Y hoy quiero referirme a una gran amiga, a una mujer estupenda.
Nos conocimos en nuestro tiempo de juventud. Compartíamos y seguimos compartiendo una misma fe. Factor fundamental en nuestras respectivas existencias.
Factor que en muy buena medida da base a cómo somos, a qué clase de personas somos, a cómo nos relacionamos con los demás, a qué nobles sentimientos nos animan.
También ello es fuente de nuestro amor desinteresado por otros, en darnos enteros según sea la ocasión, y en tener una convicción de que esta existencia es sólo un pasaje de nuestra vida, que continúa luego que dejemos este envoltorio de carne y hueso.
Pero ambos también comprendemos la importancia de estar vivos, sanos, activos.
Ambos también coincidimos en que el hoy y aquí importa, y que cada día es como una aventura, y hay que vivirlo lo mejor posible.
Que esta vida que tenemos está para gozar y disfrutarla, con total libertad.
Que hay que tener una mentalidad abierta, receptiva a la vez, y saber comprender y valorar a las personas por lo que realmente son.
Con todo eso como factores fundamentales, con todas esas coincidencias, mi amiga es una persona buena, paciente, solidaria, exquisitamente sensible, comprensiva, responsable, coherente, con un pensamiento esclarecido, y con una lógica en su razonar y en su hacer.
Con su edad, se mantiene muy bien. Practica gimnasia, es superactiva para mantener su apartamento limpio y en orden. Hace todas sus compras, se cuida su salud, y sabe cultivar sus amistades, que las tiene en buen número.
Es una persona que se hace querer. Que es tierna, dulce, que desprende una calidez humana muy especial.
Para mi es un privilegio ser su amigo, y vivir una amistad donde la confianza mutua es básica, y en esa confianza poder compartir muchas cosas muy personales.
Desde aquí, vaya para ella un saludo especial y un gran abrazo.
Me siento muy feliz de nuestra amistad.
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
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