Saturday, December 22, 2012

MÉXICO; no creo en la casualidad


Parto de u n principio básico: todo se da, acaece, ocurre por algo. Nada es casual, al azar, porque sí.

Que tengamos limitaciones de diversa índole para establecer por qué ocurre algo, no quita que haya causas para ello.

Después de todo, el proceso que está detrás, con que sea un desafío, con que apele a la investigación o el estudio, no es lo que a los efectos prácticos cuenta. Lo que cuenta es el resultado. Lo que cuenta es lo que ocurre.

Y las preguntas que nos surgen, sin tampoco poderlas contestar al momento, sin poder captar su alcance, son las siguientes: ¿por qué?, y luego la otra: ¿para qué?.

Pero bueno es que al menos tengamos la sensibilidad y perspicacia suficientes como para darnos cuenta de lo que podríamos llamar “indicadores”,  “señales”.  Y así como las señales de tránsito guían nuestro andar, también estos “indicadores” son señales en nuestra vida que nos conducen a algo.

Es posible que al momento no podamos discernir ese algo, pero en tanto veamos que una y otra vez la “señal” se repite, creo que lo inteligente es tenerla en cuenta, tenerla presente. Porque en algún momento, eso nos aparecerá claro, y entonces comprenderemos.

A lo largo de toda mi existencia, y hasta el 2008, nunca me había planteado ir a México, aunque siempre tenía un cierto interés en que tal vez, algún día, lo conocería.

Se dieron concatenadas en forma causal, (no casual), una serie de extraordinarias circunstancias debido a las cuales, aterricé en México en Julio de 2008, y luego, debido a la misma razón que me llevó allí entonces, --una tarea profesional—regresé en Noviembre del mismo año.

Tuve otra razón que se fue haciendo cada vez mayor para visitar México, y descubrí la tremenda riqueza cultural, la calidez de su pueblo, la belleza de sus monumentos, sus museos, el valor para la humanidad de su pasado histórico, en fin, su ciudad capital me conquistó. Y sus alrededores también: Coyoacán y Teotihuacán. ¡Ni qué hablar de su música!

En una de esas veces que visité ciudad México, fui a la Basílica Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe, donde se conserva la imagen original de la Virgen. Tomen nota de este dato.
Con todo lo que vi y vivencié, México entró de lleno en mi corazón.

A veces, por determinadas situaciones, no quisiera pensar en México en cuanto ello refiere a cuestiones muy personales. Pero –aunque suene paranoico, que obviamente no es el caso—podría decir que México me persigue, o dicho mejor, México no me permite que le olvide.

Estaba en Punta del Este, Uruguay, veraneando en Enero de 2012, cuando de pronto paso por una hermosa plaza. Pregunto a mi amiga que conducía su vehículo: ¿qué plaza es esta?..y me contesta: la plaza México…(tragué saliva…).

Pero no habían pasado ni dos minutos, que nos cruza por delante una camioneta, cuyo nombre, pintado a un costado de la misma era: “el Charro”…(ya era mucho).

Remató la experiencia puntaesteña, cuando me había llamado la atención un hermoso y muy fino edificio frente a la Playa Brava. Quise verlo por dentro, tenía curiosidad. 

Para mi sorpresa, pude acceder al mismo, tomar fotos, y fui invitado a ver en su primer piso, una exposición de cuadros de diversos pintores.

Increíble pero cierto, entre todas las obras exhibidas, había una de un mexicano, y ¿quién aparecía allí?, ¡la Virgen de Guadalupe!.(aquello fue el culmen).

Hace unos meses, visité la casa de unos vecinos salvadoreños. La señora me atendió muy amablemente y me hizo pasar. Cuando entro, no pude disimular mi sorpresa al ver la familiar imagen de la Virgen de Guadalupe, en una estatuilla colgada en una pared, lo que dio lugar a comentarios del momento.

Desde Octubre, el Partido Sinaloense (PAS) de reciente creación, me ha estado enviando una serie de mensajes, incluidos algunos del Senador nacional Aarón Irízar López.

A tal punto que publiqué este acontecer en Twitter, bajo el título “Me quieren mexicano”, agradeciendo estos envíos. A quienes son responsables de ellos les he aclarado que no soy mexicano, pero me los siguen enviando. Les he saludado para las fiestas.

Y en tanto esto se va dando, este Sábado 22 de Diciembre, fui a una tienda latina, a comprar turrones y galleticas.

Las propietarias del local son peruanas, y al finalizar mi compra, me regalaron un almanaque para 2013. 

Cuando llegué a mi casa, me di  cuenta que  era un almanaque católico, y al abrirlo, en su primera página, donde culmina este año y comienza el próximo, ¿con qué me encuentro?, pues ¡¡con una gran imagen de la mismísima Virgen de Guadalupe!!

¿Casualidad? No…no creo que es una casualidad. 

Para mi esta es una indicación, o como prefiero llamarla, una señal. 

¿Cuál es su significado, hacia adónde apunta en términos concretos? No lo sé. 

Vale pensar en esto: cada país latinoamericano tiene una imagen venerada de la Virgen María. Perú (país de las propietarias de la tienda) tiene la Virgen del Carmen, Chile tiene la Virgen del Cobre, Colombia tiene la Virgen de Chiquinquirá…y así podría seguir. Sin embargo, quien aparece allí con su estampa, al comienzo del calendario es la Virgen de Guadalupe.

Aclaro que no soy católico-romano. Pero una cosa sí les digo. Para mi importa esta imagen porque ella representa a México, y la tendré presente y en cuenta durante todo el Año Nuevo que vamos a iniciar.




enigma

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