LA HERMOSURA DE LA AMISTAD

¡Qué cosa más hermosa es la amistad!

De todos los sentimientos que el ser humano puede desarrollar a su paso por esta vida, la amistad tal vez es uno de los más grandes y enaltecedores.

Uno se siente orgulloso de los amigos y las amigas que tiene. Uno les quiere mucho y bien. Uno se preocupa por ellos y ellas. Uno les desea siempre lo mejor.

Uno no espera nada de ellos sino que está dispuesto a dar y darse por ellos, pero eso termina siendo recíproco.

La amistad no tiene ni condiciones ni precio.

Es un valor imperecedero.

Personalmente me siento feliz de contar con un buen número de amigos y amigas.

Pero realmente amigos y amigas. No simples conocidos, o compañeros de trabajo, o de alguna actividad.

Y siempre estoy tendiendo puentes y haciendo nuevos amigos.

Esta semana, merced a una actividad iniciada hace año y medio, que nos convocó a coparticipar en ella, primero nos encontramos para una prolongada tertulia, y luego invité a almorzar a casa a un caballero con quien hasta ahora me unía un conocimiento muy superficial.

A partir de este almuerzo, y de este encuentro aquí en Virginia, --ya que él es uruguayo y retorna a su país-- sé que he hecho un nuevo amigo, y creo que esto es recíproco.

Y diría –al menos en mi caso—que la forma más directa en que ello ocurre, es por un lado la sencillez y por otro lado, hacer sentir a la persona como en su casa.

Otra cosa hermosísima que ocurre con los amigos y amigas, es que a veces hemos podido tener una discrepancia, no coincidir en algo, de pronto pasar por un momento muy breve de distanciamiento, pero no hay nada más lindo que el reencuentro, la reconciliación, que es como un hacer la paz, de corazón.

Por eso la paloma blanca, símbolo de la paz, dentro de un corazón del mismo color.

Y si ayer estuve triste por los motivos que ya expliqué, hoy, hoy me siento muy feliz, y tengo varios motivos para ello.

Pero el principal, el mayor de todos, haber restablecido el contacto y la relación con un amiga, que es muy, pero muy especial para mi, y a quien quiero enormemente.

Por eso comparto con Uds. que los nubarrones pasaron, y el sol resplandece nuevamente en un cielo azul.

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