También aquí en Estados Unidos.
Un día en que la familia se reúne para homenajear y celebrar a ese ser tan especial que constituye en cierta medida, la piedra angular de cada grupo humano: la madre.
Aquí, en mi casa, hoy hubiera sido un día en que, si mi esposa Alicia viviera, y mi hijo, nuera y nieto no estuvieran viviendo a cuatro horas de vuelo, en Iowa City, estaríamos todos juntos, rodeando la mesa.
Pero mi realidad es otra.
CUATRO SILLAS VACÍAS
Día de festejo y de algarabia
de abrazos, besos
recuerdos inolvidables
Día de revivir anécdotas
momentos, lugares
cosas dichas y hechas
Día para estar con la madre
para sentirse bien familia
y disfrutar eso tan especial
Pero a mi me rodean
silentes, quietas
cuatro sillas vacías
Una la dejó definitivamente
mi esposa
al partir para la eternidad
Anticipadamente, increíblemente
fuera de todo cálculo
y de toda lógica expectativa
Otras las han dejado
quienes integran
mi pequeño núcleo familiar
Lejos como están
en este país contienente
allá en Iowa
Cuatro sillas vacías
es lo que hoy me rodea
símbolo patente de mi soledad...
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
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