Por algo una vez el Director de la División en que trabajé dijo públicamente en una reunión de dicha División, que yo había asumido responsabilidades más allá de lo que me competían, y había sabido andar la segunda milla.
Sus palabras han quedado grabadas en mi para siempre.
No hay cosa que íntimamente me provoque mayor satisfacción que cumplir con la misión que se me ha encomendado, o asumir a veces, dadas las circunstancias, una misión que veo puedo cumplir y que será de provecho de terceros. Pero lo hago con voluntad y decisión, porque siento desde muy dentro mío, que es lo que corresponde.
Asi soy.
Ayer, en una reunión aqui en Washington D.C., nada menos que en el Centro Internacional de Estudios Estratégicos, un panel de expertos a nivel mundial encaró el tema de las Enfermedades Rezagadas u Olvidadas, que son las tropicales, y que afectan a gran parte de los países de América Latina.
Y en representación de una institución que me ha contratado para coordinar seminarios, pregunté que papel le adjudicaban a los medios periodísticos para crear conciencia en la sociedad acerca de esas enfermedades.
Las respuestas no pudieron ser mejores y más contundentes. Inclusive, la ex-Directora de la Organización Panamericana de la Salud, la Dra. Mirta Roses Periago, enfatizó que en América Latina sigue cumpliendo un papel muy importante la radio, especialmente en comunidades rurales.
Luego hice contactos personales, y he transferido la información a una autoridad de la institución que invoqué para que sea ésta la que tome en forma subsiguiente los contactos adecuados a fin de llevar a cabo si es posible, un seminario regional para periodistas, abordando dicha temática.
Realmente me fui muy contento de la reunión, y para mis adentros me dije: "misión cumplida".
Hoy alguien me hizo un pedido de dos adminículos y me puse en campaña. Primero haciendo búsqueda por la Internet, y luego yendo a un par de comercios, y en el mismo día consegui ambos elementos, que al parecer, son bastante dificiles de obtener.
Y otra vez, sentí la satisfacción de esa búsqueda, de ir a los comercios, de adquirir esa mercadería, y de responder así positivamente a la solicitud hecha.
Me pude decir de nuevo a mi mismo: "misión cumplida".
Es que no hay mayor satisfacción que la del deber cumplido. Y la de hacer algo por el bien de otros, aunque no nos lo pidan, simplemente porque nos encontramos en el lugar justo y en el momento justo para actuar, para hacer algo, y lo hemos hecho.
Es, después de todo, una forma de entender y encarar la vida. Es poner en práctica valores que forman parte indisoluble de uno mismo.
Conozco a muchas otras personas que afortunadamente son así. Que bien pueden decir al cabo de una jornada, "misión cumplida", en servicio a otros, solucionando problemas de terceros, haciendo trámites, trasladando medicamentos, etc. etc.
El mundo todo, la sociedad toda, amiga, amigo, espera eso de ti. Hace mucha falta, y como dice un ya famoso lema aplicado a otro tema, pero válido también para éste: "¡sí, se puede!", o mejor aún, en traducción fidelísima: "¡sí, podemos!" (yes, we can!).
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
No comments:
Post a Comment