Por eso es un "ismo".
Pero hay personas que tienen una natural tendencia a hacer de algo simple y sencillo, algo tremendo, algo de una importancia desmedida, algo a lo que hacen jugar un papel importantísimo o definitorio, para tener la razón o más bien la excusa, de tomar actitudes que finalmente no se compadecen con la realidad.
Son actitudes desmesuradas, exageradas, ampulosas, fuera de lugar, en definitiva.
El tremendismo, adoptar una actitud así, tiene como fundamento finalmente, querer justificar una actuación propia que no se compatibiliza con los hechos ocurridos, pero los distorsiona lo suficiente como para hacerlos aparecer terribles.
Es como poner amplificadores a todo volumen para que un susurro se transforme en un grito.
Quien ejerce una actitud tremendista, lo hace deliberadamente, lo hace a propósito, persiguiendo un fin.
Es en el fondo un recurso bastante espurio, que no habla bien de quien lo ejerce, pero hay personas que a veces actúan bajo la deplorable máxima de que "el fin justifica los medios", y entonces se valen de cualquier cosa, para hacer tal aspaviento, y le dan al asunto de que se trate, un carácter y una trascendencia que no tiene. No más que por buscar el fin perseguido.
Y obviamente, en ese ejercicio del tremendismo, los demás no cuentan como seres humanos, es una actitud de total desamor y desapego a valores fundamentales de respeto a la dignidad humana de los demás.
Pero...dijera Quijote: "cosas veredes Sancho!"
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