¡NO A LA INTIMIDACIÓN ESCOLAR!

Este es el Círculo de NO a la Intimidación.

Es un NO a Rumores, Provocación, Aislamiento, Correr chismes, Amenazas, Golpes, Puntapiés, Empujones, Palabras obscenas, Poner nombres, Robar, Dañar la propiedad.


La intimidación en la escuela primaria o secundaria, --llamada “bullying” en inglés—se ha convertido en una epidemia como conducta social a la cual los padres, los medios, los educadores, psicólogos y las autoridades no le están prestando la debida atención.

No se trata simplemente de algunas bromas algo pesadas a las cuales todos hemos debido acostumbrarnos por parte de queridos compañeros que usaban nuestro nombre o nuestra nariz, o nuestras orejas, o cabello, para hacernos objeto en algún momento de una burla.

Se trata de algo mucho peor, sistemático y sintomático de una sociedad que está teniendo cada vez más un déficit tremendo de valores morales, de valores humanos que implican el respeto irrestricto al otro, la otra.

Un niño o niña no tienen por qué soportar vejámenes de sus compañeros, golpes, amenazas, insultos y puestas en ridículo enviando textos electrónicos a los compañeros (“texting”) o poniendo fotos explícitas o historias repulsivas en la internet.

Tampoco haciéndoles un vacío, una discriminación a alguien porque es callado, a otro porque es hiperactivo, a una porque es tímida, o a otro por ser muy inteligente.

Es obvio que la intimidación requiere dos factores, mediocridad personal, y espíritu de patota. Ningún agresor se atreve a hacer solo las cosas que en cambio se “disfrutan” en grupo.

El grupo le da la fuerza y el coraje de que el intimidador carece.

Pero la intimadación debería ser considerada por las autoridades educativas, los maestros, psicólogos, etc. como un acto de agresión colectiva. Como una violación a los derechos humanos, y debería por tanto ser impedida, sin cortapisas.

Pero cuando en algunos ámbitos y países los propios maestros y/o profesores son objetos de burlas, amenazas, y de trato inferiorizante, poco se puede esperar a menos que los legisladores elaboren leyes que determinen claramente que la intimidación es en definitiva, una conducta delictiva.

¡Es hora de actuar ya! ¡Es hora de reaccionar ya!

Porque el tema es tan grave, que luego suceden lamentables situaciones de reacciones extremas, donde el intimidado ya no aguanta más, y un día sale a matar a sus compañeros que durante años le han hecho sufrir y padecer lo que no tuvieron derecho a hacerle, y él no tenía por qué soportar.

Así el caso famoso del estudiante coreano de la Universidad Virginia Tech, en Estados Unidos.

Por otra parte, los padres tienen que realmente ejercer la patria potestad con todos los derechos y obligaciones que la misma impone. No es cuestión de mandar a los chicos a ver televisión o a entretenerse con violentos videojuegos, para sacárselos de encima, sin tener nunca una conversación sobre sus estudios, sus compañeros, qué pasa en clase, en el colegio, etc.

Educar, criar, no es sólo enviar los hijos/as al colegio, y luego ausentarse de proveerles valores de vida, educarles en el respeto mutuo, el amor al prójimo, la belleza de la amistad, el estímulo de los juegos asociados y de cooperación. Y fijarles metas altruistas para que sus mentes estén ocupadas en proyectos creativos, y no en actividades destructivas hechas con espíritu de patota criminal.

La intimidación es un crimen de lesa humanidad y como tal debe ser evitada por todos los medios, impedida de que tenga lugar. Y si ocurre, los padres deben dialogar entre ellos sobre sus hijos y lo que está ocurriendo en un determinado ambiente.

Y finalmente los padres deben denunciar públicamente a los colegios, directores, maestros o profesores, que prohíjen, toleren, y no hagan nada por impedir la intimidación, los malos tratos, la violencia física, y la discriminación.

Desde aquí, muy modestamente, hacemos un llamado a la acción.

Reitero: la intimidación es una violación a los derechos humanos, y como tal debe ser impedida por todos los medios a disposición.



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