Hoy es domingo 8 de Enero, y acabo de regresar de Punta del Este, donde pasé unos dìas maravillosos, porque me acompañó el buen tiempo.
Sol de dìa, noches de luna y estrellas, gente amable en al conducir sus vehìculos, una ciudad-balneario limpia, ordenada, segura.
Algo que quisiera fuese asì en todo el Uruguay, pero que lamentablemente no lo es.
Punta de Este es un oasis, en medio del anàrquico caos de la ciudad capital, Montevideo, y sus adyacencias.
Punta del Este es limpia, comparado a la ciudad convertida en basural que es Montevideo.
En Punta del Este, vivir cobra su verdadero sentido.
Extasiado al mirar al horizonte, arrobado por la cantidad de obras de arte de valor que se exhiben en museos y galerías, impresionado por la cantidad de barcos y aviones particulares que visitan Punta del Este, no se puede dudar de que por eso también el presidente de la Universidad de Jerusalén y un ex-jerarca de alto nivel del Mossad, eligiesen a esta ciudad para venir a dar conferencias a la colectividad judía que está notoriamente presente.
Pero Punta del Este es el remanso, es la playa, son niños jugando sin peligro, es la buena comida y el disfrute de amigos y amigas.
Lejos de mi Virginia en Estados Unidos, donde ahora hace frío, lejos de horarios que compelen a llevar una vida atado y sometido a ellos, lejos de ignominias gratuitamente tramadas contra mí por mentes abyectas en el ámbito laboral, me he sentido felicìsimo de disfrutar este gran balneario de nivel y jerarquía internacionales.
Punta del Este es tan hermoso, apacible, y disfrutable, que sinceramente, si se puede, ¡vale la pena vivir allí!
enigma
No comments:
Post a Comment