LAS ARREMETIDAS DE LA VIDA

“No es facil vivir” –podría decir.

¡Vaya novedad!, comentaría cualquiera de ustedes.

Pero todos sabemos que la vida como las monedas tiene dos caras, la alegre y la triste.

La divertida, gozosa, alegre, feliz, hermosa, y la otra, que es triste, dramática, difícil, dura. Sin embargo, vivir es tener que experimentar ambas cosas, matizadas, entremezcladas, y sobrellevarlas de la mejor manera posible.

Que no nos aniquilen, que nos arredren ni desmayen, sino que por el contrario nos eduquen, nos preparen, nos entrenen, y nos fortalezcan.

Con una esposa enferma de cáncer en una de sus peores formas, y ahora mi madre, a kilómetros de distancia con insuficiencia cardíaca y edema pulmonar, internada en un sanatorio, se podrán imaginar cuán duro me resulta todo esto, y cómo debo templar mi ánimo, para levantarme cada mañana a las 5, e ir a ocupar mi tiempo en algo util: el periodismo.

Cómo sobrellevar el hecho de que mis mejores amigos están todos dispersos y geográficamente lejos. Los más cercanos aquí en Florida y Utah, otros en Europa y en América Latina.

Y cómo seguir atento a las “diabluras” de mi nieto, y al cariño y afecto hermoso y grandioso de amigos entrañables, y cómo no perder la brújula de los sentimientos más hermosos que se pueden desarrollar en el corazón humano, y que corresponden al amor.

Y cómo en medio de todo esto, dar gracias al Ser en Sí, por permitirme seguir y vivenciar a fondo todas estas diferentes alternativas de la existencia.

Apenas hace dos noches, Vicente, uno de mis más grandes amigos, confidente, hermano, con quien comparto una muy especial comunión del espíritu, me contó que tuvo un paro cardíaco, y….que ¡casi le pierdo definitivamente!

Pero el Ser en Sí ha querido que lo pudiera contar, que siga entre nosotros, porque seguramente tiene aún mucho por dar en bien de otros. Porque tiene una riqueza espiritual profunda y experiencias personales a compartir.

Y yo no quisiera dejar pasar mucho tiempo sin reencontrarnos personalmente, para conversar sobre múltiples temas que tenemos allí, comenzados a hablar, pero pendientes.

No me abruman las circunstancias con las que hoy, fines de julio de 2009 tengo que lidiar.

Sólo me hacen reflexionar sobre las cosas más importantes de la vida.

Me llevan a comprender, a entender, y a perdonar, sobre todo a perdonar y perdonarme, por errores cometidos, por equivocaciones de percepción, por ser perfeccionista e impaciente, por costarme comprender ciertas cosas.

Pero también me llevan a congratular a otros y congratularme por todo lo positivo que hemos podido desarrollar en esta existencia en la cual seguimos, por sobre todo la amistad –un don que no nos viene dado, sino que desarrollamos bajo nuestra propia responsabilidad e iniciativa—y el amor, el amor a nuestros seres queridos, el amor a la familia, a los amigos, y el amar al amor mismo, como lo más maravilloso que los seres humanos podemos desarrollar.

¡Que el Ser en Sí nos bendiga a todas y todos!



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