A lo largo del tiempo, pasaron y transcurrieron muchas cosas en una tierra que no voy a nombrar.
En general y abrumadoramente todo era placentero, a veces hasta en demasía, aunque algunas veces hubo circunstancias muy tristes que afortunadamente fueron superadas.
Y todo estaba calmo, “comme d’habitude”, --como es habitual--, al decir de los franceses.
Habíanse dado los primeros pasos de un diálogo que como otros podía resultar provechoso, cuando de pronto, irrumpió una tercera parte en la escena, que lo trastrocó todo.
Fue como una revolución, mucho peor que un “golpe de estado”. Repentinamente se detuvieron todos los servicios, y hubo discordia, y discusión, y luego…luego casi un silencio, mientras se laboraba afanosamente en una actividad de reconciliación.
La instancia pareció superada. Costó un acto de amor, pero se restablecieron los servicios fundamentales, se normalizaron las relaciones, se reactivó toda la estructura, y se restableció la unidad fundamental.
Ahora, el “grupo rebelde” por llamarlo de alguna manera, evalúa las consecuencias, e intenta reagruparse sobre nuevas bases. Tal vez lo logre…
Analistas dicen que –en base a los antecedentes registrados, o al historial del referido grupo— no confían mucho de que el mismo no vuelva a caer en actividades que provoquen un mayor desequilibrio que, en una próxima oportunidad, podría ser definitivo y de consecuencias imprevisibles.
Pero de momento, el “grupo rebelde” está dando pasos cautelosos, y nombró un comité de control que medirá los alcances de sus acciones, para prevenir y evitar una futura crisis.
Los analistas dicen que confían en la actividad de este comité, pero no tienen totales seguridades de que parte del grupo esté dispuesta a someterse siempre a dichos controles, y no esté tentada en algún momento de evadirlos.
El futuro dirá. El presente, en tanto, es promisorio.
enigma
No comments:
Post a Comment