Wednesday, May 27, 2009

UN DÍA "MONTAÑA RUSA"

Ayer mis amigos/as, fue para mi un día tipo "montaña rusa", o como dijera un conocido, un día tipo "bolsa de valores", con "ups and downs", subidas y bajadas.

El día comenzó muy pero muy triste. Afuera, el cielo estaba todo cubierto con nubes grises de tormenta, como para acompañar mi tormenta interior. Y en tanto afuera caían gotas de lluvia, por dentro mi corazón se deshacía en gotas de sangre.

Mi gran desafío hoy, es esencialmente restituir la confianza en alguien que a lo largo de siete meses, ha pautado mi despertar y mi dormir cotidianos. Que ha llenado de contenido mi vida, que causó una revolución en mi interior, como anhelaba desde mucho tiempo, y lo logró maravillosamente.

Sólo un malentendido, que he tratado de aclarar de todas las maneras posibles, ha determinado esencialmente una pérdida de confianza, que se traduce en no aceptar de buenas y a primeras las palabras que he pronunciado y las razones verdaderas por las cuales las dije en su momento.

Como todo malentendido uno piensa que se va a disipar, especialmente cuando uno tiene en cuenta quién es el interlocutor.

Pero en este caso, hay una especie de tosudez, en que --al parecer-- yo debo reconocer un error cometido. Si de eso se trata, no tengo problema en reconocer que tal vez las situaciones imaginarias que planteé respecto de algo muy concreto no fueron felices, y lamento que eso llevara a ser mal interpretado.

No tengo problema en admitir haber cometido un error, lo reitero para que quede
transparentemente claro.

Después de todo, "errare humanum est" decían ya los latinos. Gracias a Dios no soy máquina, no soy perfecto, cometo y puedo cometer errores. Sólo que no hay mala intención en ninguno de ellos, y eso es lo fundamental a comprender.

Y bien, como les decía, el día comenzó muy pero muy bajo.

Pero a media tarde tuve una reunión de hora y media con gente de una ONG de Washington D.C., y luego de esa reunión quedaron planteadas las posibilidades de dos proyectos a desarrollar. Y en particular uno de ellos, me dejó muy satisfecho no sólo por su importancia sino además por el lugar donde se pensó llevarlo a cabo.

Cuando salí a la calle, luego de abandonar el edificio de la ONG, creo que se me representaron delante mío un par de ojazos negros, y no pude evitar que una sonrisa de felicidad se dibujara en mi rostro.

La perspectiva de esa actividad, fue lo que me llevó arriba, bien alto, como ocurre en una montaña rusa. Ahora tenía una perspectiva a la distancia, y me sentía respaldado y reconfortado.

El sufrimiento de la mañana, había cedido a la sobria felicidad de la tarde.

Y luego de noche, me encontré con esa canción a la que me refiero en mi nota anterior, de la cual destaco algunos párrafos que me resultaron muy sugestivos, y --por qué negarlo-- alentadores.

Ojalá de la canción, pasemos a recomponer los lazos de amistad que nos han unido durante tanto tiempo con esa persona.



enigma

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