Acaso todos quienes tenemos cierta sensibilidad, un corazón bien puesto, y una cabeza usada para pensar, no nos preguntamos casi alelados muchas veces: ¿por qué el mundo tiene que ser tan violento?
¿Por qué tiene que haber bandas de criminales?, ¿por qué tiene que haber quienes asesinan sin el mínimo remordimiento?
¿Por qué las guerras y la industria de la guerra?
¿Por qué el odio que lleva al enfrentamiento de un ser humano contra otro, cuando ni siquiera tienen motivos personales para eliminarse?
¡Qué tristeza inmensa nos da todo ello!
¿Acaso no sería mejor que todos pudiésemos vivir en paz, dirimiésemos nuestras diferencias civilizadamente, y juntáramos toda la creatividad humana, y todos los recursos económicos no para crear armas, inventar cómo destruir al otro, y matar masivamente, sino para educar, cuidar la salud, cuidar del medio ambiente, crear empleos, afianzar la dignidad humana en todo lugar, ayudar a los países pobres, y lograr un bienestar general?
¿Acaso no sería mejor repensar esto que llamamos civilización, y crear verdaderamente una civilización a la medida del ser humano, al verdadero servicio del ser humano integral?
¿Acaso no tendriamos que crear ciudades, y medios de transporte, y viviendas, y lugares de estudio y de trabajo que estén hechos para el bienestar humano completo?
¿No supondría ello el uso de colores, formas, y materiales, así como tecnologías toalmente diferentes a las actuales?
¿No significaría aprender de la naturaleza para no agredirla, sino para extenderla, para ampliar la inteligencia que está detrás de ella y aplicarla a las obras y productos humanos?
¿Acaso no deberíamos modificar la idea de explotación de recursos, por uso inteligente, cuidadoso, y respetuoso de los recursos naturales?
En fin.
Hay ya demasiada violencia. Y hay grupos que deliberadamente, sistemáticamente, y siguiendo un plan siniestro, se preocupan todos los dias a través de la televisión, los juegos electrónicos y el cine, de instilar las cuotas diabólicas de violencia, para hacerla totalmente aceptable, y para insensibilizar totalmente los sentidos, y la poca ética que pueda quedar en los seres humanos, para des-humanizarlos del todo. Para transformarles –como dijera un terrorista, elevado a la categoría de “héroe-guerrillero”--, “ en una fría y perfecta máquina de matar”.
Deberemos empezar muy humilde y sencillamente, un trabajo de recuperación del ser humano. Un trabajo de desprogramación de lo que la sociedad da, para reprogramarle llenándole de respeto a si mismo y a sus semejantes, de amor a la naturaleza y respeto a sus leyes sabias, y del gusto y el placer de tratar a los demás con valoración y aprecio.
Deberemos empezar por formar núcleos de recuperación humana.
Grupos pequeños, de doce o quince personas, que compartirán sus preocupaciónes, frustraciones, y que querrán buscar juntos un camino de una vida más elevada, más conciente, más digna, mejor.
Esta es una convocatoria a la búsqueda mujeres y hombres que se sientan deseosos de llevar adelante una actividad así, de atreverse a liderarla, o de querer participar en dichos grupos.
Porque de todas las especies que habitan el planeta, la que está en mayor peligro, aún en peligro de extinción, es la especie humana misma.
Actuemos ya. Aún estamos a tiempo. ¡Pero el tiempo apremia!.
enigma
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