Sí. Aunque parezca mentira, llegamos al 40 aniversario de la llegada del ser humano a la Luna.
40 años es mucho tiempo, si lo contrastamos con la extensión de la existencia de un ser humano.
Afortunadamente aún están entre nosotros aquellos tres verdaderos héroes que cumplieron la hazaña, Neil Armstrong, Edwin “Buzz” Aldrin, y Michael Collins. Ellos nos la pueden volver a narrar tal cual la vivieron.
Para la humanidad toda, ha sido –de mi punto de vista- un tremendo retraso que no hayamos retornado a la Luna ya hace décadas. O aún mejor, haber seguido aquel programa Apolo, aprovechar el impulso que había tomado, para seguir yendo, acumulando experiencias y ampliando la exploración de nuestro satélite artificial, haciendo posibles misiones más prolongadas.
Pero…si ello no ocurrió es por algo. Y el algo es que no estaba disponible entonces la tecnología de la cual podemos hacer uso 40 años más tarde. Pero primeramente, no estuvo disponible en la medida y al tiempo necesarios, la voluntad de Senadores y Diputados en Estados Unidos, para entender los enormes beneficios y la potencialidad creadora de la exploración espacial.
¡Cuánto mejor que destinar todo lo que se gastó en Vietnam y luego en Irak, a la exploración espacial! Ya estaríamos poblando Marte, no me cabe la menor duda.
El costo de cada lanzamiento, con el cohete Saturno 5, partiendo directamente desde Tierra, era enorme, si lo comparamos con lo que podemos lograr ahora, yendo hasta la Estación Espacial Orbital, y partiendo desde allí hacia otros cuerpos celestes, o retornando a Tierra.
Y para eso, había que construir la Estación, entonces inexistente.
Aún la seguimos construyendo, pero totalmente operacional, la Estación ya es la base ideal para las futuras misiones astronáuticas.
Había también que entrenar a los astronautas para permanecer por meses en el Espacio. Ese entrenamiento, esa adaptación, y todo lo que se ha aprendido de ella a través de rigurosos controles médicos, no era posible entonces, en 1969.
Hoy se dispone de todo ese conocimiento y esa experiencia, y por tanto, podemos contar con tripulaciones dispuestas a permanecer prolongadas estadías en el Espacio.
Entre tanto, había que preparar nuevos y más eficaces cohetes, una nueva nave, más amplia, cómoda y con mayor capacidad, ya fuese para llevar tripulantes o simplemente carga.
Hubo que desarrollar el hábitat para responder a las futuras estancias en la Luna y Marte.
Y ahora, hay que preparar a las generaciones de quienes hoy tienen de 4 a 6 años, para que sean nuestros futuros astronautas en Marte. No serán los primeros en llegar ciertamente, pero sí serán de los primeros en poblar el planeta rojo.
Por eso, la mejor preparación para ellos, es estudiar con disciplina y dedicación, y principalmente desarrollar bien sus conocimientos y manejo de las matemáticas y la física.
Así, cumpliremos nuestro destino manifiesto: poblar el Espacio.
Porque la Tierra va agotando sus recursos, y llegará el día en que ya no tendrá para proveernos todo lo que necesitamos.
Y porque a su vez el Espacio nos va a dar minerales y sustancias que podremos aplicar en diversos usos aquí en la Tierra para mejorar nuestra calidad de vida.
Lo bueno de esta nueva etapa de la humanidad, es que no es privilegio de unos pocos países, porque los futuros astronautas podrán ser sin duda de muchos países del mundo.
Una razón más para, no importa dónde habites, sentirte alentado y saber que el Espacio también tiene un lugar reservado para ti.
enigma
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