiene valor la honestidad!
Nada mejor que la canción "Honesty" que interpreta magníficamente Billy Joel, cuya letra reproduzco, porque dice lo esencial. "Honestidad dificilmente se escuha y es lo que más necesito de ti"...
enigma
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