Lo interesante de ver es que a la llegada del año nuevo, los sentimientos que se intercambian, las expresiones de júbilo, los buenos deseos, sobreabundan.
Y la reflexión que me hago en este momento es la siguiente: si fuese posible sumar todos los saludos de tono indiscutiblemente positivo que los habitantes del planeta han intercambiado entre sí en estos días, ¿cómo podría eso hacerse efectivo, real, verdadero, en los 365 dias que tenemos por delante?
Si tantos millones de personas se desean genuinamente tanto bien ¿por qué habremos luego de lamentar expresiones del mal: enojos, rivalidades, envidias, violencia, corrupción, dictaduras, crímen organizado, muertes, guerras?.
¿O somos a pesar de todo una minoría?, ¿o no hemos hallado la forma aún de plasmar en realidad todos los buenos deseos intercambiados?. Porque si no, este planeta que nos alberga a todos, tendría que ser un lugar hemoso y apacible, donde cada día de vida, fuese un veradero placer.
Pensemos qué nos falta, para hacerlo realidad, y al menos, con mucha paciencia, y verdadero propósito, tratemos cada día de forjar un mundo mejor. Por nosotros, por nuestros hijos y nietos. Por el futuro.
enigma
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